Sombras de duda sobre las nuevas huellas del universo primitivo
Los cient¨ªficos discuten si el polvo de la V¨ªa L¨¢ctea ha podido empa?ar los registros de las ondas gravitacionales primordiales tomados desde el Polo Sur
Una sombra de duda planea sobre el descubrimiento de las huellas de ondas gravitacionales del principio del universo que fue presentado a bombo y platillo, y celebrado en todo el mundo, el pasado mes de marzo. El hallazgo, realizado con el telescopio BICEP-2 instalado en el Polo Sur, es la detecci¨®n indirecta de ondulaciones del espacio-tiempo en una fase inmediatamente despu¨¦s del Big Bang, lo que confirmar¨ªa la teor¨ªa de la inflaci¨®n, seg¨²n la cual en sus primeros instantes el cosmos sufri¨® un crecimiento descomunal y rapid¨ªsimo. Pero cuando los cient¨ªficos se han puesto a escudri?ar con detalle los datos presentados por John Kovac y su equipo de BICEP-2 han encontrado una pega que puede ser importante: ?Se ha sustra¨ªdo debidamente el efecto del polvo de nuestra galaxia, la V¨ªa L¨¢ctea, interpuesto entre el telescopio y esas huellas de ondas gravitacionales primordiales? ?O la se?al captada est¨¢ m¨¢s contaminada por el polvo de lo que se dijo y en realidad no se han detectado tales huellas, o al menos no con el nivel de certeza exigido para decir que es un aut¨¦ntico descubrimiento?
Por ahora, se est¨¢n repasando a fondo los datos y habr¨¢ que esperar a los resultados del telescopio espacial europeo Planck sobre la cuesti¨®n, a finales de este a?o, y otras observaciones en curso para confirmar o no el descubrimiento de BICEP-2. Su trayectoria a Estocolmo, al premio Nobel, esta por ahora en suspenso. Para situar el problema se puede hacer una simple comparaci¨®n: lo que BICEP-2 hace es rastrear en una regi¨®n del cielo, con gran resoluci¨®n, la radiaci¨®n de fondo del universo, emitida cuando el cosmos ten¨ªa unos 380.000 a?os y se hizo transparente. Y en esa radiaci¨®n, anunciaron en marzo, fueron capaces de detectar la huella de las ondas gravitacionales primordiales propagadas desde los primeros instantes del universo, en forma de unos patrones caracter¨ªsticos. Hasta ah¨ª todo bien. Pero si estos cient¨ªficos est¨¢n observando el fondo del universo, tienen que restar lo que tienen m¨¢s cerca, la galaxia, que se interpone entre el telescopio y el fondo del cielo. Es como si se fotograf¨ªa un paisaje al fondo pero con una tormenta de nieve delante: para estar seguro de que se ve bien el panorama en la imagen tiene que restar la nieve. La incertidumbre que ha surgido con BICEP-2 es si se rest¨® debidamente ese polvo de la V¨ªa L¨¢ctea.
Christopher Crockett explica en las noticias de la revista Science que Kovac present¨®, entre otros, unos datos tomados por el telescopio Planck, que tambi¨¦n escudri?a la luz polarizada, a¨²n no publicados oficialmente, es decir, sin una revisi¨®n con todo el rigor que eso supone. Es m¨¢s, los investigadores de BICEP-2, dice, utilizaron una diapositiva con datos que Planck presentada en una charla y encima la malinterpretaron. Lo sac¨® a la luz, hace unos d¨ªas, Raphael Flauger, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, EE UU. Su conclusi¨®n es que los cient¨ªficos de BICEP-2 habr¨ªan subestimado lo fuerte que es el efecto de polarizaci¨®n del polvo gal¨¢ctico, aunque no descarta que el resultado final pueda ser correcto.
