Omert¨¢ nuclear
El problema de esconder un vertido como el del Jarama tanto tiempo es que nunca llega el momento de descubrir a los responsables ni de satisfacer a las v¨ªctimas
La obligaci¨®n de un periodista es publicar eso que el poder quiere ocultar; pero, cuando la noticia se difunde 24 a?os despu¨¦s, el informador contribuye m¨¢s a la historia que al periodismo. El problema de esconder algo tanto tiempo es que nunca llega el momento de descubrir a los responsables ni de satisfacer a las v¨ªctimas. Eso ha ocurrido con el peor accidente nuclear en Espa?a, que se produjo en 1970 en Madrid. El franquismo lo ocult¨®, pero a¨²n hoy sigue habiendo graves lagunas y escaso inter¨¦s por esclarecerlas. Hubo que esperar un cuarto de siglo para valorar p¨²blicamente el desastre. Fue el 24 de octubre de 1994 cuando EL PA?S difundi¨® por vez primera el informe secreto de la Junta de Energ¨ªa Nuclear (JEN) sobre los entre 40 y 80 litros del l¨ªquido altamente radiactivo que acabaron en el alcantarillado de Madrid para dejar un rastro letal por el Manzanares, el Jarama y el Tajo.
Muchos ciudadanos se enteraron entonces de que ellos y sus familias hab¨ªan consumido verduras regadas con agua radiactiva. El informe dec¨ªa, por ejemplo, que la JEN hab¨ªa detectado en Aranjuez un nivel de radiactividad hasta 75.000 veces superior al normal. Imposible olvidar las caras de los agricultores aquellos d¨ªas de 1994 cuando les contamos datos del informe. Benigno Gir¨®n, azada en mano, fue el primero con quien hablamos en su huerta de Valcarra Chica. Recordaba que, sin explicaci¨®n alguna, unos agentes se llevaron sacos de lechugas de su campo en el oto?o de 1970. Ten¨ªa entonces 40 a?os. A los 50, sufri¨® un c¨¢ncer de laringe. ?Tuvo algo que ver el consumo de hortalizas contaminadas? Nunca lo sabremos, y ese es el cap¨ªtulo m¨¢s grave de esta historia, porque ni entonces, ni 24 a?os despu¨¦s, ni tampoco con posterioridad se ha hecho un estudio epidemiol¨®gico de la zona. Ocultar un hecho tan brutal es propio de una dictadura, pero Franco muri¨® solo cinco a?os m¨¢s tarde y, por tanto, es incompresible que nadie reaccionara cuando a¨²n hab¨ªa margen para paliar el desastre, asistir a las v¨ªctimas y futuras v¨ªctimas de c¨¢nceres, retirar tierras contaminadas, prohibir el consumo de productos de esas huertas, indemnizar a los campesinos...
Nada se hizo. Al contrario. La ley del silencio se mantuvo hasta que EL PA?S la rompi¨®. Y aun as¨ª, la reacci¨®n de las autoridades fue casi inexistente. El fiscal Emilio Valerio fue el ¨²nico que se interes¨®. Hasta ahora. Han pasado 50 a?os y todas las cuentas siguen pendientes. ?Mejor seguir en silencio? ?Tambi¨¦n en esto?
Carlos Y¨¢rnoz, junto con Jos¨¦ Yoldi, desvel¨® en 1994 el informe secreto de la JEN sobre el accidente de 1970.
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