El debate sobre el suicidio asistido llega a la C¨¢mara de los Lores brit¨¢nica
La propuesta privada de lord Falconer no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada
La C¨¢mara de los Lores del parlamento brit¨¢nico est¨¢ siendo este viernes escenario de un debate apasionado y sin precedentes sobre el suicidio asistido. Aunque ya hab¨ªa habido intentos antes de legislar sobre la materia, es la primera vez que el asunto toma tales proporciones. Se trata de una propuesta de ley a iniciativa personal de lord Falconer, antigua mano derecha de Tony Blair en asuntos de Justicia. La propuesta, empero, no tiene el apoyo formal de ninguno de los grandes partidos y por lo tanto no tiene ninguna posibilidad de prosperar.
Sin embargo, lord Falconer ya ha conseguido que la clase pol¨ªtica tome conciencia de que es un asunto que preocupa a la ciudadan¨ªa y que los pol¨ªticos no pueden seguir cerrando los ojos. El primer ministro, el conservador David Cameron, se ha declarado contrario a la propuesta de ley de lord Falconer, pero ha admitido que la C¨¢mara de los Comunes deber¨ªa de una forma u otra debatir la cuesti¨®n.
El debate de este viernes ha sido el primero sobre la propuesta, que est¨¢ en t¨¦rminos legislativos en fase de segunda lectura y que deber¨ªa pasar primero por la fase de comit¨¦s y luego por una tercera lectura antes de ser votada. En el improbable caso de que llegara a ser aprobada, deber¨ªa entonces ir a la C¨¢mara de los Comunes, donde con toda seguridad ser¨ªa rechazada.
La cuesti¨®n del suicidio asistido es un tema de recurrente actualidad, sobre todo cuando los jueces examinan las peri¨®dicas peticiones de enfermos terminales impedidos que reclaman el derecho a que alguien les ayude a quitarse la vida. Nunca han obtenido una sentencia favorable: los jueces siempre concluyen que son los pol¨ªticos los que han de decidir eso y a trav¨¦s de una modificaci¨®n de la legislaci¨®n. Solo en el caso de Debbie Purdy en 2009 el juez acept¨® que la fiscal¨ªa de la corona estaba obligada a clarificar en qu¨¦ condiciones se pod¨ªa o no procesar a una persona que ayudara a otra a trasladarse a un pa¨ªs en el que podr¨ªa recurrir al suicidio asistido.
La propuesta de lord Falconer, sin embargo, no cubrir¨ªa esos casos porque se refiere solo a las personas con enfermedades incurables y con un diagn¨®stico de supervivencia de menos de seis meses. No entrar¨ªan en ese supuesto las personas con enfermedades degenerativas que se enfrentan a una vida probablemente a¨²n larga, pero sin la capacidad de poder cometer suicidio sin la ayuda de terceros.
La propuesta de lord Falconer se refiere solo a las personas con enfermedades incurables y con un diagn¨®stico de supervivencia de menos de seis meses
Falconer basa su propuesta en la ley que impera en Oreg¨®n (Estados Unidos) desde 1997 y que se ha extendido luego a unos pocos Estados m¨¢s. Falconer, que rechaz¨® expresamente las legislaciones m¨¢s liberales de Holanda y B¨¦lgica, dijo que la ley de Oreg¨®n hab¨ªa funcionado bien, que no se hab¨ªan registrado abusos y que de hecho muchos enfermos que hab¨ªan ganado el derecho a tener a su disposici¨®n medicamentos para quitarse la vida no hab¨ªan llegado a hacer uso de ellos.
En el debate, para el que hab¨ªan pedido la palabra m¨¢s de 130 miembros de la C¨¢mara de los Lores, se mezclaron las posiciones ideol¨®gicas, con representantes conservadores a favor en ocasiones de la propuesta y laboristas o liberales en contra. Muchos de ellos leyeron testimonios de personas afectadas directamente por el dilema del suicidio asistido que se expresaban tambi¨¦n tanto a favor como en contra.
La principal preocupaci¨®n de quienes se oponen es el temor a que, una vez regulado el suicidio asistido, se acabe empujando a ¨¦l a personas con discapacidades graves (un temor te¨®ricamente infundado porque no bastar¨ªa con ser discapacitado, deber¨ªan tambi¨¦n tener una enfermedad mortal irreversible) o simplemente a personas mayores que se sienten una carga para su entorno. El conservador lord Tebbit cit¨® tambi¨¦n el peligro de que individuos o corporaciones empujaran a gente vulnerable hacia el suicidio asistido por razones econ¨®micas.
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