Una mina de uranio atravesar¨¢ un ¨¢rea protegida en Salamanca
Grupos ecologistas denuncian el proyecto ante la UE por su riesgo ambiental
Como si se tratase de una aparici¨®n, los grupos de jubilados que pasean por la carretera SA-322 junto a Ba?os de Retortillo (Salamanca) se detienen, perplejos, ante las oficinas que Berkeley Minera Espa?a SA, de matriz australiana, acaba de construir en medio del encinar. Son la primera muestra visible del proyecto Retortillo-Santidad; un plan que, cuando se materialice, albergar¨¢ una de las pocas minas de uranio a cielo abierto que hay en Europa.
La explotaci¨®n est¨¢ ubicada apenas a un kil¨®metro del balneario, en medio de un bosque mediterr¨¢neo de gran valor ecol¨®gico y ambiental. De hecho, existen dos directivas europeas que protegen la zona dentro de las redes ZEPA (Zona de Especial Protecci¨®n para las Aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria). Pero estas no han sido obst¨¢culo para que la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y Le¨®n emitiese, el 25 de septiembre de 2013, una Declaraci¨®n de Impacto Ambiental (DIA) favorable al proyecto. Una ¡°decisi¨®n precipitada e incomprensible¡±, seg¨²n Jos¨¦ Luis Moreno, presidente de la plataforma Stop Uranio; y que choca, adem¨¢s, con la prudencia que s¨ª ha tenido la Comisi¨®n Europea al conocer el proyecto, que ha decidido abrir un expediente informativo en respuesta a la denuncia interpuesta, el pasado 30 de agosto, por Stop Uranio. Esta plataforma denuncia que Berkerley ¡°incumple el Programa General de Medio Ambiente de la UE de horizonte 2020¡±, por el que se pretende ¡°que el capital natural est¨¦ protegido y mejorado, adem¨¢s de que se salvaguarden la salud y el bienestar de los ciudadanos¡±. La Comisi¨®n a¨²n est¨¢ recabando datos y no ha decidido si llevar¨¢ el expediente adelante.
La explotaci¨®n dejar¨¢ en la zona residuos radiactivos
Por su parte, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene entre sus competencias exigir a la empresa que cumpla los protocolos que rigen para este tipo de explotaciones. Y si considera que el dossier est¨¢ incompleto, se lo hace saber. As¨ª ocurri¨® el pasado 5 de marzo, cuando pidi¨® a Berkeley que hiciese correcciones tras haber observado ¡°carencias significativas¡±. Le viene a decir que los residuos son radiactivos y deben ser tratados como tales; no como pretende la empresa, que los considera residuos sin m¨¢s y as¨ª podr¨ªa depositarlos al aire libre o en el hueco que deje la extracci¨®n de mineral. ¡°Lo que el CSN pide es un tratamiento similar al que se requiere para los cementerios nucleares¡±, comenta Gabriel Risco, portavoz de Equo en la regi¨®n.
Tambi¨¦n los portugueses se han interesado por la mina ¡ªla frontera apenas queda a 50 kil¨®metros¡ª. Grupos ecologistas de ambos pa¨ªses se han reunido recientemente en Villavieja (pueblo al que pertenece parte del yacimiento) para denunciar los da?os que explotaciones como esta, en las que se manipula mineral radiactivo, pueden causar a las personas y al medio ambiente.
Mientras tanto, Berkeley sigue cumpliendo los plazos y aportando la documentaci¨®n que le exige el CSN y espera que la Administraci¨®n le autorice a iniciar los trabajos cuanto antes. ¡°Confiamos en que sea a principios de 2015¡±, dice Francisco Bell¨®n, su director general, quien a?ade por si alguien dudara de la seguridad del proyecto: ¡°Hemos pedido estudios radiol¨®gicos, medioambientales, sobre el impacto del ruido y las explosiones o sobre la restauraci¨®n de terrenos a empresas especialistas internacionales¡±. ¡°Entiendo que la mina pueda generar alguna sensibilidad, pero precisamente por eso hemos desarrollado un proyecto absolutamente riguroso¡±, concluye. Y es que, efectivamente, la ¡°sensibilidad¡± en la zona es grande; unos porque creen que la mina va a ser el man¨¢ que les saque de pobres ¡ªBerkeley ha prometido crear 196 empleos¡ª, y otros porque no acaban de entender que ¡°pueda cometerse tal salvajada ecol¨®gica y medioambiental, adem¨¢s de que se va a envenenar a la poblaci¨®n¡±, dice Jes¨²s Cruz, autor de un blog muy activo en contra de la mina.
