El abuso de urgencias se paga
El presidente de los colegios de m¨¦dicos propone multar el mal uso de la sanidad ¡°No estamos para juzgar, sino para atender¡±, replican facultativos de emergencias

Igual que se penaliza a quien se salta un sem¨¢foro en rojo, ?se deber¨ªa castigar con una multa a quienes hagan un ¡°mal uso¡± de la sanidad? El presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC), Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn, entidad que agrupa a los colegios de m¨¦dicos de toda Espa?a, es partidario de establecer multas cuando se d¨¦ un abuso desproporcionado y reiterado, por ejemplo, de las visitas a las urgencias hospitalarias.
En una intervenci¨®n en el Foro de la Nueva Econom¨ªa y en presencia de la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, que present¨® el acto, el representante de los m¨¦dicos apost¨® este lunes por multar al que abuse de los servicios sanitarios: ¡°Yo nunca pondr¨ªa un copago por ir al m¨¦dico; pondr¨ªa un pago por utilizar mal los servicios sanitarios¡±, al igual que ¡°multan por ir por la carretera cuando se pasa de 120 kil¨®metros por hora¡±.
¡°La que se ha liado¡±, comentaba a este diario Rodr¨ªguez Send¨ªn horas despu¨¦s de su intervenci¨®n, tras la polvareda levantada por sus manifestaciones. La Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica, por ejemplo, sali¨® al paso de sus manifestaciones e indic¨® que la medida ¡°adem¨¢s de injusta est¨¢ destinada a culpabilizar a los ciudadanos enfermos de los problemas econ¨®micos de la sanidad p¨²blica¡±.
En todo caso, y a pesar de las reacciones en contra, el presidente de la OMC insist¨ªa en la necesidad de ¡°proteger el sistema¡± por lo que consideraba tolerable que se impongan ¡°pagos, que no copagos¡± a quien use indebidamente las facilidades del sistema sanitario.
Francia y B¨¦lgica ?ya cobran a los pacientes por ir al m¨¦dico de cabecera
No es f¨¢cil definir el abuso sanitario. ?Qu¨¦ entiende Rodr¨ªguez Send¨ªn por mal uso de los servicios de salud p¨²blicos? ¡°Hay gente que va a urgencias no por miedo o porque est¨¦ preocupado, sino para saltarse la lista de espera, y as¨ª lo que se consigue es saturar las urgencias para quienes de verdad la necesitan¡±, afirma. En este caso, no ver¨ªa mal una tasa. ¡°Muchas cosas que se ven en urgencias podr¨ªan tratarse en primaria o en urgencias de primaria. Est¨¢n cada vez est¨¢n m¨¢s extendidas y equipadas, alguna hasta cuenta con ec¨®grafos y aparatos de rayos X. Es a esa gente a la que yo me refer¨ªa, no al que va mucho porque se siente mal¡±. ¡°El sistema hay que protegerlo con protocolos, y una parte de estos es que se pase por primaria antes¡±, a?ade.
De hecho, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Sanidad (de 2011), el sistema p¨²blico atendi¨® 20,6 millones de urgencias hospitalarias, y hasta 27 millones en las de primaria (20 millones de m¨¦dicos y el resto de enfermer¨ªa), pero las urgencias representan menos de la mitad de los 4,2 millones de ingresos hospitalarios, lo que quiere decir que solo un 10% de las personas que van a urgencias acaba ingresada.
El supuesto abuso en las consultas de urgencias, especialmente las hospitalarias, en lugar de pasar primero por el centro de salud del barrio es un tema recurrente cuando se hace alusi¨®n a las malas costumbres sanitarias de la poblaci¨®n. Pero no siempre es sencillo trazar una l¨ªnea que sirva para definir cu¨¢ndo una patolog¨ªa es leve y cu¨¢ndo merece la atenci¨®n sanitaria m¨¢s especializada que puede ofrecer un servicio de urgencias dotado con una mayor capacidad de diagn¨®stico.
Las urgencias en Irlanda solo son gratis si lo indica un facultativo o el 112
Juan Jorge Gonz¨¢lez Armengol, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) sostiene que no es ¡°en absoluto¡± partidario de cobrar por un mal uso de las urgencias. ¡°Hacer juicios a priori de lo que tiene un paciente va en contra del c¨®digo de deontolog¨ªa m¨¦dico, y como expertos confirmamos que no es f¨¢cil¡±, comenta.
