No hay ni?os para el parque
Espa?a ser¨¢ en 2050 el tercer pa¨ªs m¨¢s viejo del mundo, seg¨²n la ONU La salida de inmigrantes por la crisis dificulta las soluciones
En la peque?a aldea de Bel¨¦n, en Asturias, la plaza est¨¢ desierta en la tarde del primer jueves de julio. A la derecha, hay un parque infantil que nadie usa. ¡°Antes, bajaban dos autobuses llenos para llevar a los ni?os al colegio; ahora casi no hay ni?os¡±, dice Ricardo Garc¨ªa Gonz¨¢lez. Con 70 a?os regenta el bar del pueblo, el ¨²nico de los alrededores. En su cantina, a las cinco de la tarde, hay dos hombres m¨¢s, de 67 y de 72, y dos mujeres, de 81 y de 40; calculen ustedes la media de edad.
Bel¨¦n es uno de los n¨²cleos que pertenecen al municipio de Vald¨¦s, uno de los m¨¢s viejos de Espa?a: sus habitantes tienen 50,13 a?os de media. Siete de las 10 localidades de mayor edad del pa¨ªs, seg¨²n los Censos de Poblaci¨®n y Viviendas de 2011 del INE, son asturianos. En el concejo de Vald¨¦s, que ocupa el segundo puesto de ese ranking (que solo cuenta Ayuntamientos de m¨¢s de 10.000 habitantes), algo m¨¢s del 30% de los vecinos tiene 65 a?os o m¨¢s.
Hoy, ese porcentaje est¨¢ muy por encima de la media estatal (el 17,34%). Pero, seg¨²n los c¨¢lculos de la ONU, en 2050 el 34,5% de la poblaci¨®n espa?ola tendr¨¢ m¨¢s de 65 a?os, y el pa¨ªs ser¨¢ el tercero m¨¢s viejo del mundo, solo por detr¨¢s de Jap¨®n (36,5%) y de Corea del Sur (34,9%). Y, aunque es dif¨ªcil predecir su impacto sobre estas proyecciones, es evidente que la situaci¨®n no va a mejorar con la salida de inmigrantes (que hab¨ªan conseguido frenar, aunque solo fuera ligeramente, el proceso de envejecimiento) y de j¨®venes espa?oles al extranjero que mostraba la estad¨ªstica de migraciones del INE publicada esta semana.
Todo empez¨® hace d¨¦cadas, con un gran aumento de la esperanza de vida (de 69,57 a 79,4, los hombres, y de 75,06 a 85,1, las mujeres, desde 1970) que no fue compensado con m¨¢s nacimientos. La natalidad comenz¨® a descender a finales de los setenta y, tras el ligero repunte de la ¨²ltima d¨¦cada, ahora ha vuelto a caer, con 9,69 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 2012, cifra similar a la de 1999.
El descenso de la fertilidad tiene que ver con cambios sociales y econ¨®micos, pero los dem¨®grafos hablan sobre todo de la ¡°revoluci¨®n reproductiva¡±. ¡°Puesto que las condiciones de vida ofrecen una probabilidad muy alta de que los nacidos alcancen su madurez, las familias pueden asegurar su reemplazo generacional con menos nacimientos. Esto ha permitido dedicar m¨¢s recursos a los hijos y liberar a la mujer del cuidado familiar como ¨²nico y principal objetivo vital¡±, se?ala el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Fernando Bermejo.
Adem¨¢s, ¡°el envejecimiento se ha agudizado porque los medios rurales, tradicionalmente fecundos, han adoptado las mismas pautas de comportamiento ante la natalidad que los urbanos, con lo que ha desaparecido su car¨¢cter de reservorio de fecundidad¡±, a?ade el profesor de Geograf¨ªa de la Universidad de Extremadura Antonio P¨¦rez D¨ªaz. ¡°Antes, en una casa hab¨ªa ocho o nueve de familia; ahora ya no, claro¡±, confirma Asunci¨®n Iglesias, presidenta de la Asociaci¨®n de Vecinos de Otur, otro pueblo de Vald¨¦s.
All¨ª hace muchos a?os que comenz¨® el ¨¦xodo de los j¨®venes, por la falta de trabajo y, quiz¨¢, por su dureza en una zona que tradicionalmente ha vivido de la ganader¨ªa (sobre todo de las vacas de leche) y de la pesca. La dispersi¨®n geogr¨¢fica de un municipio que ocupa 375 kil¨®metros cuadrados, pero solo suma 13.000 habitantes, la mayor¨ªa de ellos (unos 6.000) en Luarca, tambi¨¦n tiene mucho que ver. Y, aunque la situaci¨®n es muy distinta entre los n¨²cleos de zonas monta?osas y los costeros (donde el turismo ha ido dando m¨¢s oportunidades), el ¨¦xodo no le es ajeno a nadie. ¡°Los j¨®venes se iban a estudiar la carrera a Oviedo y luego ya no volv¨ªan m¨¢s que de visita¡±, a?ade Iglesias.
