La gran farsa del padre de Nadia
El fiscal vio tan claro el caso que incluso sopes¨® aumentar la pena de los progenitores de la ni?a
Tan convencido qued¨® el fiscal con las pruebas contra los padres de Nadia que hasta sopes¨® pedir un aumento de la pena. Finalmente se contuvo, y Fernando Blanco y Margarita Garau afrontar¨¢n seis a?os de c¨¢rcel por enriquecerse a costa de la enfermedad de su hija, Nadia Nerea, afectada de tricotiodistrofia. El juicio por estafa, celebrado esta pasada semana en la Audiencia de Lleida, fue un suplicio diario para Blanco, cuyas mentiras fueron evidenciadas por forenses, mossos y afectados. Su propia declaraci¨®n y las preguntas de su abogado ¨C¡°m¨¢s propias de la acusaci¨®n¡±, le reproch¨® el juez- fueron una fuente de alegr¨ªas para el fiscal.
La farsa tejida por Blanco durante a?os en plat¨®s de televisi¨®n y en conversaciones con sus vecinos de Organy¨¤ (Lleida) fue debidamente deconstruida en la sala de vistas. El acusado defendi¨® lo imposible y agit¨® a su favor a Nadia, v¨ªctima y protagonista ausente del caso que lleva su nombre. Condenarle a ¨¦l, dijo al hacer uso del derecho a la ¨²ltima palabra, era tanto como ¡°condenar a Nadia¡±, que de todos modos, insisti¨®, puede morir pronto porque su vida corre peligro.
La muerte inminente de Nadia. Blanco recaud¨® 1,1 millones con el principal argumento de que su hija iba a morir si no se la somet¨ªa a una intervenci¨®n que siempre resultaba ser car¨ªsima y en el extranjero. Los forenses desmontaron esa coartada. La ni?a est¨¢ enferma, s¨ª: sufre una dolencia rara que le afecta al pelo, a la piel, y le produce adem¨¢s problemas de movilidad y una dificultad severa para el aprendizaje. Pero, aunque es m¨¢s propensa a sufrir infecciones, la dolencia no disminuye su esperanza de vida ni mucho menos implica un riesgo inminente para su vida.
La b¨²squeda de tratamientos. En el juicio qued¨® claro que, desde el primer a?o de Nadia, los padres eran conscientes de que sufr¨ªa tricotiodistrofia, una enfermedad gen¨¦tica para la que, seg¨²n los advirtieron, no exist¨ªa tratamiento. Blanco explic¨® que busc¨® segundas opiniones y que logr¨® dar con expertos en Francia, Turqu¨ªa y Estados Unidos para curar a la ni?a. Lo cierto, seg¨²n la investigaci¨®n, es que los padres apenas gastaron 2.700 euros en la ni?a; el resto sirvi¨® para cubrir sus gastos ordinarios.
Los genes que entran y salen. Nadie fue sometida, seg¨²n el padre, a diversas operaciones que ¡°duraban muchas horas¡± para modificarle los genes. Lo explic¨® del siguiente modo: los m¨¦dicos realizaban una punci¨®n en la nuca de la ni?a, le ¡°sacaban los genes¡±, los ¡°modificaban¡± y los volv¨ªan a introducir para ¡°mejorar su calidad de vida¡±. Los forenses explicaron que todo eso es ciencia ficci¨®n. S¨ª hay estudios te¨®ricos y experimentos sobre mutaciones gen¨¦ticas que, ¡°en un futuro¡±, ilustraron, podr¨ªan llegar a aplicarse en ¡°embriones¡±, pero nunca en ¡°personas adultas¡±.
