Un juez contra el ¡®circo¡¯ del ¡®caso Nadia¡¯
Las preguntas del abogado de Blanco han servido para reforzar la acusaci¨®n
¨C?Los abogados de los padres de Nadia Nerea llegaron a la Audiencia de Lleida con ganas de hacer ruido. Fernando Blanco, acusado de estafar 1,1 millones a costa de la enfermedad de su hija, hab¨ªa calentado motores los d¨ªas previos enviando, desde prisi¨®n, una carta a El programa de Ana Rosa, en la que lamentaba estar ¡°secuestrado¡± sin poder ver a la menor. Fue el preludio de la in¨¦dita petici¨®n que, el primer d¨ªa de juicio, lanz¨® su abogado, David Pe?a: quer¨ªa que su cliente durmiese ¡°en un hotel¡± custodiado por polic¨ªas mientras durase la vista. Esa maniobra inicial fue frenada en seco por el presidente del tribunal, Francesc Segura, que se ha convertido en un dique frente al circo jur¨ªdico en el que, a ratos, se ha pretendido convertir el juicio por el caso Nadia.
Segura rechaz¨® una a una todas las peticiones de las defensas, incluida la del abogado de Margarita Garau, la madre de Nadia, que solicit¨® la nulidad del proceso. ¡°?Pide la nulidad de todo? Es poco com¨²n¡±, ironiz¨® el magistrado ante el letrado Alberto Mart¨ªn. Se da el caso de que Mart¨ªn fue abogado de Blanco hasta que renunci¨® a defenderle por presunta incompatibilidad. El hombre pas¨® despu¨¦s a ser representado por otros dos letrados hasta que finalmente se decidi¨® por Pe?a, un abogado de vocaci¨®n medi¨¢tica que tambi¨¦n defiende, entre otros, a Albert Cavall¨¦, el conocido como estafador del amor. Aquellos cambios sirvieron para aplazar el juicio, que inicialmente deb¨ªa celebrarse en mayo. Lo curioso es que precisamente Mart¨ªn ha alegado que se han producido ¡°dilaciones indebidas¡± porque es ¡°una causa con preso que lleva casi un a?o sin practicar ninguna diligencia¡±.
Con Pe?a ya al frente de la estrategia, se solicit¨® la recusaci¨®n de los magistrados de la Audiencia de Lleida que han juzgado el caso. Sin ¨¦xito, porque el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) reproch¨® al abogado su ¡°inter¨¦s fraudulento¡±. Otra peculiar petici¨®n suya excarcelar a Blanco para que fuera entrevistado por un medio de comunicaci¨®n- tambi¨¦n fue rechazada. Pe?a ha intentado llevar a cabo una estrategia agresiva -¡°he dado ejemplo de c¨®mo se puede defender a un cliente en dos meses¡±-, pero se ha ido apagando con las sucesivas advertencias del presidente del tribunal.
El magistrado ense?¨® los dientes a los abogados desde el primer d¨ªa. A Mart¨ªn le advirti¨® por utilizar el tel¨¦fono m¨®vil. El letrado dijo que estaba ¡°consultando legislaci¨®n¡±, y Segura recurri¨® de nuevo a la sorna: ¡°Si quiere la ley de enjuiciamiento criminal, se la podemos facilitar¡±. Pe?a, por su parte, se enred¨® con cuestiones jur¨ªdicas que no supo explicar. ¡°No es costumbre interrumpir. Pero no le seguimos, no entendemos lo que pretende. Llevamos m¨¢s de diez minutos y no sabemos lo que nos pide¡±, replic¨® Segura.
Las preguntas de Pe?a han servido, en ocasiones, para reforzar los argumentos de la fiscal¨ªa. Como cuando pregunt¨® a un sargento de los Mossos sobre los supuestos viajes a Houston para operar a la ni?a y este revel¨® uno de los desmentidos m¨¢s rotundos del juicio: ¡°Nos dijo que hab¨ªan ido al Houston Children Hospital y no hay ning¨²n hospital con esa denominaci¨®n¡±. Segura tuvo que intervenir para recordarle que le estaba haciendo un flaco favor a su cliente. ¡°Algunas cosas que dice parecen m¨¢s propias de la acusaci¨®n¡±, le dijo el magistrado, que le ha interrumpido varias veces por plantear cuestiones ¡°absolutamente irrelevantes¡±.
El fiscal no se ha quedado exento del control de Segura. A Blanco, que incurri¨® en m¨²ltiples contradicciones, le pregunt¨® el fiscal por una fiesta en su casa de F¨ªgols en las que hab¨ªa ¡°ata¨²des y disfraces¡±. ¡°Es que no tiene nada que ver. Los hechos son por una estafa¡±, le record¨® el juez. Al d¨ªa siguiente, cuando los forenses explicaron que la vida de Nadia no corr¨ªa peligro y que no se la pod¨ªa someter a los tratamientos fabulados por Blanco, Pe?a grit¨® desde su asiento: ¡°?Protesto!¡± El juez le tuvo que recordar que no estaba en una pel¨ªcula americana. ¡°?Me puede decir en qu¨¦ parte del procesamiento criminal est¨¢ previsto protestar. Esa expresi¨®n es propia del derecho anglosaj¨®n¡±.
El abogado de Blanco ha preguntado de forma reiterada sobre el papel de los periodistas en la revisi¨®n de informes m¨¦dicos de la ni?a, sobre un extra?o gen que nadie sabe identificar o sobre el supuesto negocio de vinos de Blanco. Segura a ratos perdi¨® la paciencia, aunque mantuvo la iron¨ªa: ¡°Queda acreditado que hubo una cata de vinos, que pusieron cacahuetes, como ha dicho gr¨¢ficamente el testigo. La sala queda ilustrada¡±. ¡°Se?or presidente, no se me enfade , por favor,¡±, le lleg¨® a rogar Pe?a.
Pero s¨ª hubo enfado y estall¨® ayer. Segura insisti¨® en que estaba haciendo preguntas reiterativas, y el rifirrafe -el abogado no dejaba de interrumpir- le llev¨® a suspender cinco minutos la vista. ¡°Nos tranquilizamos todos y volvemos¡±.
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