La vida despu¨¦s de una Fulbright
M¨¢s de 300.000 personas han disfrutado de este programa internacional Javier Solana, Elena Ochoa y Manuel Borja-Villel cuentan su experiencia
Las becas Fulbright, lanzadas en 1946 para promover el intercambio entre titulados universitarios estadounidenses y del resto del mundo, han marcado un antes y un despu¨¦s en la vida de aquellos que las consiguieron. M¨¢s de 300.000 personas de m¨¢s de 150 pa¨ªses, entre ellas 44 Premios Nobel, 86 Pulitzer y seis galardonadas con el Pr¨ªncipe de Asturias. El pasado jueves la propia Fundaci¨®n Fulbright pasaba a engrosar la lista de galardonados con este ¨²ltimo reconocimiento en la categor¨ªa de Cooperaci¨®n Internacional por ¡°su voluntad de mejorar la educaci¨®n global¡± de los j¨®venes, seg¨²n explic¨® Gustavo Su¨¢rez Pertierra, presidente del jurado. Los becados con los que este peri¨®dico ha contactado traducen estas palabras y aclaran su significado: amigos, familia, conocimiento, irrepetible, inolvidable. Un intercambio cient¨ªfico y cultural que une pa¨ªses y personas. Y ¨¦stas, transforman una relaci¨®n, en un principio acad¨¦mica y profesional, en una gran familia con lazos que sobreviven a d¨¦cadas y miles de kil¨®metros.
Javier Solana, ahora presidente de ESADEgeo, vivi¨® en Estados Unidos la guerra de Vietnam y los asesinatos de Robert F. Kennedy y de Martin Luther King gracias a una de esas becas en la Universidad de Virginia, entre otras. Comenz¨® en septiembre de 1966 y alarg¨® su estancia en el pa¨ªs americano hasta 1971. En medio de breves interferencias telef¨®nicas, recuerda que entonces, era la ¨²nica forma de salir de Espa?a para estudiar al otro lado del charco. ¡°Cuando yo llegu¨¦ era el ¨²nico espa?ol¡±, asegura. ¡°All¨ª ¨¦ramos austriacos, holandeses, ingleses, alemanes¡ Le perd¨ª el miedo a hablar y eso fue lo que m¨¢s empuj¨®n me dio con el idioma¡±.
Solana confiesa que la experiencia fue para ¨¦l extraordinaria y maravillosa. Tanto desde el punto de vista humano, como cient¨ªfico: ¡°Me encontr¨¦ con una ense?anza bastante distinta a la que hab¨ªa tenido en Espa?a. Aqu¨ª seguimos un poco obsesionados con la erudici¨®n, con la teor¨ªa. Y lo realmente importante en el mundo en el que vivimos hoy no solo es saber sino saber usar lo que sabes¡±.
A Manuel Borja-Villel, historiador del arte espa?ol y director del Museo Reina Sof¨ªa (Madrid) desde 2008, le ocurri¨® lo mismo unos a?os despu¨¦s. Un verano de 1980, recib¨ªa un telegrama en casa de sus padres, donde a¨²n viv¨ªa, un bloque donde las puertas todav¨ªa se dejaban abiertas. ¡°Cuando llegu¨¦ a casa mi madre ten¨ªa un disgusto bastante grande porque me hab¨ªan concedido la beca. Recuerdo perfectamente que se arm¨® un gran l¨ªo vecinal y se form¨® un debate para decidir si deb¨ªa irme o no¡±. Borja-Villel, que siempre hab¨ªa querido estudiar arte contempor¨¢neo, no tuvo dudas, se march¨® a la Universidad Yale (New Haven) donde exist¨ªa un departamento espec¨ªfico de arte de los siglos XIX y XX. ¡°La alegr¨ªa fue tremenda¡±.
