Un juez investiga a prisiones por mala atenci¨®n m¨¦dica
Un preso denuncia secuelas f¨ªsicas por la suspensi¨®n de cinco operaciones
![Reyes Rinc¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0c42f657-bf64-40e4-999b-ded8a0acefc9.jpg?auth=5b3f0921110c660825b9f146fd6eb9da124c726b0e8fe0d13ae2b693afe02da0&width=100&height=100&smart=true)
![Honorio García ha pasado 25 de sus 45 años entre rejas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FIDLNAKEDFOGAIMMBCWH4IET5Q.jpg?auth=7b6b58139342cef702f8e3627f7a9ca40bf616ed6ab6f3d4c3c930f38bb77d4a&width=414)
Mucho de lo que Honorio Garc¨ªa sabe de la vida lo ha aprendido en la c¨¢rcel. Entre rejas ha pasado 25 de sus 45 a?os, la mayor¨ªa sumando penas por robos, atentado a la autoridad y quebrantamientos de condena. ¡°Te tienes que asilvestrar un poquito nada m¨¢s llegar porque si no, te comen¡±, cuenta en un v¨ªdeo que ha grabado para la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Andaluc¨ªa (Apdha) para explicar la batalla que lleva a?os librando con Instituciones Penitenciarias y en la que acaba de lograr su primera peque?a victoria: un juzgado de instrucci¨®n de Madrid ha admitido a tr¨¢mite su denuncia contra varios altos cargos de Prisiones por no prestarle una adecuada atenci¨®n m¨¦dica y ve indicios de infracci¨®n penal.
El preso, que ahora est¨¢ interno en Mor¨®n de la Frontera (Sevilla), ha sufrido desde 1996 un c¨¢lculo renal que lleg¨® a alcanzar un cent¨ªmetro de di¨¢metro y le ha provocado frecuentes c¨®licos nefr¨ªticos. Adem¨¢s, es portador del virus de la hepatitis C, padece la enfermedad de Dupuytren (una dolencia degenerativa que afecta a los tendones de las manos) y ha tenido dos hernias inguinales. Seg¨²n explica en su denuncia, los continuos traslados de c¨¢rceles a los que le ha sometido Instituciones Penitenciarias han retrasado el tratamiento para estas enfermedades y ha han acabado cost¨¢ndole la amputaci¨®n de un dedo y parte del dorso de la mano izquierda.
Denuncia que ha perdido un dedo y parte de una mano por tratarle tarde
Cada prisi¨®n tiene un hospital p¨²blico de referencia al que acuden los reos cuando necesitan atenci¨®n especializada. Desde 1996, Honorio ha pasado por siete c¨¢rceles. Desde el principio le dijeron que la curaci¨®n del c¨¢lculo renal y del Dupuytren pasaban por el quir¨®fano, pero cada vez que el ur¨®logo o el cirujano pl¨¢stico hab¨ªa completado todas las pruebas m¨¦dicas y preoperatorias e incluso hab¨ªa puesto fecha a una intervenci¨®n, le cambiaban de prisi¨®n. Hasta en cinco ocasiones ha llegado a tener programada una operaci¨®n y todas las perdi¨® porque le trasladaron semanas antes. Y al llegar al nuevo destino ten¨ªa que volver a empezar de cero. Hace tres a?os ingres¨® en Mor¨®n y por fin, a finales de 2013, consigui¨® completar tres sesiones de litotricia (un procedimiento para romper c¨¢lculos en el ri?¨®n) y que le operaran para corregir los da?os que ha ido dejando la enfermedad que le afecta a los tendones. Pero para entonces estaba ya muy avanzada y los m¨¦dicos tuvieron que amputarle el dedo me?ique y parte del dorso de la mano izquierda.
El recluso cree que han castigado con traslados su actitud reivindicativa
Honorio, que en Mor¨®n es monitor de un taller ocupacional de madera, est¨¢ convencido de que sus frecuentes traslados tienen mucho que ver con su ¡°actitud reivindicativa¡± y los abogados que le asisten en los tribunales creen que Interior ha usado los cambios de c¨¢rcel como ¡°sanci¨®n encubierta¡±. El preso pis¨® por primera vez una celda con 16 a?os y sabe que all¨ª es mejor cumplir las reglas. ¡°No tengo sanciones, no me gusta darles ese gusto¡±, cuenta el preso, que s¨ª admite que protesta por todo lo que puede y m¨¢s. ¡°Siempre dentro de los l¨ªmites de la legalidad¡±, asegura. ¡°Porque como decimos all¨ª dentro, la sart¨¦n la tienen ellos por el mango¡±. Para denunciar su situaci¨®n, y en ocasiones la de otros presos, ha hecho huelgas de hambre y encierros en la celda en los horarios permitidos y ha enviado escritos a, comit¨¦ contra la tortura de Naciones Unidas, el Congreso, varios juzgados y los defensores del pueblo estatal y andaluz. ¡°Han intentado sobornarme con permisos y con historias y nunca me he dejado. No me he callado, siempre he denunciado¡± asegura el preso, cuyo discurso, fluido y sin rastro de victimismo, est¨¢ salpicado de frases con mimbres de lema: ¡°Para ellos (los responsables de las c¨¢rceles) es m¨¢s peligroso un boli que un cuchillo¡±, afirma sobre los recelos que provocan sus denuncias.
Honorio dirige su acusaci¨®n contra los que eran directores y subdirectores m¨¦dicos de las prisiones de Carabanchel, Herrera de la Mancha, Aranjuez, Soto del Real, Navalcarnero y Valdemoro cuando ¨¦l estaba interno en estos centros. Adem¨¢s, ha denunciado al subdirector general de Tratamiento y Gesti¨®n Penitenciaria y al de Coordinaci¨®n de Sanidad Penitenciaria, dependientes del Ministerio del Interior. A todos les acusa de un posible delito de torturas o contra la integridad moral (art¨ªculos 174 y 175 del c¨®digo penal), un delito de prevaricaci¨®n (art¨ªculo 404) y un delito de rigor innecesario (art¨ªculo 533).
El juez que ha estudiado su caso cree que hay indicios de una ¡°infracci¨®n penal¡± y ha ordenado tomarle declaraci¨®n. Adem¨¢s, ha pedido a Instituciones Penitenciarias que le env¨ªe una copia de todos los expedientes de traslado de Honorio desde 1998 y le informe de si los traslados se produjeron cuando el preso estaba pendiente de pruebas o con intervenciones quir¨²rgicas programadas, lo que supondr¨ªa un incumplimiento de una circular de Prisiones que dispone la suspensi¨®n de los traslados cuando el interno tenga pruebas m¨¦dicas pendientes. ¡°Con la privaci¨®n de libertad ya estamos cumpliendo la pena. Eso no quiere decir que te priven del derecho a la salud y a la vida. A ti no te han condenado a muerte, no tienen por qu¨¦ matarte poco a poco¡±, se queja el preso.
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