La situaci¨®n del religioso espa?ol con ¨¦bola es ¡°grave¡±, seg¨²n los m¨¦dicos
Garc¨ªa Viejo sufre "una importante deshidrataci¨®n" y tiene el h¨ªgado y los ri?ones muy afectados
El misionero espa?ol Manuel Garc¨ªa Viejo lleg¨® en la madrugada del lunes al hospital Carlos III de Madrid con ¡°una importante deshidrataci¨®n¡± y el h¨ªgado y los ri?ones muy afectados. ¡°Su situaci¨®n es grave¡±, asegur¨® Francisco Arnalich, jefe de servicio de Medicina Interna del centro. El paciente, contagiado de ¨¦bola y repatriado desde Sierra Leona, ingres¨® a las 3.50 horas, menos de una hora despu¨¦s de que el avi¨®n H¨¦rcules que lo trasladaba aterrizara en la base a¨¦rea de Torrej¨®n de Ardoz, precis¨® el consejero de Sanidad madrile?o, Javier Rodr¨ªguez, durante una rueda de prensa organizada para informar sobre el traslado y el estado del enfermo.
Esa fue toda la informaci¨®n sobre la salud del paciente que accedieron a divulgar los seis m¨¦dicos presentes en la sala. No revelaron si Garc¨ªa Viejo, de 69 a?os, padece otras enfermedades adem¨¢s de la provocada por el virus ¨¦bola. El paciente, relataron, ha pedido expresamente que todos los datos sobre su salud se faciliten a la orden a la que pertenece, San Juan de Dios, para que sea ella la que decida cu¨¢les se hacen p¨²blicos. El misionero est¨¢ ingresado en la habitaci¨®n 6.008, en la sexta planta, que ha sido aislada del resto del centro. El tratamiento que recibe es ¡°de soporte¡±, explic¨® Jos¨¦ Ram¨®n Arribas, jefe de la unidad de Infecciosas del centro. Es decir, control de los s¨ªntomas.
A diferencia de lo que ocurri¨® con el ingreso de los religiosos Miguel Pajares y Juliana Bonoha, cuando el centro fue completamente desalojado ¡ªse dieron altas y se traslad¨® a una treintena de pacientes al cercano hospital de La Paz¡ª y se suspendieron consultas y cirug¨ªas, en esta ocasi¨®n los especialistas no lo han considerado necesario. ¡°La vez anterior se tomaron medidas extremas porque era el primer caso de ¨¦bola en Europa¡±, asegur¨® Arnalich. Medidas que, a?adi¨®, ¡°no eran estrictamente necesarias¡±.
El centro funcion¨® este lunes con normalidad. Algunos de los pacientes que llegaban a primera hora, cuando empiezan las consultas, se mostraban tranquilos y otros manifestaban cierto temor y cuestionaban que el centro no les hubiera informado ni dado la opci¨®n de confirmar o cancelar las visitas. Mercedes Garc¨ªa de las Heras lleg¨® indignada. Acompa?aba a su t¨ªo, a quien deb¨ªan instalarle un dispositivo para medir su ritmo cardiaco durante 24 horas. ¡°M¨¢s que miedo¡±, aclaraba la mujer, de 71 a?os, ¡°venir o no cuando hay un paciente con ¨¦bola debe ser una decisi¨®n nuestra. Si me hubiese enterado antes, me lo pensaba un poco m¨¢s¡±. La m¨¦dica que les atendi¨® les explic¨® que no hay peligro, que Garc¨ªa Viejo tiene su propio personal sanitario y que el resto no tiene contacto.
Luisa Sandoval reaccion¨® de manera similar. Al ver c¨¢maras y periodistas, se enter¨® de que Garc¨ªa Viejo est¨¢ en la sexta planta. Dos pisos m¨¢s arriba que su hermano, internado por un ictus desde hace dos semanas. Un enfermero le explic¨® que no hay peligro. ¡°Pero el miedo es libre¡±, espet¨® la mujer, de 74 a?os. ¡°Tengo nietos que cuidar y qu¨¦ le voy a hacer, prefiero no correr ning¨²n riesgo. Mi hermano les ha pedido hoy el alta, pero le han dicho que no¡±. Su visita dur¨® 10 minutos. Algunos pacientes telefonearon al centro antes de acudir. Los profesionales les tranquilizaron.