¡°Estamos seguros de nuestros datos¡±, dicen los autores del descubrimiento
Frente a los argumentos de Flauger, los cient¨ªficos de BICEP-2 han recalcado que no solo contaron con esos datos de Planck que ahora pueden resultar controvertidos, sino con m¨¢s registros de esa suciedad interpuesta, el polvo gal¨¢ctico, incluidos los tomados por ellos mismos previamente, desde el Polo Sur, y los de otro experimento independiente tambi¨¦n realizado all¨ª. Adem¨¢s, recuerdan, la regi¨®n del cielo que ellos han observado est¨¢ escasamente velada por polvo de la V¨ªa L¨¢ctea, ya que est¨¢ muy por encima del plano de la galaxia donde se concentran m¨¢s nubes de gas y polvo. ¡°Estamos seguros de nuestros datos¡±, ha dicho Jamie Bock, astrof¨ªsico de Caltech y miembro de BICEP-2, en Science.
Flauger reconoce su admiraci¨®n por las medidas que han sido capaces de tomar los cient¨ªficos del telescopio del Polo Sur consider¨¢ndolas ¡°asombrosas¡±. Aunque a?ade: ¡°Dado que es un resultado tan importante, uno quiere estar seguro de que es verdad¡±.
Habr¨¢ que esperar para zanjar el asunto. Los investigadores cuentan con los resultados tomados el invierno pasado (verano austral) por un detector a bordo de un globo que vol¨® tambi¨¦n por el Polo Sur, el experimento EBEX, as¨ª como del Keck Array, y, sobre todo, del telescopio Planck.
Juan Garc¨ªa-Bellido, f¨ªsico te¨®rico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, advierte que BICEP-2 tiene much¨ªsima m¨¢s sensibilidad de Planck en las frecuencias con las que est¨¢n trabajando, pero el telescopio espacial abarca todo el cielo y no solo una regi¨®n concreta. De cualquier forma, se?ala, ¡°el equipo de Planck quiere acabar de analizar bien todos sus datos antes de pronunciarse al respecto, seguramente hacia noviembre de este a?o¡±.
Aunque los resultados presentados por Kovac y sus colegas a mediados de marzo no parecen ser ahora tan pr¨ªstinos como el lugar de la Ant¨¢rtida elegido para hacer las observaciones, muchos cient¨ªficos, y no solo los propios descubridores, conf¨ªan en que acabar¨¢n confirm¨¢ndose porque ese fallo concreto con el polvo puede no ser determinante. Otros son algo m¨¢s esc¨¦pticos y advierten, sobre todo, contra la premura que algunos equipos cient¨ªficos tienen a la hora de presentar resultados y los anuncian antes de pasar el riguroso escrutinio de la publicaci¨®n oficial en una revista cient¨ªfica de alto prestigio.
¡°En ciencia es obligatorio buscarle las cosquillas a cualquier experimento, y, m¨¢s a¨²n, si es tan importante como este¡±, recalca Garc¨ªa-Bellido; ¡°pero yo estoy convencido de que en este caso saldr¨¢ airoso. Pronto lo sabremos¡±.
Muy diferente del error de los neutrinos
La situaci¨®n del experimento del Polo Sur, recalcan los cient¨ªficos, es muy diferente de la vivida hace un par de a?os cuando el equipo internacional Opera, trabajando en un laboratorio en Italia, present¨® unos resultados seg¨²n los cuales unas part¨ªculas elementales llamadas neutrinos viajar¨ªan a velocidad superior a la de la luz. La inmensa mayor¨ªa de los f¨ªsicos de todo el mundo sospecharon inmediatamente que algo se hab¨ªa hecho mal en ese experimento, como as¨ª fue. Pocos meses despu¨¦s el propio equipo de Opera reconoci¨® que hab¨ªa cometido dos errores garrafales con la instrumentaci¨®n de medida. En aquel caso, lo que restaba credibilidad desde el primer momento a los resultados que se presentaron era, primero, que contradec¨ªan las leyes de la f¨ªsica de Einstein tan comprobadas y recomprobadas en m¨²ltiples experimentos y observaciones; y, segundo, que chocaban frontalmente con resultados previos independientes muy s¨®lidos acerca de la velocidad no superior a la de la luz de los neutrinos.
En el caso de BICEP-2, los resultados no contradicen a las leyes de la f¨ªsica, es m¨¢s, confirmar¨ªan la teor¨ªa de la inflaci¨®n (un crecimiento exagerado del universo en sus primeros instantes) que la mayor¨ªa de los cient¨ªficos consideran que debe ser correcta. Adem¨¢s, no son incongruentes con otros registros.
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