El Papa incluye a una v¨ªctima en la comisi¨®n contra la pederastia en la Iglesia
La irlandesa Marie Collins forma parte del grupo paritario creado por Jorge Mario Bergoglio
Hasta febrero de 2012, la Iglesia cat¨®lica se empe?¨® en cubrir con un manto de silencio c¨®mplice los cr¨ªmenes de pederastia cometidos por sus miembros. Aquel mes, sin embargo, un simposio celebrado en Roma a instancias del papa Benedicto XVI fue inaugurado por el testimonio terrible de Marie Collins, una mujer irlandesa que, ante los superiores de una treintena de ¨®rdenes religiosas y los representantes de 110 conferencias episcopales, relat¨® los abusos que sufri¨® por parte de un sacerdote cuando ten¨ªa 13 a?os y estaba enferma. Ahora, el papa Francisco ha querido que Marie Collins, de 66 a?os, y otras tres mujeres formen parte de la nueva comisi¨®n contra la pederastia en la que, adem¨¢s de su car¨¢cter paritario, destaca la presencia del cardenal Sean Patrick O¡¯Malley, arzobispo de Boston y pionero en la lucha contra los abusos en el seno de la Iglesia.
No en vano fue O¡¯Malley quien, en su calidad de miembro del llamado G-8 del Vaticano ¡ªlos ocho cardenales nombrados por Jorge Mario Bergoglio para reformar la Curia¡ª, anunci¨® el pasado mes de diciembre la creaci¨®n de una red mundial para detectar, denunciar y evitar los abusos contra menores. ¡°La Santa Sede¡±, dijo entonces el arzobispo estadounidense, ¡°pedir¨¢ a las conferencias episcopales que formulen sus propuestas concretas¡±, pero avanz¨® que, entre las medidas, se incluir¨ªa el estudio de los antecedentes de todas las personas ¡ªreligiosas o laicas¡ª que vayan a trabajar con ni?os.
Adem¨¢s de Marie Collins y del cardenal O¡¯Malley, la comisi¨®n contra la pederastia est¨¢ formada por el jesuita argentino Humberto Miguel Y¨¢?ez Molina, director del departamento de Teolog¨ªa Moral de la Universidad Gregoriana de Roma y amigo de Jorge Mario Bergoglio; la francesa Catherine Bonnet, una psiquiatra experta en tratar a v¨ªctimas de abusos; la psiquiatra brit¨¢nica Sheila Hollins; el italiano Claudio Papale, profesor de Derecho Can¨®nico; el sacerdote y te¨®logo alem¨¢n Hans Zollner; y Hanna Suchocka, exprimera ministra de Polonia, embajadora ante la Santa Sede hasta 2013 y muy conocida por sus ensayos sobre derechos humanos.
Los ocho miembros de la comisi¨®n, seg¨²n manifest¨® el padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede, tienen la misi¨®n de llevar a la pr¨¢ctica el objetivo del papa Francisco: ¡°Dejar claro que la Iglesia debe de tener entre sus prioridades m¨¢s altas la de la protecci¨®n a los menores. En la certeza de que la Iglesia debe desarrollar un papel crucial en este campo, y mirando al futuro sin olvidar el pasado, la comisi¨®n promover¨¢ la protecci¨®n de los menores desde un enfoque m¨²ltiple, que comprender¨¢ la educaci¨®n para prevenir los abusos y los procedimientos civiles y penales contra los responsables de casos de pederastia¡±. Se trata, aunque tard¨ªa, de la se?al cierta de un cambio de ¨¦poca.
Un cambio que propici¨® Joseph Ratzinger cuando, aquel febrero de 2012, ya en la agon¨ªa de su papado, envi¨® un mensaje muy contundente a los responsables de las ¨®rdenes religiosas y de las conferencias episcopales convocados por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Les dec¨ªa que hab¨ªa que acabar con el ¡°silencio c¨®mplice¡±, que la pederastia es ¡°una tragedia¡±, que la curaci¨®n de las v¨ªctimas ten¨ªa que ser una ¡°preocupaci¨®n prioritaria¡± de la comunidad cristiana y que la Iglesia necesitaba una ¡°profunda renovaci¨®n en todos los niveles¡±. Aquellas palabras, escritas por Joseph Ratzinger solo dos meses antes de su renuncia, suenan ahora prof¨¦ticas, un gui¨®n de lo que su sucesor ¡ªfuese quien fuese¡ª tendr¨ªa que afrontar nada m¨¢s sentarse en la silla de Pedro. Un gui¨®n que, aunque con d¨¦cadas de retraso y despu¨¦s de miles de v¨ªctimas sin consuelo, el papa Francisco parece dispuesto a ejecutar.
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