La verdadera ¡®p¨®liza oro¡¯ de los seguros de salud
Como valor estrat¨¦gico hemos de conseguir una sanidad p¨²blica innovadora, eficaz y austera
El informe del Instituto para el Desarrollo e Integraci¨®n de la Sanidad (IDIS) correspondiente al a?o 2014 'Sanidad Privada, Aportando Valor' pone mucho ¨¦nfasis en demostrar la importancia del sector sanitario privado en Espa?a. Otros analistas financieros refuerzan con poco rigor algunos de los aspectos m¨¢s controvertidos del mismo.
Los autores del informe destacan que la sanidad privada tiene un peso elevado en el conjunto del sector productivo espa?ol que cifran en el 3,2% del PIB y se?alan, como principales aportaciones, que: permite liberar recursos a la sanidad p¨²blica v¨ªa aseguramiento, mejora la accesibilidad de la poblaci¨®n a la asistencia, desarrolla "actividad de alta complejidad", persigue la mejora continua de la calidad en la prestaci¨®n asistencial, genera empleo y contribuye a la formaci¨®n de los profesionales sanitarios.
Del conjunto del informe, encargado y financiado por los principales agentes de la sanidad privada en Espa?a, s¨®lo resulta n¨ªtida una conclusi¨®n: la sanidad privada en Espa?a tiene importancia para que nuestro modelo resulte eficiente y de calidad como subsidiaria, como apoyo o complemento del sistema sanitario p¨²blico universal y, solo en casos muy aislados, en competencia directa con ¨¦l.
Dar¨ªa para otra tribuna analizar el valor que aporta nuestro sistema p¨²blico de salud a la sanidad privada en Espa?a. Qu¨¦ incidencia tiene la existencia de la sanidad p¨²blica en el precio de los seguros privados, c¨®mo afecta a las p¨®lizas de responsabilidad patrimonial de las empresas y de los profesionales, qu¨¦ supone como garant¨ªa de cobertura real su ¡®p¨®liza oro¡¯ de atenci¨®n sanitaria de calidad en el conjunto del territorio para la mayor parte de la poblaci¨®n. Ser¨ªa igualmente prolijo abordar c¨®mo contribuye el sistema p¨²blico en su conjunto, la atenci¨®n primaria de salud y la salud p¨²blica a la contenci¨®n del gasto sanitario directo de las familias o el papel que tiene la sanidad p¨²blica en la formaci¨®n de los profesionales que luego desarrollan su carrera parcial o totalmente en empresas privadas o c¨®mo ayuda su inversi¨®n en el parque instalado y en tecnolog¨ªas que de otra forma les ser¨ªa imposible abarcar. En definitiva, qu¨¦ supone la cooperaci¨®n p¨²blica con sus recursos asistenciales.
Todas estas cuestiones a menudo no son tenidas en consideraci¨®n por quienes sostienen el discurso de la mayor eficiencia de la sanidad privada frente a la p¨²blica. Sin embargo, resultan determinantes para comprender nuestro modelo sanitario europeo. ?C¨®mo se explica que Estados Unidos haya destinado en 2011 el 17,7% de su PIB a sanidad, 8,4 puntos porcentuales m¨¢s que la media de los pa¨ªses de la OCDE?
Esta situaci¨®n, esta nueva oleada de recomendaciones de privatizaci¨®n, de desgravaci¨®n fiscal por los seguros m¨¦dicos, de nuevos copagos y de introducci¨®n de sanciones surgida del entorno del ministro Montoro, no puede impedirnos abordar reformas para modernizar la sanidad p¨²blica espa?ola en un momento de escasez de recursos para los servicios p¨²blicos. Estamos convencidos de su urgencia, pero tambi¨¦n de la necesidad de hacerlo manteniendo el derecho de todos a una sanidad de calidad y equitativa, planteando claramente que estamos decididos a modernizar el sistema para ganar en eficiencia, para optimizar recursos, para vincular pertenencia con valores, asumir riesgo, buen gobierno o c¨®digos de buenas pr¨¢cticas profesionales.
La sanidad p¨²blica de cualquier pa¨ªs, y la espa?ola no es una excepci¨®n, necesita del pleno reconocimiento como un derecho ciudadano. Tiene que ser fuerte, eficiente y bien organizada y ha de ser necesariamente valorada por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n como el instrumento m¨¢s eficaz y seguro de cuantos se conocen para alcanzar mayores niveles de bienestar y cohesi¨®n social, que son la ¨²nica antesala posible al desarrollo econ¨®mico.
