Parches asistenciales hechos de buena voluntad
El Colegio de M¨¦dicos de Guadalajara abre una consulta gratuita para atender a inmigrantes Algunos colectivos lo critican por considerarlo ¡°beneficencia¡±
Un diab¨¦tico y un epil¨¦ptico que llevaban meses sin ser controlados de sus enfermedades. Inmigrantes sin tarjeta sanitaria y sin recursos para pagarse un seguro privado. Han sido los dos primeros pacientes de la consulta gratuita que el Colegio de M¨¦dicos de Guadalajara ha habilitado en su propia sede hace algo m¨¢s de un mes. ¡°Es un parche¡±, admite Alicia Fern¨¢ndez de Pe?aranda, m¨¦dica de familia en un centro de salud p¨²blico de la ciudad. ¡°Pero mientras se soluciona este problema, que provoca que haya enfermos que no son atendidos por un m¨¦dico durante un a?o entero, creemos que no podemos mirar para otro lado¡±, a?ade.
La consulta genera, sin embargo, muchas dudas en algunos colectivos que luchan por la atenci¨®n normalizada de los excluidos. ¡°Se est¨¢ institucionalizando la exclusi¨®n sanitaria. A priori parece una buena idea, todos estamos encantados de ayudar, pero esto hace en realidad un flaco favor porque la atenci¨®n de estas personas debe ser en las mismas condiciones que la del resto de ciudadanos: dentro del sistema nacional de salud, y no en un servicio de segunda categor¨ªa¡±, dice Mar Sacrist¨¢n, m¨¦dico y miembro de Yo S¨ª Sanidad Universal. Este grupo de ciudadanos y profesionales sanitarios cree que la idea de Guadalajara se acerca m¨¢s bien a los centros sanitarios de beneficencia del franquismo: los dispensarios.
El dispensario
En Espa?a a¨²n quedan dispensarios. Uno de ellos es el Dispensario Ben¨¦fico de San Antonio, que sigue atendiendo de forma gratuita a los m¨¢s desfavorecidos como hace cuarenta a?os, cuando abri¨® en el barrio de Cuatro Caminos, en Madrid, dependiente de la Parroquia-Santuario San Antonio de los Hermanos Franciscanos Capuchinos.
M¨¢s de 25 profesionales sanitarios ¡ªm¨¦dicos, pod¨®logos y ¨®pticos¡ª prestan sus servicios bajo la coordinaci¨®n de las hermanas Sor Olvido y Sor Guadalupe. El dispensario tiene en marcha una campa?a de donaci¨®n. Pide a particulares, farmacias o cl¨ªnicas que les entreguen medicamentos, gafas, instrumental m¨¦dico o material como pa?ales.
El proyecto de Guadalajara, que nace en una comunidad que aplica a rajatabla la exclusi¨®n sanitaria, Castilla-La Mancha, surgi¨® de la llamada de ayuda de la Cruz Roja. Cada d¨ªa se encontraba con personas excluidas del sistema sanitario p¨²blico, con bajos o nulos ingresos, que evitaban ir al m¨¦dico porque les cobraban la visita. Muchos eran enfermos cr¨®nicos a los que ning¨²n especialista controlaba de sus dolencias. Al acuerdo se sum¨® el Colegio de Farmac¨¦uticos, que renuncia a su margen de beneficio en las medicinas que se prescriben. Los martes y los jueves, con cita previa, m¨¦dicos voluntarios atienden la consulta. Es una primera visita, de atenci¨®n primaria, pero tambi¨¦n hay especialistas que se han ofrecido sin cobrar.
La iniciativa, que ten¨ªa todos los ingredientes para morir de ¨¦xito, apenas ha arrancado. El paciente diab¨¦tico y el epil¨¦ptico son los ¨²nicos que en un mes han pasado por all¨ª. Fern¨¢ndez de Pe?aranda, vocal de Primaria del Colegio y una de las voluntarias, reconoce que la v¨ªa de acceso a la consulta no es la ideal. Los pacientes deben pasar primero por los Servicios Sociales municipales y despu¨¦s por Cruz Roja, que es quien les deriva al Colegio. ¡°Nosotros no tenemos un sistema para valorar qui¨¦n tiene derecho o no a la asistencia, o qui¨¦n carece de recursos¡±, justifica. ¡°No podemos hacer competencia desleal a la medicina privada, ni permitir que alguien se salte la lista de espera de la p¨²blica¡±, a?ade.
La consulta est¨¢ disponible, pero nadie la usa. Y los m¨¦dicos saben que no es por falta de potenciales beneficiarios. ¡°Viene mucha gente a preguntar, incluso de Madrid, o llaman por tel¨¦fono, pero tenemos que decirles que sigan el circuito. Entendemos que deber¨ªan ser tratados en la red p¨²blica, pero de momento no se puede, y como Colegio no podemos hacer una llamada a la desobediencia civil¡±, se?ala la doctora. Est¨¢n atados de manos, viene a decir. Y teme que el problema est¨¦ quedando en la sombra. ¡°Los primeros meses acud¨ªan muchos enfermos a las consultas de primaria. Se les atend¨ªa, claro, pero al entrar en el sistema despu¨¦s les pasaban la factura, creo que de unos 70 euros por visita con un m¨¦dico de familia, por ejemplo. Ahora que cada vez vienen menos por miedo a esos cobros. Quedan ocultos¡±, a?ade.
A los miembros de Yo S¨ª Sanidad Universal les preocupa que servicios como el de Guadalajara ¡ªque ¡°segregan a los ciudadanos¡±¡ª proliferen. Creen que tienen limitaciones t¨¦cnicas importantes y solo pueden resolver cuestiones sanitarias puntuales, de baja complejidad. Ellos apuesta por otros m¨¦todos: labores de informaci¨®n y acompa?amiento para lograr que se siga atendiendo en hospitales y centros de salud a los excluidos, y la objeci¨®n de conciencia de los profesionales sanitarios. Gracias a sus intervenciones, han obligado a hospitales a reconocer errores y borrar facturas de pacientes atendidos en urgencias a los que los centros intentaron cobrar. La ley es clara: entre las excepciones a la exclusi¨®n est¨¢n las urgencias, la atenci¨®n pedi¨¢trica y la obst¨¦trica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.