C¨®mo aplacar el apetito de ¡®Pyros¡¯
En el Pirineo viven ya una treintena de osos, pero el 75% son hijos de un solo ejemplar
La patrulla del equipo de conservaci¨®n del oso del Pirineo confirma la presencia de dos oseznos nacidos durante el pasado invierno en el valle de Card¨®s, en el coraz¨®n del parque natural del Alt Pirineu, al norte de Lleida. A juzgar por las im¨¢genes tomadas por las c¨¢maras, la madre de la camada es Caramellita, apuestan Xavi Garreta y Toni Batet mientras se felicitan efusivamente por la ampliaci¨®n de la familia osuna. La identidad del padre, aunque la tendr¨¢ que demostrar una prueba de ADN, parece clara: Pyros. El plant¨ªgrado m¨¢s grande y longevo que habita los Pirineos es el progenitor de todos los cachorros concebidos desde 2008 en la cordillera. Si se confirma que Pyros y Caramellita son los padres de la nueva camada, ser¨ªa la cuarta vez que el veterano macho procrea con esta nieta.
La insaciable vida sexual de Pyros ha logrado que el proyecto de reintroducci¨®n de osos en el Pirineo sea un ¨¦xito en tanto a cr¨ªas nacidas; se calcula que en la cordillera viven ya entre 31 y 35 ejemplares, a¨²n lejos de los m¨¢s de 200 de la cordillera Cant¨¢brica. Pero el vigor reproductor del macho alfa de los plant¨ªgrados pirenaicos con sus hijas y nietas, y los problemas de consanguinidad derivados de este incesto osuno, inquietan a las Administraciones encargadas de gestionar la repoblaci¨®n. La UE aprob¨® en mayo un proyecto Life+, presentado por la Generalitat de Catalu?a, que tratar¨¢ de solucionar un problema cimentado desde hace dos d¨¦cadas.
El Gobierno catal¨¢n ha decidido mover ficha ante la amenaza de perder uno de los principales reclamos tur¨ªsticos de la zona
El Gobierno franc¨¦s traslad¨® en 1996 de Eslovenia al Pirineo dos osas embarazadas, Mellba y Ziva. La caza autorizada hasta principio de los a?os setenta y luego el furtivismo hab¨ªan situado la poblaci¨®n aut¨®ctona de la especie en un punto de no retorno. Un a?o despu¨¦s, Mellba y Ziva parieron cinco cr¨ªas y se introdujo un macho adulto de Eslovenia. Lo que no se sab¨ªa entonces es que ese mismo plant¨ªgrado, Pyros, era el padre de cuatro de los oseznos reci¨¦n paridos. El oso ardoroso ya las hab¨ªa dejado pre?adas en casa. Tal es el vigor de este ejemplar que el 75% de los osos nacidos en el macizo pirenaico desde su llegada tiene o ha tenido su sangre. ¡°El riesgo de la endogamia es que pierdan el vigor reproductor y padezcan m¨¢s enfermedades¡±, apunta Ricard Casanova, responsable del servicio de Biodiversidad y Protecci¨®n de los Animales de la Generalitat.
La gran cruzada de Pyros est¨¢ a punto de llevar al traste la repoblaci¨®n de osos en el Pirineo. El Gobierno catal¨¢n ha decidido mover ficha ante la amenaza de perder uno de los principales reclamos tur¨ªsticos de la zona. El nuevo proyecto Life+, con un presupuesto de 2,5 millones de euros, de los que la UE abonar¨¢ el 75%, pretende introducir nueva sangre de oso y apaciguar a los pastores, quienes en dos d¨¦cadas han pasado de la indignaci¨®n por la llegada de una amenaza para su negocio a la resignaci¨®n de tener que convivir con un protegido atractivo tur¨ªstico.
