Nunca nos vimos las caras con los neandertales
El encuentro de los humanos modernos con esa especie no se produjo en la Pen¨ªnsula Nuevas dataciones abren un vac¨ªo de unos mil a?os entre ambos
Cuando nuestros antepasados, los primeros individuos de nuestra especie, llegaron a Europa occidental, los neandertales ya hab¨ªan desaparecido. Fue hace algo m¨¢s de 40.000 a?os y las dos especies humanas nunca se vieron las caras por aqu¨ª. Estuvieron en contacto durante 50.000 a?os en Oriente Pr¨®ximo, y all¨ª se producir¨ªa el cruce que los genomas ahora delatan y, seguramente, el intercambio cultural. Pero en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido no llegaron a solaparse. Las nuevas dataciones con el m¨¦todo de carbono 14, pero aplicando t¨¦cnicas avanzadas que permiten eliminar la contaminaci¨®n de las muestras, sit¨²an en el tiempo y el territorio la presencia de ambas especies y, al menos en Espa?a, abren un vaci¨® de unos mil a?os entre la desaparici¨®n de unos y la llegada de los nuevos. El hallazgo ensancha las inc¨®gnitas sobre la causa de aquella extinci¨®n.
Los ¨²ltimos neandertales, con las nuevas dataciones perfeccionadas, son de hace 44.000 o 45.000 a?os y los primeros croma?ones, de hace 42.000 o 43.000 a?os. ¡°Durante un cuarto de siglo hemos estado hablando de que, a lo largo de 8.000 o 10.000 a?os, los neandertales y los primeros humanos coexistieron. Pero hoy creemos que en Europa Occidental hay un lapso entre unos y otros y, por tanto, no se produjo la hibridaci¨®n que en zonas como Oriente Pr¨®ximo s¨ª se dio¡±, comenta ?lvaro Arrizabalaga, uno de los autores de la nueva dataci¨®n. ¡°No hubo superposici¨®n, no llegaron a coincidir¡±.
El hallazgo ensancha las inc¨®gnitas sobre la causa de la extinci¨®n
Los investigadores de las universidades del Pa¨ªs Vasco, Oviedo y Girona, junto con expertos del Reino Unido, Australia y EE UU, liderados por Rachel E. Wood, han centrado su investigaci¨®n en tres cuevas situadas en la ruta de entrada de los Pirineos. ¡°L¡¯Arbreda (Girona) est¨¢ en el paso Oriental; Labeko Koba en el valle del Deba (Gipuzkoa), se encuentra en el pasillo de entrada por los Pirineos occidentales y la excavamos de urgencia, en 1988, antes de que fuera destruida por la construcci¨®n de la variante de Arrasate; y La Vi?a (Asturias) tiene valor de paradigma, pues proporciona una secuencia magn¨ªfica del Paleol¨ªtico Superior, es decir, del comportamiento t¨¦cnico y cultural de los croma?ones durante la ¨²ltima glaciaci¨®n¡±, explica Arrizabalaga, investigador de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. El estudio se ha hecho exclusivamente sobre muestras de huesos de animales claramente alterados por la actividad humana (ya sean herramientas y ¨²tiles o huesos descarnados) o restos de carb¨®n.
En cuanto a la v¨ªa de entrada a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, hay que tener en cuenta, primero, que no hay neandertales en ?frica, y, segundo, que el estrecho de Gibraltar era una barrera natural tambi¨¦n hace 45.000 a?os, por lo que el acceso por el Sur es muy poco probable, apunta.
La investigaci¨®n con las nuevas dataciones en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, se presenta en la revista Journal of Human Evolution, y sus resultados coinciden con lo que se ha constatado en los ¨²ltimos tres a?os en asentamientos de Reino Unido, Italia, Alemania y Francia, recalcan los cient¨ªficos. En ning¨²n caso hay superposici¨®n en el tiempo, en Europa Occidental, entre neandertales y croma?ones, resultados que, cuando menos, ¡°aten¨²an much¨ªsimo las posibilidades de intercambio y de comportamiento entre ambas especies¡±, se?ala con prudencia, el investigador.