Como valor estrat¨¦gico hemos de conseguir una sanidad p¨²blica innovadora, eficaz y austera. Necesitamos manifestar, sin concesiones, que cada euro destinado a esta actividad tiene que ser utilizado de la manera m¨¢s optima para obtener los mejores resultados en salud. Precisamos igualmente que una sociedad concienciada decida c¨®mo asignar los recursos para poder ofrecer unos servicios de buena calidad y accesibles a toda la poblaci¨®n.
Solo a partir de estas premisas, fruto de la reflexi¨®n y del consenso entre los agentes pol¨ªticos y socioecon¨®micos, es posible avanzar en ese plan de reforma de la sanidad p¨²blica para que en los pr¨®ximos a?os ocupe un lugar destacado en la agenda pol¨ªtica de cualquier Gobierno. El cambio se tiene que apoyar a su vez en una gran reforma de la arquitectura legal y las estructuras gestoras, los procesos de funcionamiento, las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n (TIC) y las personas; pensando en como aprovechar al m¨¢ximo el talento existente en la organizaci¨®n. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) deber¨ªa liderar ese gran espacio de decisi¨®n buscando ineludiblemente el m¨¢ximo consenso pol¨ªtico.
De cara a los pr¨®ximos a?os, ?cu¨¢nto ser¨ªa razonable destinar a financiar la sanidad p¨²blica considerando el nivel de renta en Espa?a? Tomemos algunas referencias de pa¨ªses desarrollados.
EEUU destina aproximadamente un 8,3% de su alto PIB a sanidad p¨²blica y un 9,4% a sanidad privada. En la Europa de los 15, la sanidad p¨²blica se lleva algo m¨¢s del 7,5% del PIB. Deber¨ªamos arbitrar un consenso pol¨ªtico con el objetivo asumible de que la financiaci¨®n sanitaria p¨²blica acabe siendo la media de los pa¨ªses de la OCDE, un 7,5% del PIB. Para conseguir este fin es necesario asumir condiciones como que paguen todos los que deben hacerlo y una reforma fiscal que haga que los ingresos p¨²blicos escalen los nueve puntos porcentuales que nos alejan de la media europea en t¨¦rminos de Producto Interior Bruto.
En este escenario ser¨ªa del mismo modo conveniente que la financiaci¨®n sanitaria tuviera un car¨¢cter finalista, de tal manera que las Comunidades Aut¨®nomas recibieran el gasto per c¨¢pita ajustado por edades y atendiendo a otras correcciones como el coste efectivo de los servicios por unidad de an¨¢lisis correspondiente a su poblaci¨®n y dispersi¨®n.
Respaldo la tesis de la OCDE de que se pueden seleccionar objetivos internos de mayor eficiencia que generar¨ªan ahorros sustanciales al tiempo que se protege a los grupos m¨¢s vulnerables. Adem¨¢s, tenemos que adquirir mayor experiencia en nuestras todav¨ªa d¨¦biles pol¨ªticas de promoci¨®n de la salud. El movimiento asociativo, hasta la fecha no demasiado presente, habr¨ªa de ser el verdadero impulsor de actividades comunitarias o de programas y activos de salud, que estaremos obligados a incorporar a nuestro conocimiento y a nuestra realidad.
Urge reflexionar acerca de la necesidad de integrar y coordinar los cuidados de salud que se hacen desde el sistema sanitario con los que se llevan a cabo desde entornos sociales pr¨®ximos al mismo, en un modelo de gobernanza local que implica a la atenci¨®n primaria y hospitalaria, los hospitales de subagudos, la red de salud mental, el tercer sector, las asociaciones, los ayuntamientos y el propio movimiento ciudadano.
El m¨¦todo de trabajo debe basarse en la posibilidad de tratar a las personas en aquel ¨¢mbito sanitario en el que los resultados se puedan conseguir con eficacia y eficiencia. Con estas premisas estaremos contribuyendo a defender uno de los servicios p¨²blicos m¨¢s valorados por los ciudadanos y protegi¨¦ndonos de un sistema que cada a?o lleva a la quiebra a miles de familias en aquellos pa¨ªses que carecen de un buen modelo de sanidad p¨²blica equitativa y universal.
Faustino Blanco, consejero de Sanidad del Gobierno de Asturias.
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