Los t¨¦cnicos estudian si castrarlo, llevarlo a una reserva o sacrificarlo. El pr¨®ximo a?o llegar¨¢ un nuevo macho
La Generalitat ha implantado diferentes medidas en los ¨²ltimos a?os para paliar las reticencias de los ganaderos locales a convivir con los plant¨ªgrados. Desde 2008, el Gobierno contrata pastores que se encargan de vigilar los reba?os durante el verano, ¨¦poca en la que el ganado pasta libremente en las monta?as. ¡°Cuando llegaron los primeros osos, el 80% de la poblaci¨®n del Pirineo estaba en contra de la reintroducci¨®n; ahora, solo un 25%¡±, recuerda Batet mientras comprueba una de las cercas electrificadas colocadas para evitar que los osos ataquen las colmenas. ¡°Es dif¨ªcil explicar a la gente la importancia de esta especie, pero son como un paraguas para mantener los h¨¢bitats y otras especies no tan conocidas¡±. Y Batet no va desencaminado. La UE cort¨® de ra¨ªz las intenciones de la estaci¨®n de esqu¨ª de Baqueira Beret, ya aprobadas por la Generalitat, de ampliar sus tent¨¢culos hacia ?rreu, uno de los ¨²ltimos valles v¨ªrgenes que quedan en el Pirineo leridano, al considerar que las obras provocar¨ªan un severo impacto ambiental sobre el h¨¢bitat del oso pardo.
Ante la llegada la pr¨®xima primavera del nuevo individuo esloveno, los t¨¦cnicos se plantean qu¨¦ hacer con el macho dominador. El Gobierno galo ya reintrodujo osos balc¨¢nicos en 2006, despu¨¦s de que un grupo de cazadores matara a Cannelle, uno de los ¨²ltimos individuos aut¨®ctonos. Un plan que indign¨® a los ganaderos y que tuvo un resultado, cuando menos, cuestionable. De los cinco plant¨ªgrados que vinieron, cuatro eran hembras: Sarousse se instal¨® en las monta?as aragonesas y a¨²n no se ha reproducido; Palouma falleci¨® a los pocos meses; Francka, demonizada por los franceses, que le atribu¨ªan la muerte de m¨¢s de 150 ovejas, muri¨® atropellada por un cami¨®n del Ej¨¦rcito galo, y Hvala, que ya lleg¨® encinta, tuvo dos osas. Despu¨¦s Pyros se encarg¨® de pre?ar repetidamente a la madre y a las hijas. El quinto, Balou, un macho en el que los t¨¦cnicos ten¨ªan puestas parte de sus esperanzas para dar alternativa al gen Pyros, muri¨® a principios de junio despe?ado en un barranco en el sur de Francia sin haber sido padre.
Los osos pardos no suelen vivir m¨¢s de 30 a?os y este ya tiene entre 26 y 27
¡°Los adultos tienen respeto por Pyros. Cuando este se rasca en un ¨¢rbol, el resto pasa de largo¡±, recuerda Batet. Dos adultos varones, Nere y Canellito, no tienen los genes de Pyros y podr¨ªan haber solucionado el problema de consanguinidad. Pero ambos emigraron hace varios a?os a Navarra y Arag¨®n, a cientos de kil¨®metros del ¨¢rea de influencia de Pyros, centrada en el sur de Francia y las comarcas leridanas de la Val d¡¯Aran y el Pallars Sobir¨¤.
Las Administraciones se plantean cuatro alternativas. Una es capturarlo para castrarlo. ¡°Pero es muy dif¨ªcil encontrar a un oso determinado, en una noche pueden recorrer m¨¢s de 40 kil¨®metros. La idea podr¨ªa salir muy cara y los resultados son muy inciertos¡±, advierte el t¨¦cnico. Otra opci¨®n pasa por capturarlo y trasladarlo al Aran Park, una reserva en Bossots (Val d¡¯Aran) donde ya viven otros osos. Pero despu¨¦s de vivir toda su vida en libertad, los t¨¦cnicos temen que no se aclimate. Los osos pardos no suelen vivir m¨¢s de 30 a?os y este ya tiene entre 26 y 27, por lo que se prev¨¦ que en breve pierda su virilidad e incluso muera. ¡°A medida que pierda facultades, es probable que se acerque a los n¨²cleos habitados para alimentarse¡±, aventura Casanova. Por eso, y aunque se trate de ¡°la ¨²ltima opci¨®n¡±, los t¨¦cnicos barajan la posibilidad de darle muerte. Un triste final para una asombrosa carrera osuna.
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