La empresa espera empezar los trabajos a principios de 2015
Aunque lo que prima es el miedo. Miedo que no se expresa habitualmente, pero que altera el rostro cuando alguien pronuncia palabras como uranio, radiactividad, Fukushima, Chern¨®bil o c¨¢ncer. Adem¨¢s, la poblaci¨®n teme que la mina les impida comercializar su ganado (cerdo ib¨¦rico y vacas morucha, sobre todo) o que los bosques de robles, alcornoques y encinas se mueran por efectos del polvo radiactivo. De momento, solo para que la mina se abra, m¨¢s de 25.000 de estos ¨¢rboles deben ser arrancados.
La veta de uranio, de 4,3 kil¨®metros de longitud, casi uno de ancho y 120 metros de profundidad (seg¨²n las prospecciones de Berkeley), est¨¢ partida en dos por el r¨ªo Yeltes, cuyo cauce y riberas est¨¢n protegidos por las directivas europeas ya citadas. La empresa tiene previsto vallar 2.517 hect¨¢reas, de las que 240 estar¨¢n ocupadas por la huella minera, escombreras y una decena de balsas; enormes contenedores de l¨ªquido que mediante el procedimiento de lixiviaci¨®n est¨¢tica facilitar¨¢n la extracci¨®n del ¨®xido de uranio (U3O8). Este sistema requiere cantidades ingentes de agua que, mezclada con productos qu¨ªmicos como el ¨¢cido sulf¨²rico, la sosa c¨¢ustica o el ¨¢cido clorh¨ªdrico, posibilitar¨¢ la decantaci¨®n del mineral.
El yacimiento, seg¨²n Berkeley, alberga cinco millones de kilos de U3O8 que, ¡°al precio actual en el mercado a largo plazo¡±, explica Bell¨®n, ¡°tendr¨ªan un valor de m¨¢s de 430 millones de euros¡±. ¡°La mina, entendemos, es muy rentable¡±, concluye Bell¨®n. Eso a pesar de que la vida prevista son 10 a?os y la inversi¨®n se calcula en 354 millones de euros.
El ruido que trae el dinero
Uno de los yacimientos de uranio en superficie m¨¢s ricos de Europa y, por tanto, f¨¢cil de explotar est¨¢ en un territorio que durante los siglos IX al XII fue tierra de nadie y que hoy, azotado por la emigraci¨®n y el desempleo, vive todav¨ªa en el olvido. ¡°Hasta que lleg¨® Berkeley... Nadie hasta entonces se hab¨ªa ocupado de esta comarca¡±, se queja Jos¨¦ Luis Moreno, presidente de Stop Uranio. Pueblos como Retortillo, de 244 habitantes, seg¨²n datos del INE de enero de 2012; Villavieja, 899; Villares, 132; o Boada, 307, son fiel reflejo del abandono secular que sufre esta comarca. Una comarca con bosques que albergan aves como la cig¨¹e?a negra o el buitre leonado y, en sus corrientes fluviales, especies end¨¦micas como la sarda salmantina.
Esta tierra estaba tranquila hasta que lleg¨® el dinero f¨¢cil del uranio. Y los 50 millones de euros que dice haber invertido ya Berkeley en la zona han provocado no poco ruido. ?En qu¨¦ los ha gastado? "Parte de ellos en comprar voluntades y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n a algunos alcaldes", denuncia el activista Jes¨²s Cruz.
Villavieja y Retortillo han recibido ya 86.528 euros el primero y ¡°algo m¨¢s de 110.000 el segundo¡±, seg¨²n Javier Santamartina (PP), su actual regidor. Tambi¨¦n Villares de Yeltes, aleda?o a la mina, ¡°ha cobrado algo¡±, dice el alcalde, Jos¨¦ Manuel Hern¨¢ndez (PP). ¡°Les hemos sacado 19.000 euros de compensaci¨®n para el pueblo¡±, dice.
Jorge Hern¨¢ndez, alcalde de Villavieja (PSOE), pueblo al que pertenece el yacimiento Santidad, se justifica: ¡°Si el pueblo se levanta, este Ayuntamiento se pone en cabeza, pero aqu¨ª nadie ha protestado¡±. No es de la misma opini¨®n el alcalde de Boada, Mat¨ªas Garz¨®n (PSOE), que convoc¨® un refer¨¦ndum. ?Resultado? El 98% del pueblo vot¨® en contra de la mina. ¡°Es un disparate y el da?o ser¨¢ irreparable para todos¡±, augura Garz¨®n.
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