¡°No estamos para juzgar, estamos para atender¡±, a?ade, ¡°lo que no significa que hagamos una llamada indiscriminada al uso de estos servicios, ni de ninguno, pero entendemos que un sistema sanitario debe estar al servicio de las tendencias sociales y no al rev¨¦s¡±.
Gonz¨¢lez Armengol se refiere al aumento de patolog¨ªas cr¨®nicas y el envejecimiento de la poblaci¨®n: ¡°Esto es lo que viene ocurriendo en Espa?a en los ¨²ltimos 30 a?os¡±.
El responsable de la sociedad de urgencias no cree que exista un abuso de estos servicios: ¡°Cuando una persona va a las tres de la ma?ana a un servicio de urgencias es porque tiene un problema¡±. Gonz¨¢lez Armengol insiste en la idea de no juzgar la necesidad de atenci¨®n inmediata que perciba el paciente y remite a la definici¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud sobre la atenci¨®n de urgencias: ¡°Aquello que el paciente o su entorno pr¨®ximo considera susceptible de atenci¨®n inmediata¡±. Por ello, m¨¢s que apostar por los castigos, se muestra partidario de ¡°insistir en las medidas de educaci¨®n sanitaria¡±.
En un hospital de Mil¨¢n los enfermos menos graves pagan la asistencia
¡°Esto [la multa] es para pens¨¢rselo y que no se malinterprete¡±, coment¨® Rodr¨ªguez Send¨ªn en su intervenci¨®n a primera hora de la ma?ana. No parece que la iniciativa calara muy hondo en la ministra, que, al ser preguntada sobre esta posibilidad, tom¨® distancia y respondi¨® que se trataba de una ¡°an¨¦cdota¡±.
En cualquier caso, si en Espa?a se adoptara esta medida en alg¨²n momento, no ser¨ªa el primer pa¨ªs en incorporarla. En el entorno europeo, Irlanda lo hace, como recuerdan los especialistas en gesti¨®n sanitaria Salvador Peir¨® y Jos¨¦ Ram¨®n Repullo.
¡°En Irlanda, si no se acude a un servicio de urgencias hospitalario derivado por el servicio del 112 o desde la atenci¨®n primaria se debe hacer frente a un pago¡±, explica Repullo, jefe del departamento de Planificaci¨®n y Econom¨ªa de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad. Para evitar casos de desasistencia a poblaci¨®n sin recursos acostumbrada a acudir a las urgencias para resolver sus problemas de salud, existe una tarjeta sanitaria especial que permite a estas personas acercarse a los hospitales sin tener que pagar por la atenci¨®n que reciban.
Peir¨®, coordinador de la Unidad de Investigaci¨®n de Servicios de Salud del Centro Superior de Investigaci¨®n en Salud P¨²blica de Valencia ¡ªdependiente de la Generalitat¡ª a?ade el ejemplo de aseguradoras sanitarias estadounidenses que tambi¨¦n facturan la atenci¨®n en urgencias a sus clientes si el paciente no acude remitido por un m¨¦dico de cabecera.
Hay otras experiencias que tambi¨¦n se han puesto en marcha con la finalidad de reducir la afluencia a las urgencias y tratar de rebajar la demanda de estos servicios. Por ejemplo, la llevada a cabo por algunas regiones italianas, entre ellas, Mil¨¢n (el hospital de San Paolo). Estos centros han desarrollado un particular sistema de selecci¨®n de pacientes en las puertas de urgencia. Los enfermos se clasifican al llegar por su nivel de urgencia y la gravedad que presentan, y como consecuencia de ello, aquellos que el personal sanitario considere que no necesitan atenci¨®n de urgencia deben pagar si quieren ser tratados. Adem¨¢s, son relegados y reciben los cuidados de forma no prioritaria.