Los hospitales de Houston y Par¨ªs. Blanco asegur¨® en el juicio que viaj¨® cinco veces a Houston (EE UU) para operar a la ni?a. Tras su detenci¨®n, dijo a los investigadores que uno de los centros se llamaba Houston Children Hospital. Pero ese nombre ¡°no existe¡±, constat¨® en el juicio uno de los mossos que lider¨® la investigaci¨®n a preguntas, curiosamente, del abogado de Blanco. El acusado tambi¨¦n mencion¨® otra operaci¨®n en Francia, pero solo pudo concretar que tuvo lugar en ¡°Par¨ªs¡±.
Viajar sin pasaporte. Otro dato sorprendente es que pudiera viajar a todos esos pa¨ªses sin pasaporte. Los Mossos constataron que ni ¨¦l ni Nadia dispon¨ªan de ese documento en aquellas fechas. El fiscal le pregunt¨®, por ejemplo, sobre un supuesto viaje a Brasil y c¨®mo era posible que no tuviera el sello en el pasaporte. Blanco aleg¨® que viajaba all¨ª desde Turqu¨ªa, de modo que no lo necesitaba.
El c¨¢ncer de p¨¢ncreas. La estrategia de la l¨¢stima fue esencial en la captaci¨®n de fondos entre los vecinos de Organy¨¤, que llegaron a colocar huchas en multitud de espacios para ayudar a la ni?a. Los vecinos, de hecho, acusaron a Blanco en el juicio de ¡°jugar con los sentimientos¡± de la gente a costa de una ni?a enferma. Para a?adirle dramatismo, Blanco les cont¨® que sufr¨ªa un c¨¢ncer de p¨¢ncreas terminal y, para darle verosimilitud, se rap¨® el pelo. En el juicio, afirm¨® que nunca hab¨ªa dicho todo eso ¨Cpese a que tambi¨¦n lo mencion¨® a un medio de comunicaci¨®n-, aunque matiz¨® que le detectaron ¡°tres tumores al lado del h¨ªgado¡± que ¡°resultaron ser benignos¡±.
El vendedor de vinos. La fiscal¨ªa argumenta que, desde 2009 ¨Ca?o en el que pusieron en marcha la asociaci¨®n de apoyo a Nadia- los padres carec¨ªan de ingresos. La defensa trat¨® de cuestionarlo y aludi¨® a una tienda de vinos abierta por Blanco en Organy¨¤. Pero los Mossos destaparon que el establecimiento no ten¨ªa actividad alguna y que el hombre se limit¨® a comprar unas cuantas cajas de vino. Tambi¨¦n se present¨® como empleado de Vega Sicilia y afirm¨® que hab¨ªa sido en¨®logo. Nada de ello es cierto, seg¨²n la investigaci¨®n, y por eso el fiscal interpreta que Blanco, sin oficio ni beneficio, convirti¨® la enfermedad de su hija el medio de vida de su familia.
La huida a Toulouse. En diciembre de 2016, despu¨¦s de que EL PA?S las incoherencias de su relato y los Mossos iniciaran una investigaci¨®n, Blanco se vio acorralado y huy¨® a Francia. La polic¨ªa catalana lo supo porque ya ten¨ªa su tel¨¦fono intervenido. Esa es una de las razones ¨Criesgo de fuga- que llev¨® al juez a ordenar su ingreso en prisi¨®n provisional, donde permanece desde entonces. Un mosso detall¨® en la vista que, al regresar a Catalu?a, Blanco utiliz¨® carreteras secundarias y caminos de tierra para evitar los controles policiales. Como en todo, el presunto estafador dio una explicaci¨®n alternativa: se march¨® a Toulouse a buscar a un amigo, con el que se encontr¨® fortuitamente en un bar, y que pod¨ªa ayudarle a corroborar que todos los tratamientos a los que se hab¨ªa sometido Nadia eran ciertos. No aport¨® ninguna prueba. Y dijo que s¨ª, que hizo maniobras pero no para evitar a la polic¨ªa, sino a la prensa, que hab¨ªa iniciado ya ¡°una cacer¨ªa¡± contra ¨¦l.
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