¡°El tenis en directo se parece a un concierto de rock¡±

C¨¢ncer, esclerosis lateral amiotr¨®fica (ELA)... Si hay un deporte al que la enfermedad ha golpeado en los ¨²ltimos tiempos igual que un tren arrolla a un paseante, implacable y por sorpresa, ese es el tenis. ¡°Cuando algo as¨ª de tr¨¢gico pasa, te planteas tu propia mortalidad, es algo que altera tus perspectivas vitales¡±, cuenta con gesto serio Chris Kermode (Reino Unido, 1965), el presidente de la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales (ATP), que la semana pasada llor¨® la muerte de Elena Baltacha, extenista brit¨¢nica fallecida de un c¨¢ncer a los 30 a?os, y que antes sufri¨® la p¨¦rdida de su predecesor en el cargo, Brad Drewett, v¨ªctima del ELA. ¡°En el caso de Elena, todo fue muy r¨¢pido¡±, dice el exjugador mientras aparca su capuchino en la mesa. ¡°Fue un shockver que puedes estar perfectamente bien y que un minuto despu¨¦s te comuniquen una sentencia de muerte. Es una llamada de atenci¨®n. Hay que exprimir cada d¨ªa¡±.

Kermode aplica la m¨¢xima al pie de la letra. En su librer¨ªa se acumulan m¨¢s de 2.000 libros, de H. H. Munro a la biograf¨ªa de Patti Smith. Vive pendiente del cine y los documentales, de Nebraska a Searching for Sugar Man. Est¨¢ casado y tiene tres hijos. Su cargo le coloca en el pin¨¢culo de la estructura que debe aprovechar el mejor momento de la historia de su deporte, que impulsado por la coincidencia en el tiempo de campeones que dejar¨¢n su huella en la historia (Nadal, Djokovic, Federer¡­), llega a m¨¢s gente y atrae a m¨¢s patrocinadores que nunca.

¡°Siempre he sentido pasi¨®n por la m¨²sica y el cine¡±, explica Kermode, que trabaj¨® como promotor musical. ¡°Soy tan fan de la m¨²sica, siento tanta pasi¨®n por ella, que he tenido que aprender una lecci¨®n muy dura: a veces te implicas tanto emocionalmente en lo que te gusta que pierdes tu capacidad de juzgarlo adecuadamente¡±, subraya mientras deja sin tocar las galletas. ¡°Firm¨¦ bandas que me gustaban personalmente y vend¨ª dos discos con ellas. Por eso, ahora empleo a gente que ama el deporte, a la que le gusta el tenis, pero que no est¨¢ enamorada de ¨¦l¡­ y por eso yo intento mirar al tenis, que siempre he llevado en la sangre, con los ojos de un fan que se acerca de vez en cuando a este deporte¡±, sigue. ¡°El tenis, al m¨¢s alto nivel, visto en vivo, es tan emocionante que se puede comparar con las mejores bandas de rock tocando en un estadio. ?Por qu¨¦? Estas grandes bandas de rock tienen seguidores de todas las edades. Tipos viejos como yo ir¨ªan a ver sus conciertos con sus hijos. Trascienden generaciones¡±. Y pone un ejemplo: ¡°Mi hijo no estaba tan interesado en el tenis hasta que le arrastr¨¦ al Queen¡¯s a ver a Rafa [Nadal]. Fue el¨¦ctrico. Al d¨ªa siguiente, le cort¨® las mangas a su camiseta, aunque ¨¦l no tenga esos m¨²sculos, y cogi¨® una raqueta¡±.

Nadal, que antes del desayuno le salud¨® pas¨¢ndole su brazo de gigante por encima de los hombros, ya se ha marchado. Ion Tiriac, el hombre que maneja los hilos del Mutua Madrid Open, donde tuvo lugar la entrevista, ya le ha ofrecido su manaza de extenista, llena de anillos. Kermode, que deja el caf¨¦ a medio beber, tiene que conciliar los intereses de tenistas y torneos. Afronta el reto ¡°emocionado¡±. Sin dejarse arrastrar, sin embargo, por el espejismo del despacho. El tenis ha despedido a dos de sus protagonistas en un breve espacio de tiempo. ¡°No hay que vivir en una burbuja¡±, dice.