Guatemala | Pocos casos de abusos conocidos en un pa¨ªs donde ser ni?o es una situaci¨®n de alto riesgo

En Guatemala, un pa¨ªs donde ser ni?o es una situaci¨®n de alto riesgo en la medida en que la mayor¨ªa sobrevive en la pobreza extrema, la explotaci¨®n laboral o la violencia sexual, los casos de pederastia que involucren a la Iglesia cat¨®lica son minoritarios, desconocidos o, por pudor, no denunciados. Por ahora solo se conocen tres casos. "Los tres fueron condenados a penas de c¨¢rcel, uno de ellos era un var¨®n y los dos restantes chicas adolescentes. Uno de los sacerdotes mantiene abiertamente su inocencia y ha apelado su condena¡±, cuenta a EL PA?S el obispo de Huehuetenango (norte, en la frontera con M¨¦xico), ?lvaro Ramazzini, en una conversaci¨®n v¨ªa Internet.

As¨ª llega cada pa¨ªs a la cumbre

El tratamiento de la cuesti¨®n de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aqu¨ª para conocer la magnitud del problema y c¨®mo lo han abordado en una veintena de pa¨ªses

¡°No llevamos un informe con casos de cl¨¦rigos abusadores aunque, obviamente, el tema de la pederastia es un problema social lamentablemente muy extendido¡±, comenta el presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), Gonzalo de Villa, quien tambi¨¦n participa en la cita del Vaticano. A?ade que los obispos guatemaltecos van con el af¨¢n de aprender. ¡°He tratado de ponerme al d¨ªa a trav¨¦s de medios cat¨®licos y seculares interesados en el tema. Unos m¨¢s conocedores, otros m¨¢s escandalosos. No llevo ponencias¡±.

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De Villa se?ala que la Iglesia guatemalteca no tiene una base de datos centralizada, lo que complica conocer el n¨²mero de casos que pudieran haber ocurrido a nivel de pa¨ªs. ¡°Cada di¨®cesis, cada orden religiosa, enfrenta los casos desde su responsabilidad eclesi¨¢stica y civil como personas jur¨ªdicas¡±. Respecto a la posibilidad de que haya habido alg¨²n obispo que haya ocultado casos de pederastia, el prelado afirma que no le consta que eso haya ocurrido, ¡°aunque supongo que en alg¨²n caso antiguo se pudieron haber guiado por criterios que hoy llamar¨ªamos encubridores¡±.

David Pineda, presidente de la ONG Humanistas Guatemala, organizaci¨®n que abraza el humanismo secular como filosof¨ªa de vida y que tiene los casos de pederastia bajo la lupa, coincide en la apreciaci¨®n de que en Guatemala no han salido a la luz muchos casos. ¡°Sabemos de un par de casos aislados, pero sin alcanzar el nivel de esc¨¢ndalo que involucren a sacerdotes y obispos, como ocurre en otros pa¨ªses con sistemas de justicia m¨¢s s¨®lidos¡±.

Comenta que varias personas se han acercado a ellos para contarles sus experiencias. Casos que ni siquiera se han publicado y que las mismas v¨ªctimas prefieren que no trasciendan. ¡°No son casos bajo procesos judiciales o de denuncia¡±, extremo que atribuye al temor al ostracismo social en un pa¨ªs profundamente religioso. ¡°Es el mismo escenario que se da en otros pa¨ªses, con presiones de la misma familia o por circunstancias personales. Son gente que contin¨²a siendo creyente o, incluso cuando ya se han alejado de la Iglesia, no est¨¢ dispuesta a echarse encima la carga de alcanzar notoriedad p¨²blica¡±.

Con respecto a los resultados de la reuni¨®n de Roma, Pineda se muestra esc¨¦ptico. ¡°Nada nos indica que los obispos est¨¦n genuinamente preocupados por esta situaci¨®n. Son los esc¨¢ndalos los que han obligado a la Iglesia a buscar una salida. No parece ser una situaci¨®n interna, sino fruto de los esc¨¢ndalos. No me extra?ar¨ªa que la reuni¨®n solo est¨¦ pensada para dise?ar estrategias que les permitan seguir evadiendo responsabilidades¡±, concluye.