Tambi¨¦n la responsabilidad de nuestra especie en la extinci¨®n de los anteriores pobladores europeos parece desvanecerse o, al menos, pierde peso. Aunque no hay que sacar conclusiones tan r¨¢pido, dice Arrizabalaga: ¡°El que no haya coexistencia no implica que no interfiri¨¦ramos de alguna manera. Por ejemplo, algunas de las enfermedades que llegaron a Am¨¦rica desde Europa alcanzaron a las poblaciones nativas antes de entrar en contacto con los espa?oles; los virus viajan muy r¨¢pido¡±.
S¨ª compartieron territorio en Siria, Israel, Palestina... durante 50.000 a?os
El cu¨¢ndo se extinguieron los neandertales ¡°es un problema que podemos abordar cient¨ªficamente y este nuevo resultado es muy interesante¡±, apunta Ignacio Mart¨ªnez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. ¡°En cuanto al porqu¨¦, hay que tener en cuenta que hay variables, inc¨®gnitas, que a lo mejor no podremos resolver nunca para dar una respuesta¡±, contin¨²a. Mart¨ªnez cree que, con las nuevas dataciones, se puede retirar del rompecabezas la intervenci¨®n de los croma?ones en la desparici¨®n de los neandertales y recalca que ¡°las ¨²ltimas ideas sobre este misterio apuntan a los efectos de los cambios clim¨¢ticos en aquel per¨ªodo que habr¨ªan diezmado las poblaciones neandertales aboc¨¢ndolas a su extinci¨®n antes de que llegaran los croma?ones¡±. Los primeros estaban m¨¢s adaptados a la vida en los bosques, muy afectados por los cambios de clima, y los croma?ones, m¨¢s adaptados a los recursos de campo abierto. ¡°As¨ª, los croma?ones no arrinconaron a los primeros en el territorio, es que el territorio estaba vac¨ªo¡±, concluye Mart¨ªnez.
El cruce entre estas especies, por tanto, que hace unos a?os se consideraba inexistente y que se ha descubierto recientemente al secuenciar el genoma de neandertal y detectar genes de aquella especie en nuestro genoma, hay que situarlo fuera de Europa Occidental. ¡°Pero compartieron territorio en Siria, Israel, Palestina... durante 50.000 a?os¡±, dice Arrizabalaga. ¡°All¨ª se mezclar¨ªan gen¨¦tica y culturalmente¡±, comenta. ¡°As¨ª que los croma?ones habr¨ªan llegado a Europa occidental ya hibridados¡±.
Un ¨¢tomo entre un trill¨®n
La t¨¦cnica tradicional de dataci¨®n por carbono-14, tan utilizada en restos del pasado, tiene un problema: la contaminaci¨®n de las muestras. "Se basa en la desintegraci¨®n media del carbono 14, pero es un elemento escas¨ªsimo: solo un ¨¢tomo de cada trill¨®n de ¨¢tomos de carbono es de ese is¨®topo", comenta ?lvaro Arrizabalaga. "Y con muestras antiguas, es tan poco lo que queda que cualquier contaminaci¨®n rejuvenece los vestigios, hace que parezcan m¨¢s recientes", a?ade. La t¨¦cnica consiste en, sabiendo que la mitad del carbono-14 se desintegra cada 5.700 a?os, contar el que queda en una muestra y as¨ª calcular el tiempo transcurrido desde que se deposit¨® en el hueso o en el carb¨®n.
Pero, por muy cuidadoso que el cient¨ªfico sea, la contaminaci¨®n es un riego permanente. Para evitarlo, se aplica ahora un m¨¦todo avanzado de ultrafiltraci¨®n antes del an¨¢lisis de carbono-14 que elimina todo el que no proceda de la muestra, el que se ha podido a?adir con posterioridad, ya sea de un animal que ha mordisqueado un hueso o una transferencia en la manipulaci¨®n al recuperarlo, y se obtiene la materia org¨¢nica original. Esta t¨¦cnica, la misma que se aplica para purificar el col¨¢geno en las pruebas de ADN, a?ade el investigador, se utiliza en paleontolog¨ªa y arqueolog¨ªa desde 2005 y los resultados son los esperados: un envejecimiento de los restos al no estar contaminados.
El equipo internacional en el que participa de Arrizabalaga que ha datado ahora con precisi¨®n la llegada de los primeros croma?ones, nuestros antepasados, hab¨ªa hecho lo mismo ya hace un par de a?os con los ¨²ltimos neandertales, adelant¨¢ndose algunas fechas hasta 8.000 a?os respecto a las dataciones anteriores.
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