El consejero de Sanidad asegur¨® que su departamento sigue decidido a mantener el hospital Carlos III como un centro de media y larga estancia pese a los casos de pacientes infecciosos que ha acogido las ¨²ltimas semanas. Hasta hace unos meses el centro estaba especializado en enfermedades infecciosas y tropicales, pero la Comunidad de Madrid, dentro de un plan para reducir costes, decidi¨® transformarlo en centro de larga estancia. Rodr¨ªguez adelant¨® que es la ¨²ltima vez que se utiliza este hospital con ese prop¨®sito, ya que se est¨¢n preparando 14 habitaciones especiales en el hospital militar G¨®mez Ulla. Los costes de la atenci¨®n sanitaria correr¨¢n a cargo del presupuesto de la comunidad, a?adi¨® el consejero, como en el caso de Pajares y Bonoha. Rodr¨ªguez dijo desconocer el importe del tratamiento previo.
¡°Queremos manifestar nuestra preocupaci¨®n y dolor por el estado de salud del hermano Manuel Garc¨ªa Viejo que, como todos sabemos, no es bueno¡±, asegur¨® ayer la orden a la que pertenece en un comunicado, en el que agradeci¨® la labor de los profesionales del Carlos III.
Garc¨ªa Viejo abandon¨® a las 16.30 de este domingo ¡ªhora peninsular¡ª el centro m¨¦dico de Lakka, en las afueras de Freetown (Sierra Leona), donde fue ingresado el pasado jueves tras manifestar s¨ªntomas de la enfermedad, seg¨²n confirm¨® a EL PA?S Luca Rolla, coordinador de Emergency, la ONG italiana que le atend¨ªa. "Estaba consciente, aunque a veces se mostraba confuso. Su condici¨®n general no es satisfactoria", explica el m¨¦dico. Una ambulancia lo traslad¨® hasta el aeropuerto de la capital.
Garc¨ªa Viejo, de 69 a?os, fue uno de los primeros pacientes de la unidad que la ONG hab¨ªa abierto el mismo jueves en Lakka para atender exclusivamente casos de ¨¦bola. Compart¨ªa habitaci¨®n con otros cinco enfermos confirmados y, seg¨²n Rolla, all¨ª recibi¨® antimal¨¢ricos, antibi¨®ticos y terapia intravenosa para estabilizar su estado. El centro, en el que tambi¨¦n trabaja una enfermera espa?ola, tiene capacidad para recibir a 22 contagiados, aunque ahora mismo acoge solo a 14.
El religioso fue enviado a este hospital desde la ciudad de Lunsar, donde trabajaba como director m¨¦dico del Hospital San Juan de Dios. Dos espa?oles y una mexicana coordinaron su traslado e ingreso, entre ellos el navarro Jos¨¦ Luis Garayoa, de la orden de los Agustinos Recoletos, que dio la alerta tras enterarse de que Garc¨ªa Viejo llevaba varios d¨ªas con fiebre. Garayoa avis¨® a Javier Atienza, un cirujano espa?ol que trabaja para Emergency en Freetown. "Se lo coment¨¦ a Javier y ¨¦l llam¨® a Manuel. Hablaron de m¨¦dico a m¨¦dico. Manuel le dijo que ni los antimal¨¢ricos ni el paracetamol le bajaban la fiebre".
Atienza recomend¨® entonces pedir una ambulancia para trasladar al religioso hasta Lakka, 120 kil¨®metros al suroeste de Lunsar. Elisa, una mexicana superiora de las clarisas, fue la encargada de conseguirla y as¨ª pudo viajar ese mismo jueves. En tiempos de ¨¦bola es un "milagro", dice Garayoa. El viernes le hicieron los an¨¢lisis y a las ocho de la noche confirmaron lo que todos tem¨ªan: Garc¨ªa ten¨ªa ¨¦bola. "?l quer¨ªa quedarse, pero le convencieron de que aqu¨ª no hab¨ªa ninguna posibilidad. Lo mejor era [el hospital en] Kailahun, con M¨¦dicos sin Fronteras, pero estaban a tope, as¨ª que acept¨® la repatriaci¨®n", a?ade Garayoa. "Pero va en muy malas condiciones".
No se sabe c¨®mo se contagi¨® exactamente. Garc¨ªa Viejo dirig¨ªa en Lunsar un hospital de la orden de San Juan de Dios, a la que pertenece desde hace 52 a?os. Aunque el centro no pod¨ªa atender oficialmente casos de ¨¦bola, s¨ª hab¨ªa asistido a sospechosos que, en algunos casos, murieron antes de que se confirmara si ten¨ªan o no el virus. "Nunca sabes al principio si el paciente tiene tifoidea, malaria o ¨¦bola", explica Garayoa. "Est¨¢ claro que se contragi¨® trabajando en el hospital". Seg¨²n Garayoa, el religioso ten¨ªa un billete de avi¨®n para regresar a Espa?a de vacaciones en octubre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.