La atenci¨®n se mantiene en el Carlos III entre el temor y la tranquilidad
Las consultas transcurren con normalidad en el centro donde est¨¢ el espa?ol con ¨¦bola
Dos posturas se repiten entre los pacientes que llegan este lunes al hospital Carlos III de Madrid, donde desde esta madrugada est¨¢ internado el misionero espa?ol Manuel Garc¨ªa Viejo, enfermo de ¨¦bola. Unos se muestran tranquilos y aceptan de buena gana ser atendidos. Otros, en cambio, sienten temor y cuestionan que el centro no les haya informado ni les haya dado la opci¨®n de confirmar o cancelar sus consultas. La atenci¨®n m¨¦dica, pese a ello, se mantiene con normalidad. El personal trabaja y los pacientes ingresan. Los que quieren.
Mercedes Garc¨ªa de las Heras ha llegado indignada. Ha acompa?ado a su t¨ªo, a quien deb¨ªan instalarle una m¨¢quina para medir su ritmo cardiaco durante 24 horas. "M¨¢s que miedo", aclara la mujer, de 71 a?os, "venir o no cuando hay un paciente con ¨¦bola debe ser una decisi¨®n nuestra, no del hospital. Vamos, que si me hubiese enterado antes, me lo pensaba un poco m¨¢s". La m¨¦dico que les ha atendido les ha explicado que no hay peligro, que Garc¨ªa Viejo tiene su propio personal sanitario y que el resto no tiene contacto.
Luisa Sandoval ha reaccionado de manera similar. Esta misma ma?ana, al ver c¨¢maras y periodistas, se ha enterado de que Garc¨ªa Viejo est¨¢ en la sexta planta del edificio. Son dos pisos m¨¢s arriba que su hermano, internado por un ictus desde hace dos semanas. Un enfermero le ha explicado que no hay ning¨²n peligro, que los protocolos sanitarios garantizan que el virus no avance, "pero el miedo es libre", espeta la mujer, de 74 a?os. "Tengo nietos que cuidar y qu¨¦ le voy a hacer, prefiero no correr ning¨²n riesgo por ellos. Mi hermano les ha pedido hoy el alta, pero le han dicho que no". Su visita dur¨® 10 minutos.
Los pacientes que han llegado durante la ma?ana se han dirigido, sobre todo, al ¨¢rea de consulta externa. Unos, para que les retiraran los puntos de cirug¨ªas previas; otros, para recoger resultados o someterse a nuevos ex¨¢menes. Mary Rocha, de 32 a?os, fue una de las primeras en llegar, sobre las ocho, para realizarse una anal¨ªtica. Hab¨ªa visto en los telediarios que Garc¨ªa Viejo estaba internado en el Carlos III, pero ella no quer¨ªa esperar m¨¢s. "Ya quiero salir de esto. Me hab¨ªan cambiado la fecha hace tres semanas", dice, tras recordar que este no es el primer paciente con ¨¦bola, en alusi¨®n a los religiosos Miguel Pajares y Juliana Bonoha. "Si con los otros nadie no se contagi¨®, ?por qu¨¦ alguien tendr¨ªa que enfermarse ahora?".
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