Pistorius: ¡°Nunca quise disparar ni matar a nadie¡±
El fiscal intenta desmontar la versi¨®n del atleta de que la muerte de su novia fue un accidente
El turno del fiscal para interrogar a Oscar Pistorius promete. Tras dos d¨ªas en los que el acusado ha respondido a su abogado cuestiones estudiadas y preparadas a conciencia, ante las que el atleta sudafricano rompi¨® a llorar descontroladamente, hoy llegaron las preguntas de la acusaci¨®n p¨²blica, que, de primeras, le exigi¨® que dijera sin tapujos que mat¨® a su novia, Reeva Steenkamp. ¡°S¨ª, lo hice¡±, acab¨® por afirmar ante el tribunal.
Era el primer gesto de que iba a ser un interrogatorio duro, sin concesiones, la ¨²ltima y gran oportunidad que el fiscal, Gerri Nel, tiene para desmontar la versi¨®n de Pistorius de que la muerte de la joven fue un error o un accidente. El paral¨ªmpico insisti¨® en que un miedo insuperable se apoder¨® de ¨¦l en plena madrugada cuando escuch¨® un ruido en el interior del peque?o lavabo de su domicilio de Pretoria y pens¨® que ser¨ªa atacado. ¡°Ten¨ªa mis dedos en el gatillo, y dispar¨¦ accidentalmente. Cre¨ª que mi vida estaba en peligro. Antes de poder pensar dispar¨¦ los cuatro tiros y cuando me di cuenta, par¨¦¡±, explic¨®. ¡°Nunca quise disparar contra nadie, ni matar a nadie¡±, asegur¨®, mientras que el fiscal le reprendi¨® que los tiros en un espacio tan reducido ¡°no dieron oportunidad¡± de sobrevivir a quien fuera que estuviera al otro lado de la puerta.
Lejos de las maneras suaves que exhibi¨® interpelando a sus testigos, Nel no dej¨® pasar ni una a Pistorius, que empez¨® su intervenci¨®n calificando el suceso de un ¡°error¡±. Al fiscal no le gust¨® el calificativo e insisti¨® para que admitiera que ¨¦l es el responsable de la muerte de la joven. ¡°Usted no cometi¨® ning¨²n error, usted mat¨® a Reeva¡±, le espet¨®.
El fiscal pidi¨® que se emitiera un v¨ªdeo difundido recientemente por el canal Skynews en el que se aprecia a Pistorius y a unos amigos disparando contra sand¨ªas y hasta se oye al velocista chillar entre risas que la explosi¨®n del fruto ¡°es m¨¢s suave que un cerebro¡±, una frase que para Nel es un claro indicio de que la pr¨¢ctica de tiros serv¨ªa ¡°para probar el efecto de hacer estallar un cerebro, como ocurri¨® con la cabeza de Reeva¡±.
El fiscal ten¨ªa su propio "efecto" preparado. Sin aviso, y aunque el tribunal prohibi¨® la exhibici¨®n de im¨¢genes de la v¨ªctima, en las pantallas de la sala de vistas aparecieron fotograf¨ªas de la cabeza de Steenkamp muerta, en las que se ve¨ªan claramente las heridas provocadas por los disparos.
No voy a mirar, lo recuerdo, yo toqu¨¦ su cabeza, no necesito mirar. Yo estaba all¨ª¡±
El p¨²blico se qued¨® helado por la impactante imagen y el propio Pistorius se neg¨® a mirarla, a pesar de la insistencia de Nel. ¡°No voy a mirar, lo recuerdo, yo toqu¨¦ su cabeza, no necesito mirar. Yo estaba all¨ª¡±, dijo entre l¨¢grimas para despu¨¦s taparse el rostro con las manos. La sesi¨®n tuvo que interrumpirse para que el atleta se recompusiera emocionalmente con la ayuda de su psic¨®logo particular y su familia, que, como en tantas otras ocasiones, corri¨® a consolarlo.
Nel trat¨® de evidenciar contradicciones entre las declaraciones que Pistorius hizo d¨ªas despu¨¦s del crimen y la que efectu¨® a preguntas de su abogado al inicio de esta semana. ¡°?Es usted cristiano, verdad, as¨ª que no mentir¨¢?¡±, le pregunt¨® al atleta, que siempre ha hecho gala de sus profundas creencias religiosas y de sus rezos diarios en recuerdo de la familia Steenkamp. ¡°Estoy aqu¨ª para decir la verdad por respeto a m¨ª y a Reeva, pero soy humano¡±, respondi¨® un Pistorius que, a pesar de que mantuvo en todo momento la compostura, en algunas ocasiones pareci¨® perder la paciencia ante las preguntas en bucle que le lanzaba el fiscal.
En ese cruce dial¨¦ctico, Pistorius asegur¨® que ¡°hoy en d¨ªa¡± tiene algunos ¡°problemas de memoria¡± para recordar ciertos detalles de aquella noche, aunque se reafirm¨® en que su ¡°versi¨®n nunca ha cambiado¡±.
No convenci¨® al fiscal, que le recrimin¨® que no estuviera respondiendo a las preguntas que le dirig¨ªa y solo se preocupara por las implicaciones que sus palabras puedan tener sobre ¨¦l, olvidando que ¡°Reeva no volver¨¢ a la vida¡±. Un emotivo Pistorius s¨®lo lleg¨® a admitir: ¡°Mi vida est¨¢ en juego¡±.
La declaraci¨®n de Pistorius continuar¨¢ ma?ana en un juicio previsto hasta el 16 de mayo, en el que el fiscal sostiene que el atleta paral¨ªmpico tuvo siempre claro que su novia era la persona que se encontraba detr¨¢s de la puerta a la que dispar¨®. El asesinato premeditado est¨¢ penado en Sud¨¢frica con cadena perpetua. Sin embargo, el velocista mantiene su inocencia y que dispar¨® para protegerse de un intruso que imagin¨® que hab¨ªa irrumpido en la vivienda.
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