El milagro de un museo inacabado y un pueblo que volvi¨® a reencontrarse
El MIAU es una experiencia art¨ªstica y social que ha revolucionado el mundo del arte callejero y que ha permitido a los vecinos del peque?o pueblo de Fanzara recuperar la convivencia que se hab¨ªa perdido
Si la historia del pueblo de Fanzara te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Nadie dijo que la historia de un pueblo no pudiera reinventarse en sus paredes. Ni que dos personas que hab¨ªan dejado de hablarse no pudieran reencontrarse en un grafiti. Es probable que no haya viaje m¨¢s largo que el de una pared pintada contando la historia en presente de un pueblo y de sus vecinos, reinventados, reencontr¨¢ndose.
Estamos en Fanzara, Castell¨®n: 281 habitantes y un museo inacabado de arte urbano, el MIAU: sin puertas, sin tickets, sin nada m¨¢s que las fachadas de las casas, los vecinos y los artistas. Podr¨ªa ser esta que os voy a contar una buena f¨®rmula para la resoluci¨®n de conflictos internacionales o un buen modelo para la revitalizaci¨®n del mundo rural en la, cada vez m¨¢s presente, Espa?a vac¨ªa. Pero no. Esta es la experiencia particular de un peque?o pueblo de la costa donde los artistas y el arte llegaron hace cinco a?os para ayudar a recuperar la convivencia entre los vecinos que un d¨ªa se fractur¨®.
Pero, ojo, spoiler: aqu¨ª todos ¨Cartistas, vecinos y arte¨C salieron ganando. Porque, cuando uno se pone a convivir apuntando a lo profundo, el proceso te atraviesa de arriba abajo, vengas de donde vengas.
El momento de la fractura
En Fanzara hay un r¨ªo, el Mijares, rodeado de monta?as. Una buena parte de sus 34,5 kil¨®metros cuadrados de superficie est¨¢ poblada por grandes extensiones de bosque, un peque?o para¨ªso natural a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de Espad¨¢n. En Fanzara, por lo dem¨¢s, apenas hay dos bares, una panader¨ªa, una peque?a tienda de ultramarinos, una ermita, una peluquer¨ªa y mucha gente muy mayor. Un d¨ªa hubo un proyecto del Ayuntamiento para instalar en el pueblo un vertedero de residuos t¨®xicos y peligrosos. Y aquello fue la fractura. ¡°Hubo familias que se dejaron de hablar; grupos de amigos que se separaron; denuncias entre vecinos¡ la convivencia se hizo totalmente ca¨®tica¡±, explica Rafa Gasc¨® uno de los precursores del MIAU.
El pueblo, como ocurre en tantas familias, se dividi¨® en dos: los de ¡°s¨ª¡± al vertedero, que quiz¨¢s quisieron ver las oportunidades laborales que podr¨ªa ofrecer el proyecto; y los del ¡°no¡±, que ve¨ªan que ese proyecto acabar¨ªa con la riqueza natural del pueblo y con todos los de alrededor.
En el bloque del ¡°no¡± se organizaron como plataforma y empezaron a movilizarse en las calles, a presentar alegaciones judiciales, a hacer ruido, mucho ruido. Hasta que entendieron que, si el proyecto surg¨ªa del Ayuntamiento, lo que hab¨ªa que cambiar era eso: en 2011, los del ¡°no¡± llegaron al consistorio y la primera medida que tomaron fue eliminar la idea del vertedero y con ¨¦l, el peligro de sus residuos t¨®xicos.
Lo que perdur¨® ¨Cestaba claro¨C fue la fractura social dentro del pueblo. ¡°La cosa estaba tan mal, que por lo menos aspir¨¢bamos a poder saludarnos por la calle¡±.
Arte urbano para recuperar la convivencia
En una de las primeras intervenciones art¨ªsticas del MIAU, en las paredes del taller de uno de los vecinos del pueblo, Rom¨¢n, aparecieron pintadas unas manos gigantes, monta?osas, desgastadas. Desde el colectivo italiano FX, despu¨¦s de pasar la tarde con ¨¦l, le preguntaron: ¡°?C¨®mo te has ganado t¨² la vida?¡±, y Rom¨¢n, sin dudarlo, pens¨® en el que hab¨ªa sido su sustento y el de su familia: ¡°Yo, con estas manos¡±. Y eso pintaron, las manos de Rom¨¢n como s¨ªmbolo de la dureza del mundo rural, del trabajo en el campo, de la historia de ese peque?o pueblo de 281 habitantes que hoy es Fanzara.