Todo el proceso, explica P¨¦rez D¨ªaz, ha sido m¨¢s pronunciado ¡°en las comunidades que sufrieron especialmente el ¨¦xodo rural de los sesenta y setenta y que han seguido registrando un flujo emigratorio lento y fluctuante¡±. Aparte de Asturias (un 22,64% con m¨¢s de 65 a?os en 2011), las autonom¨ªas mayores son Galicia (22,81%) y Castilla y Le¨®n (23%).
Aunque las pautas han sido muy parecidas en los pa¨ªses desarrollados, no lo ha sido el resultado. ¡°El proceso ha sido muy r¨¢pido y, en muchos aspectos, inesperado en el sur de Europa. Aqu¨ª las consecuencias se ven agravadas por la tradicional debilidad de sus estados de bienestar, que han descansado m¨¢s en el apoyo familiar que en el del Estado¡±, opina el especialista de la Universidad de Tur¨ªn Paolo Viazzo. Junto a Espa?a, Portugal, Italia y Grecia tambi¨¦n ser¨¢n de las naciones m¨¢s envejecidas en 2050, con m¨¢s de un 30% de mayores de 65, seg¨²n la ONU. Mientras, en los pa¨ªses n¨®rdicos, ¡°las pol¨ªticas de ayuda a la familia, tanto econ¨®micas como laborales (flexibilidad en los horarios, permisos para el padre y la madre, etc¨¦tera), han logrado superarlo¡±, destaca P¨¦rez D¨ªaz.
As¨ª, sin inmigraci¨®n que mitigue las cifras, la mayor¨ªa de especialistas destacan la necesidad de mejorar los apoyos p¨²blicos a la natalidad: incentivos fiscales, bajas de paternidad y maternidad m¨¢s largas, guarder¨ªas p¨²blicas suficientes y asequibles... Pero no solo: ¡°Si las pol¨ªticas no favorecen el empleo y el acceso a la vivienda, los j¨®venes no se emancipan, est¨¢n en el paro, no forman familias, retrasan la natalidad y acaban teniendo menos hijos de los que desean. Esto es antiecon¨®mico y antisocial¡±, coinciden los investigadores del Departamento de Poblaci¨®n del CSIC Diego Ramiro, Teresa Castro y Antonio Abell¨¢n. Pero esto, en todo caso, solo tendr¨ªa frutos a largo plazo.
En Vald¨¦s, no hay medidas concretas para fomentar la natalidad, aunque s¨ª de reactivaci¨®n de la econom¨ªa rural con fondos europeos, explica el alcalde, Sim¨®n Guardado P¨¦rez, en el solariego edificio centenario que acoge el Ayuntamiento en Luarca. El esfuerzo grande, dice, lo hacen en atenci¨®n sanitaria y en servicios sociales, dificultada por su dispersi¨®n territorial.
Uno de los principales problemas del envejecimiento es el aumento del gasto sanitario (los mayores suponen el 41,9% de las altas hospitalarias y sus estancias son m¨¢s largas) y en dependencia (a los 80, m¨¢s de la mitad tiene problemas para realizar actividades cotidianas). Pero el gran miedo es que no haya suficiente gente trabajando para pagar las pensiones de esa creciente masa de jubilados.
¡°Esto supone un problema enorme para el sostenimiento del Estado del bienestar, porque durante las pr¨®ximas d¨¦cadas todo el peso recaer¨¢ sobre una fracci¨®n cada vez m¨¢s peque?a de la poblaci¨®n, que es la que est¨¢ en edad de trabajar¡±, resume el investigador del Instituto de An¨¢lisis Econ¨®mico del CSIC ?ngel de la Fuente. Otros especialistas, como el investigador del Departamento de Poblaci¨®n del CSIC Diego Ramiro, rechazan ¡°el alarmismo¡± ¡ªel envejecimiento no es el mayor problema para el Estado del bienestar, sino ¡°la falta de actividad econ¨®mica, el desempleo, la ausencia de cr¨¦dito, el fraude fiscal o la inadecuaci¨®n del sistema impositivo¡±¡ª, aunque admite que es un problema y una preocupaci¨®n.
La respuesta de la mayor¨ªa de pa¨ªses en cuanto a las pensiones tiende a ser reducir las prestaciones y limitar el acceso a la jubilaci¨®n, se?ala el profesor Bermejo, a quien le parece un error: Se est¨¢ ¡°obviando que los sectores productivos vinculados a la demanda de pensionistas aumentar¨¢n su producci¨®n en la medida que se mantenga su capacidad de compra y que un menor nivel de producci¨®n traer¨ªa consigo un menor n¨²mero de puestos de trabajo y un menor volumen de ingresos para la Seguridad Social en forma de cotizaciones sociales¡±.
Emilia Cernuda (68 a?os) y su marido, Manuel Gal¨¢n (74) no se pierden un viaje. En los ¨²ltimos meses han estado en Tenerife, Denia, Sevilla... Viven en Mu?as de Abajo, otra aldea de Vald¨¦s, y su familia es un caso raro en la zona. Una de sus hijas, exmaestra, volvi¨® al pueblo con su marido y sus dos cr¨ªos para hacerse cargo de la vaquer¨ªa. Son un brote verde en ese entorno, pero, de momento, el mayor, Borja, de 10 a?os, tiene al amigo m¨¢s cercano a tres kil¨®metros, en el pueblo de al lado.
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