¡°Si se quiere tener m¨¢s de dos hijos, hay que adoptar¡±
El periodista medioambiental expone la soluci¨®n contra el aumento desenfrenado de personas a trav¨¦s del control de la natalidad
No¨¦ est¨¢ de moda. La llegada a los cines de este pasaje del G¨¦nesis ha vuelto a poner a flote el arca m¨¢s famosa. Aparte de Russell Crowe, religi¨®n y pecados, para Alan Weisman (Mine¨¢polis, 1947), esta historia b¨ªblica tiene un mensaje claro: ¡°Para preservar la raza humana, hay que salvar a los animales¡±. El periodista, que comenz¨® en la profesi¨®n para saciar su curiosidad ¡ª¡°tienes un pretexto para tocar cualquier puerta¡±, reconoce¡ª, abord¨® durante a?os distintas tem¨¢ticas y viaj¨® por el mundo para cubrir desde el desastre en Chern¨®bil hasta el deshielo de la Ant¨¢rtida. Hasta que un d¨ªa se dio cuenta de que todos sus reportajes ten¨ªan que ver, de alguna manera, con el medio ambiente. Como el diluvio universal. Solo que ahora lo que amenaza con anegar la Tierra no es el agua, sino una marea humana que no deja de engordar.
¡°Cada cuatro d¨ªas y medio, hay un mill¨®n de personas m¨¢s en el mundo. No es sostenible¡±, subraya. E intercala una pinchada a su plato de fruta y queso fresco, con los ¡°problemas enormes¡± para los oc¨¦anos, la seguridad alimentaria y la atm¨®sfera de no frenar a tiempo la ¡°explosi¨®n anormal de poblaci¨®n¡± que se viene produciendo desde el siglo XIX. Tanto es as¨ª que Weisman se pregunta si tenemos futuro en la Tierra. Una cuesti¨®n que trata de responder en las 600 p¨¢ginas de su ¨²ltimo libro, La cuenta atr¨¢s (Debate). ¡°Es que ten¨ªa que poner muchos agradecimientos y varias p¨¢ginas de bibliograf¨ªa. He tenido que leer mucho y me he reunido con m¨¢s de 200 personas en 21 pa¨ªses¡±, justifica la extensi¨®n.
Weisman utiliza, sin embargo, solo tres palabras para exponer la soluci¨®n contra el aumento desenfrenado de personas que habitamos (y devoramos) este planeta: control de natalidad. Contra medidas dr¨¢sticas como la cuota de un hijo por pareja en China, o peor a¨²n, guerras y grandes desastres que se lleven por delante a millones de individuos, este norteamericano propone una sencilla soluci¨®n: anticonceptivos ¡ª¡°250 millones de mujeres no tienen acceso a ellos, aunque querr¨ªan¡±, apunta¡ª. ¡°El coste ser¨ªa de unos 8.000 millones al a?o. Es lo que se ha gastado mi Gobierno en solo un mes de guerra de Afganist¨¢n¡±.
Y contin¨²a haciendo c¨¢lculos. ¡°Como cualquier organismo queremos multiplicarnos, pero hacemos copias de m¨¢s. No digo que la gente no deba tener hijos, pero lo sostenible es tener dos biol¨®gicos y, si se quieren m¨¢s, adoptar¡±. ?l se arrepiente de no haberlo hecho tras varios embarazos fallidos. ¡°Llenamos la vida con trabajo¡±, dice sin abundar.
Residentes en una casa en Massachusetts, Weisman y su mujer compatibilizan sus viajeras profesiones ¡ªreportero y escultora¡ª con el cultivo de su propia huerta. ¡°Producimos parte de nuestra alimentaci¨®n¡±, asegura. Y aunque no tienen animales dom¨¦sticos, tambi¨¦n dan de comer a los silvestres que moran sus terrenos, desde ardillas hasta osos. ¡°Alguno hemos pillado rebuscando en el compost¡±, r¨ªe.
Pese a que Weisman relata con entusiasmo que en su pueblo planean montar una cooperativa para abastecerse de productos locales porque es m¨¢s sostenible, no cree que la llamada revoluci¨®n verde y una disminuci¨®n del consumo sean suficientes para asegurar la supervivencia humana. ¡°Como me dijo uno de mis entrevistados¡±, recuerda, ¡°no hay cond¨®n contra el consumismo¡±.
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