No acudir a la cita con el especialista es un ejemplo de mal uso del servicio
Junto al caso de las urgencias, Rodr¨ªguez Send¨ªn traslada en su conversaci¨®n con EL PA?S otro ejemplo de mal uso de recursos sanitarios: el de las personas que no acuden a la cita con el especialista. ¡°As¨ª solo se aumentan las listas de espera, y el resultado es que son los m¨¢s d¨¦biles los que pagan el pato. Los otros se van a la privada, pero los pobres no pueden y sufren por ese mal uso¡±. Los especialistas ven unos 83 millones de casos al a?o, seg¨²n los datos del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, pero, ¡°de media, dependiendo de los servicios, el n¨²mero de citas que los pacientes no atienden puede llegar al 25%¡±, coment¨® Rodr¨ªguez Send¨ªn. ¡°Claro que eso var¨ªa mucho. Seguro que en cardiolog¨ªa son muchos menos, y en dermatolog¨ªa m¨¢s, porque en lo que les dan la cita se les pasa el problema¡±, apunta.
El tercer ejemplo que pone son las personas que no recogen las pruebas, aunque estos casos no son tan importantes porque en muchos hospitales los resultados pasan del especialista al m¨¦dico por el sistema inform¨¢tico, y el m¨¦dico tiene los datos aunque el paciente no vaya a recogerlos.
Salvador Peir¨® cree que hay pocas evidencias de que las f¨®rmulas sanitarias de ¡°castigos a posteriori¡± funcionen para contener la demanda. Ni siquiera la receta que aplica Irlanda con las urgencias. ¡°No sirve para rebajar la presi¨®n asistencial en los servicios de urgencia¡±, comenta. S¨ª recuerda alg¨²n caso de ¨¦xito de ¡°experiencias raras¡± practicadas en hospitales brit¨¢nicos que desplegaban en las puertas de urgencias a m¨¦dicos de primaria con la misi¨®n de reconducir al circuito de atenci¨®n primaria a las personas que llegaban con trastornos leves.
Para Peir¨® el problema de las urgencias recae m¨¢s en la parte de la oferta, en la organizaci¨®n asistencial, que en la de los pacientes, ¡°que van a donde pueden¡±. ¡°Yo creo que manejamos mal las urgencias, tratamos a la gente con problemas leves como si fueran graves, practicamos un exceso de pruebas y malacostumbramos a los enfermos¡±, relata. ¡°De alguna forma les trasladamos el mensaje de que el m¨¦dico de cabecera es malo y que apenas pide pruebas, cuando no le hace falta abusar con las pruebas para dar con el diagn¨®stico como hace acertadamente el m¨¦dico de primaria¡±.
El origen de la pol¨¦mica desatada por Rodr¨ªguez Send¨ªn est¨¢ en una pregunta que le formularon tras su discurso en el Foro de la Nueva Econom¨ªa: ¡°Me preguntaron por el copago al acudir al m¨¦dico y yo dije que de ninguna manera, incluso aunque la gente vaya muchas veces al m¨¦dico por miedo. Tengo colegas en Portugal y ah¨ª el copago es un desastre¡±.
La posibilidad de cobrar a los pacientes por ir al m¨¦dico es una de las propuestas del informe de los expertos sobre la reforma fiscal. Esta posibilidad, el llamado tique moderador que tiene como objetivo poner barreras a la frecuentaci¨®n excesiva de las consultas y que existe en pa¨ªses como Francia (1 euro por consulta de atenci¨®n primaria con un m¨¢ximo de 50 euros al a?o) o B¨¦lgica. En Alemania, tambi¨¦n estuvo vigente. Los pacientes deb¨ªan abonar desde el a?o 2004 la cantidad de 10 euros al trimestre para acudir a la consulta del centro de salud y otros 10 euros al acudir al especialista sin volante de su m¨¦dico o al servicio de urgencias. En noviembre de 2012, en pleno a?o electoral, se eliminaron estos pagos.
El ¨²nico copago vigente en Espa?a hace referencia a los medicamentos. El Gobierno lo ampli¨® en julio de 2012 al extenderlo a los pensionistas (con topes de gasto entre 8, 14 y 62 euros mensuales), cuando hasta entonces solo deb¨ªan abonar parte del coste del tratamiento las personas activas. La intenci¨®n era extenderlo tambi¨¦n a otras parcelas como el transporte no urgente en ambulancia, las pr¨®tesis y los productos dietoter¨¢picos; pero en enero de este a?o el Ministerio de Sanidad renunci¨® a sus planes. Poco antes, el Consejo de Estado cuestion¨® el ahorro que se conseguir¨ªa si se cobrara por el transporte sanitario no urgente.
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