El fr¨ªo invierno de los cursos de verano

El lunes 4 de julio de 1988 la Universidad Complutense de Madrid inauguraba los cursos de verano de El Escorial. Espa?a, reci¨¦n incorporada a la Uni¨®n Europea, estaba hambrienta de conocimiento. Los medios prestaban una especial atenci¨®n a las celebridades que cada verano aterrizaban en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo, en Santander, y a la ristra de centros que se iban sumando con oferta propia. Su alumnado aumentaba a?o tras a?o y sus presupuestos tambi¨¦n. Hasta nueve premios Nobel pisaron en 1994 las aulas alquiladas por la Complutense en esta localidad del norte de Madrid: Octavio Paz, G¨¹nter Grass, Dereck Walcott y Saul Bellow, de Literatura; John Eccles y Carleton Gajdusek, de Medicina; Kary Mullis, de Qu¨ªmica; Leo Esaki, de F¨ªsica; Franco Modigliani, de Econom¨ªa.

Hoy, los cursos de verano de El Escorial son un lugar distinto. Su esp¨ªritu y sus posibilidades han cambiado. Este a?o, tan solo un Nobel, Vargas Llosa, ha pisado sus aulas. De los 15.000 alumnos que acudieron en 1993 quedan 3.820. Al principio, los cursos duraban 10 semanas; ahora, 4. Durante los ¨²ltimos d¨ªas no han podido usar las aulas de uno de sus edificios emblem¨¢ticos, el Felipe II, al no poder competir con la consultora Price Waterhouse, que lo reserv¨® para un seminario privado.

¡°Hab¨ªa un inter¨¦s enorme por traer a expertos del mundo entero¡±, dice un exministro

¡°Estos cursos empezaron durante los nuevos a?os de la democracia¡±, dice C¨¦sar Antonio Molina, exministro de Cultura y actual director de la Casa del Lector, que coordin¨® varios encuentros. ¡°Hab¨ªa un inter¨¦s enorme por traer a expertos del mundo entero para que nos explicaran cosas. Fueron a?os muy fecundos. Pero el tiempo ha pasado. Ahora viajamos, conocemos bien otros pa¨ªses. Quiz¨¢ tenemos menos necesidad de aprender. Y nuestra situaci¨®n econ¨®mica tambi¨¦n ha cambiado¡±.

Con raras excepciones, los cursos de verano han sufrido los recortes de sus patrocinadores, principalmente las entidades bancarias que los extendieron por todo el pa¨ªs. Sirva de ejemplo el caso de El Escorial. En 1993 su patrocinador principal, el Banco Central Hispano, aport¨® 900 millones de pesetas (5,4 millones de euros). Este a?o, el Santander y otros 50 patrocinadores, m¨¢s decenas de colaboradores, han concedido en total 2,3 millones de euros. La propia universidad cerr¨® sus aportaciones en 2010. La directora de los cursos, la ge¨®loga Mar¨ªa Jos¨¦ Comas, lo acepta: ¡°Ser¨ªa terrible que no contrat¨¢ramos a profesores y luego invirti¨¦ramos en esto¡±, explica. Los ponentes cobran 433 euros (m¨¢s dietas) y los grandes conferenciantes, 1.000. No se podr¨ªan permitir los 12.000 euros que pagaron en el pasado por un directo de Rostropovich.

