El patinete reclama su sitio en las ciudades
La irrupci¨®n de un nuevo medio de movilidad provoca conflictos por el espacio en Madrid, Barcelona y Valencia
¡°Queremos circular; queremos circular¡±. Con este grito, entre 200 y 300 personas se manifestaron hace dos d¨ªas en Madrid. Todos iban en patinete el¨¦ctrico. La concentraci¨®n estaba convocada por la Asociaci¨®n de Usuarios de Veh¨ªculos de Movilidad Personal (AUVMP) y expresaba su rechazo a la nueva ordenanza de movilidad que la capital quiere aprobar. Cuando esto ocurra, los patinetes el¨¦ctricos solo podr¨¢n circular por los carriles bici. ¡°En Barcelona han regularizado el patinete de una manera similar a la bicicleta. En Madrid (gobernada por Ahora Madrid) est¨¢n haciendo algo parecido, pero no hay tanta infraestructura ciclista¡±, cuenta Juan Francisco Romero, consejero delegado de Patinetelectrico.shop. Esa ausencia de espacio ¡°nos va a dejar en una situaci¨®n imposible¡±, dice Iv¨¢n Sixto, de la AUVMP. ¡°En Madrid es donde estamos m¨¢s preocupados¡±, reconoce. Pero la animadversi¨®n de la capital hacia los patinetes no es exclusiva.
A falta de una normativa estatal, cada ciudad regula el uso de los patinetes con su propia ordenanza. Todas son diferentes, pero todas ven en ellos un posible problema. Barcelona, Valencia y Madrid concentran las inquietudes sobre este veh¨ªculo. Pero por diferentes motivos.
Todo comenz¨® en San Francisco
San Francisco: fue pionera en la explosi¨®n de los patinetes el¨¦ctricos. Fue en 2017, cuando varias compa?¨ªas ¡ªSpin, Lime o Bird, entre otras¡ª desembarcaron en la ciudad. Tuvieron una gran acogida por parte de los ciudadanos.
Fue un ¨¦xito: el pasado julio, Lime cumpli¨® un a?o de funcionamiento en la ciudad y declar¨® que desde su arranque se hab¨ªan realizado m¨¢s de seis millones de viajes.
Caos viario: como la ciudad no ten¨ªa legislaci¨®n espec¨ªfica, surgieron problemas como el abandono de los veh¨ªculos, la colonizaci¨®n de las aceras (al aparcarlos y al conducirlos) y conflictos en las carreteras.
Intervenci¨®n p¨²blica: el Ayuntamiento prohibi¨® temporalmente su uso. La situaci¨®n se calm¨® y los patinetes han vuelto a la ciudad.
La capital catalana fue pionera en incluir los patinetes en su normativa, que ha servido de inspiraci¨®n a otras urbes. Barcelona (Barcelona en Com¨²) diferencia los patinetes en funci¨®n de su peso y de la velocidad que adquieren. Con arreglo a esos par¨¢metros les permite circular por unos lugares o por otros.
La mayor¨ªa de ellos pueden utilizar los carriles bici y, como Barcelona posee una red densa y coherente, los patinadores tienen su espacio. Muchos se han lanzado a utilizarlo. No hay datos del n¨²mero de usuarios de VMP ¡ªlos patinadores son solo unos de ellos, los hoverboards tambi¨¦n se incluyen en esta categor¨ªa¡ª, pero las tiendas en Barcelona han notado que est¨¢n de moda: Solorueda habla de que ha triplicado sus ventas; Patinetelectrico.shop dice que han subido entre un 15% y un 20%.
El representante de la AUVMP, asociaci¨®n formada exclusivamente por usuarios particulares ¡ª¡°No queremos mezclarlo con Lime y similares¡±, a?ade¡ª explica: ¡°En Madrid buscamos la equiparaci¨®n con la bicicleta¡±. Los veloc¨ªpedos son considerados veh¨ªculos, por lo que pueden circular por las carreteras. Los VMP no entran en esta categor¨ªa, as¨ª que quedan expulsados del asfalto. ¡°Es por un tema de visibilidad y de seguridad¡±, argumentan fuentes del ?rea de Medioambiente de la capital. Los patinetes son un nuevo actor ¡ªel ¨²ltimo¡ª que pide paso en las calles de las ciudades. Como el espacio urbano es limitado, el encaje de un nuevo personaje siempre resulta complicado. Ocurri¨® con los coches, cuando las calles tuvieron que adaptarse a sus dimensiones quitando espacio, principalmente a los peatones. Pas¨® de nuevo con las motos y se repiti¨® el caso con las bicicletas. ¡°El patinete no contamina, no hace ruido¡ Es un veh¨ªculo sostenible. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de usuarios de VMP proviene del coche¡±, recalca Sixto. Las instituciones no niegan que los patinetes representan la movilidad sostenible, pero temen que afecten a la seguridad vial y que aumente el n¨²mero de accidentes. ¡°Si no nos dejan circular, ser¨¢ un paso atr¨¢s¡±, augura Sixto, ¡°significar¨ªa volver al coche; volver al pasado¡±.
Choque frontal entre empresas y Ayuntamiento
Aunque en los ¨²ltimos d¨ªas el protagonista absoluto de las noticias sobre movilidad ha sido el patinete, las razones son diferentes. Si en Madrid o en Barcelona se trata de un choque entre usuarios y Ayuntamiento, en Valencia (gobernada por Comprom¨ªs con el apoyo de PSPV-PSOE y Val¨¨ncia en Com¨²) la confrontaci¨®n es entre el Consistorio y las empresas de flota libre de patinetes. A principios de mes, la polic¨ªa local retir¨® de las calles 80 veh¨ªculos de la compa?¨ªa estadounidense Lime (participada por Uber y con sede en San Francisco). La raz¨®n: carec¨ªan de licencia. ¡°Nos parecen perfectos los nuevos tipos de movilidad, pero se deben respetar unas normas. Y si no se pide permiso, no se puede actuar¡±, dijo el alcalde Joan Rib¨® tras la incautaci¨®n. Portavoces de Lime ¡ªque este mes tambi¨¦n ha desembarcado en Madrid¡ª reconocen que el despliegue de 200 patinetes en la capital valenciana sin pedir licencia fue abrupto. Ahora declaran querer llegar a acuerdos: ¡°Hablar con los Ayuntamientos¡±, apunta ?lvaro Salvat, consejero general de Lime en Espa?a. La empresa, que defiende el uso de los patinetes por los carriles bici y que va a reclamar su implantaci¨®n, quiere convencer a los Consistorios aport¨¢ndoles experiencia: informaci¨®n sobre movilidad ¡°de un centenar de mercados [ciudades] diferentes, donde se realizan 10 millones de viajes¡±. Con esos datos, la urbes podr¨¢n gestionar mejor la manera en la que se mueven sus vecinos.
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