Y esa alegr¨ªa al final dur¨® nueve a?os. ¡°Fue una ¨¦poca dorada en la que pod¨ªa dedicarme plenamente a estudiar. Adem¨¢s, tuve la suerte de ir en un momento en el que pude compartir trabajo, investigaci¨®n y tiempo con nombres como Rosalind Krauss, John Rewald o Benjamin Buchloh. El nivel era impresionante¡±, exclama. Ahora se siente orgulloso de que, aquello que cambi¨® su vida, reciba un premio como el Pr¨ªncipe de Asturias: ¡°El hecho de que una fundaci¨®n, compuesta por cientos de miles de experiencias, reciba un galard¨®n como este, me produce una gran satisfacci¨®n. Sobre todo, en un mundo en el que, en muchas ocasiones, es m¨¢s importante un individuo ¨²nico y un gran hombre que un grupo¡±.
Mientras Borja-Villel disfrutaba a¨²n de su beca, en 1983, Elena Ochoa daba clase de psicopatolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid. Un d¨ªa lleg¨® una carta hasta la mesa de su despacho. El membrete iba acompa?ado de un globo terr¨¢queo achatado, el de la Fundaci¨®n Fulbright. Tambi¨¦n fue una de las becadas de la fundaci¨®n norteamericana. ¡°Me puse a dar gritos de alegr¨ªa. Recuerdo ese momento de una forma n¨ªtida, la satisfacci¨®n de poder ir era indescriptible. Un antes y un despu¨¦s en mi vida¡±. Aquel sobre cambi¨® su forma de trabajar y de vivir.
Ochoa se dedic¨® por completo a la investigaci¨®n sobre la esquizofrenia entre 1984 y 1985, en la UCLA (Universidad de California), y en la de Chicago. ¡°La oportunidad de poder formar parte del equipo de investigadores l¨ªderes en aquel momento era incre¨ªble¡±, narra Ochoa desde Londres por tel¨¦fono. Una sonrisa se adivina a trav¨¦s del auricular, cuando la ahora editora de Ivorypress ¡ªcambi¨® la psicopatolog¨ªa por el mundo del arte y la comunicaci¨®n a mediados de los 90¡ª habla de aquel bienio su voz suena a nostalgia. ¡°Pero es una nostalgia llena de satisfacci¨®n, no de tristeza, porque los fulbright son una gran familia¡±, matiza Ochoa con dulzura.
Una nueva generaci¨®n
Luc¨ªa Miranda
(Valladolid, 1982) Estudi¨® Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid, en 2009 recibi¨® por email la noticia que le cambi¨® la vida: ¡°personal y profesionalmente. Me hizo tremendamente feliz y marc¨® un antes y un despu¨¦s en mi vida. Fue un lujo y un regalo poder estudiar algo que no existe en Espa?a, Educaci¨®n y Teatro¡±. Ahora Miranda es Directora de Teatro en The Cross Border Project.
I?aki Berenguer
(Muro, Alicante, 1976). Entre 2002 y 2004, este ingeniero de telecomunicaciones estudi¨® en la Universidad de Columbia (Nueva York). ¡°Recibes con mucha ilusi¨®n la beca porque es un reconocimiento a tu esfuerzo y trayectoria. Adem¨¢s es una oportunidad de trabajar con la gente m¨¢s puntera en tu campo¡±. Fund¨® Pixable en 2009 y la vendi¨® en 2012 por 30 millones de d¨®lares, aunque sigue relacionado con ella, est¨¢ fundando otra empresa e invierte en emprendedores espa?oles.
Javier Garc¨ªa Martinez
(Logro?o,1973). Doctor en qu¨ªmica, recibi¨® la beca en 2001 y se march¨® al MIT. ¡°Recuerdo la inmensa alegr¨ªa cuando lo supe. Llegu¨¦ en el momento en el que estaba naciendo una nueva forma de trabajar con la nanotecnolog¨ªa. Me cambi¨® la vida y la forma de ver la vida. Mont¨¦ una empresa, Rive Technology, que comercializa la tecnolog¨ªa que descubr¨ª all¨ª¡±. Sigue en Estados Unidos, en la Universidad de Princeton y ha sido Premio Jaime I en Nuevas Tecnolog¨ªas este mismo a?o.
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