Los cursos del Escorial no son una excepci¨®n. Todas las universidades se han visto obligadas a buscar m¨¢s colaboradores, a pedir a empresas e instituciones que organicen cursos, a recortar la duraci¨®n de los mismos ¡ªde cinco d¨ªas a tres o incluso dos¡ª y a renunciar a traer a expertos de otros pa¨ªses. En la Universidad de Teruel, por ejemplo, Ibercaja fue el primer patrocinador, pero luego cort¨® su ayuda. Su fundaci¨®n actual ¡ªformada por la Universidad de Zaragoza, el Gobierno de Arag¨®n, la Diputaci¨®n Provincial de Teruel, el Ayuntamiento, la C¨¢mara de Comercio y la Caja Rural de Teruel¡ª ha aportado este a?o 118.000 euros, el 68% de los fondos de 2007. ¡°Obtener patrocinios es, hoy en d¨ªa, muy complicado¡±, dice el director, Jos¨¦ Manuel Latorre. ¡°Tenemos algunos peque?os patrocinadores de cursos concretos: la fundaci¨®n Mind¨¢n Manero, la Comarca del Jiloca, la Comarca de la Sierra de Albarrac¨ªn, el Ayuntamiento de Orihuela de Albarrac¨ªn... La que m¨¢s aporta es la Fundaci¨®n Mind¨¢n Manero, 5.000 euros. Los dem¨¢s no superan los 1.500¡±. El alumnado se ha resentido. De 1.142 en 2004 han bajado a 550 este a?o.

En la universidad de verano por antonomasia, la Men¨¦ndez Pelayo de Santander, tambi¨¦n est¨¢n sufriendo cambios. ¡°Ha variado la edad de los alumnos. Ahora el 30% son profesionales¡±, dice el rector, C¨¦sar Nombela. ¡°Tambi¨¦n hemos acortado la duraci¨®n de muchos cursos para que la gente pueda pagarlos¡±. Ellos tambi¨¦n han invitado a participar a empresas. Nombela no cree que afecte a la calidad de lo ense?ado: ¡°La presencia privada es deseable. ?Condiciona el contenido? Obviamente significa que aumenta el porcentaje de los orientados a la ciencia o la tecnolog¨ªa, mientras antes eran fundamentalmente culturales. Es inevitable¡±. Su alumnado se ha reducido cerca de un 35%. De 7.074 inscritos en 2009 pasaron el a?o pasado a 4.622. El rector espera que la cifra se incremente un 15% este a?o tras un aumento de la oferta. Sus ponentes estrella son todos espa?oles (excepto uno, el chileno Jorge Edwards): los cient¨ªficos Joan Massagu¨¦, Margarita Salas y Valent¨ªn Fuster; el pintor Jos¨¦ Mar¨ªa Sicilia; los poetas Pere Gimferrer y Jos¨¦ Mar¨ªa Merino; y el seleccionador nacional de f¨²tbol Vicente del Bosque.

¡°Obtener patrocinios es hoy muy dif¨ªcil¡±, dice el director de los cursos de Teruel

Algunos centros, sin embargo, ven aumentar el n¨²mero de alumnos. En la?Universidad del Pa¨ªs Vasco decidieron reorientar sus cursos cuando vieron caer la demanda de los universitarios tras la p¨¦rdida de la importancia acad¨¦mica de los cr¨¦ditos de libre configuraci¨®n. ¡°Decidimos centrarnos en dar cursos para actualizar los conocimientos de los profesionales. Empezamos con el de Aprender para ense?ar y, viendo el ¨¦xito, lanzamos uno para profesionales de la salud¡±. Este a?o esperan 8.000 alumnos. La UNED, que celebra su 25 aniversario, tambi¨¦n est¨¢ viendo un aumento de su alumnado. Francisco Javier Garc¨ªa, su vicerrector, explica que han recortado la duraci¨®n de muchos cursos y han ido aumentando el n¨²mero de materias que ofrecen. El a?o pasado tuvieron 6.375 matriculados m¨¢s otros 795 que hicieron sus cursos en centros penitenciarios, donde tienen muchos alumnos.

Fanny Rubio fue coordinadora de los cursos de verano de humanidades de la Complutense en sus inicios. ¡°Estamos en una etapa de decadencia¡±, dice con a?oranza. ¡°Antes ven¨ªan traductores, hispanistas de otros pa¨ªses, hab¨ªa un ambiente m¨¢s cosmopolita. Ahora son un espejo de lo que ha pasado en nuestro pa¨ªs¡±. Pero tras un breve silencio, cambia el rumbo: ¡°De todas formas, las universidades est¨¢n haciendo un esfuerzo enorme. Soy pesimista pero con esperanza¡±.