Este museo de arte urbano est¨¢ hecho, sobre todo, de conversaci¨®n, de encuentro, de hospitalidad. Esa fue la idea, la propuesta de soluci¨®n, que gan¨® en aquel momento en que mucha gente del pueblo ya no se hablaba. ¡°Cre¨ªamos que intentar juntar a dos personas que se llevan mal as¨ª porque s¨ª iba a ser muy complicado. Recurrimos a los artistas un poco como conejillos de indias, al colocarlos entre dos personas que no se llevan muy bien. Nos parec¨ªa simplemente que pod¨ªa funcionar, no es que hubiera un estudio sobre el que basarnos. Solo intentamos que el artista actuara como un intermediario entre los vecinos¡±, explica Javier L¨®pez, tambi¨¦n fundador y organizador del MIAU.
Un experimento social y art¨ªstico o, como explica Javier, ¡°una especie de sue?o que no ten¨ªamos claro si acabar¨ªa saliendo bien¡±.
Javier y Rafa consiguieron convencer a sus vecinos ¨Crecordemos que la media de edad sigue estando en Fanzara por encima de los 70 a?os¨C con la idea de que podr¨ªan reinventar el pueblo a trav¨¦s de un museo al aire libre, en el que los expositores ser¨ªan las fachadas de sus casas y donde acoger¨ªan a cualquier artista que, de manera voluntaria, quisiera mezclarse con ellos y exponer su obra. Donde el hilo invisible de las relaciones entre unos y otros, sus vidas, acabar¨ªan expuestos al aire libre las 24 horas, los 365 d¨ªas del a?o. Un proyecto rompedor y sin referentes previos ¨Cincluso para un barrio de Londres¨C estaba aterrizando en una villa de menos de 300 habitantes.
Referente en el mundo del arte urbano mundial
Los comienzos no fueron f¨¢ciles. ¡°Estuvimos tres a?os intentando encontrar a alg¨²n artista interesado a quien poder explicarle el proyecto¡±, cuenta Javier. Finalmente, consiguieron acercarse al colectivo Mur-murs, de Menorca, dedicado al arte urbano, que les ayud¨® a presentar la idea a otros artistas.
De repente, en solo tres meses, hab¨ªan conseguido la participaci¨®n de 21 artistas, entre ellos, algunos de los m¨¢s reconocidos del pa¨ªs como Deih; Julieta Xlf; Escif, ¡®el banksy valenciano¡¯; Hombrel¨®pez o Susie Hammer, entre otros. En septiembre se inauguraba el MIAU: cuatro d¨ªas de convivencia que dejaron 44 intervenciones art¨ªsticas. ¡°Hab¨ªamos comprado pintura blanca de sobra por si hab¨ªa que retirar todas las intervenciones¡±, explica Javier. ¡°Al principio solo ten¨ªamos cinco paredes cedidas por el Ayuntamiento y otras cinco de los vecinos, pero al ver la calidad de las obras, m¨¢s y m¨¢s vecinos fueron ofreciendo sus fachadas¡±.
Y, precisamente por el entusiasmo creciente de los fanzarenses, el MIAU ha ido creciendo como ellos han elegido: los vecinos empezaron a acoger a los artistas en sus casas y a asumir tareas de organizaci¨®n; se empezaron a acoger talleres y visitas guiadas durante todo el a?o y, hoy, no hay fin de semana que el pueblo no se llene de gente con la c¨¢mara al hombro. ¡°En Fanzara solo hay un colegio con 14 estudiantes, pero el pueblo a menudo est¨¢ lleno de ni?os, autobuses llenos que llegan para hacer talleres, para ver las pinturas en las paredes. Eso tambi¨¦n es vida para el pueblo".
Para las personas detr¨¢s del MIAU es muy importante que el museo siga respetando los ritmos de sus obras m¨¢s preciadas, las personas. ¡°Todo esto durar¨¢ hasta que los vecinos quieran que as¨ª sea, porque el proyecto depende de ellos, al igual que del voluntariado de los artistas¡±. Aqu¨ª todos tienen claro que no se trata de escalar hacia arriba, sino de ganar profundidad: ¡°El proyecto sigue siendo peque?o y sostenible. Se podr¨ªa pintar todo el pueblo, pero ese ya no ser¨ªa nuestro proyecto, dejar¨ªa de ser un proyecto de convivencia¡±, explican.
De manera insospechada, aquella primera experiencia tambi¨¦n sirvi¨® para poner el pueblo muy alto en el panorama art¨ªstico mundial. ¡°Una revista especializada catalog¨® la intervenci¨®n ¡°The Visitor¡±, del artista valenciano Deih, como una de las 20 mejores intervenciones del mundo. ?Nada m¨¢s empezar!¡±. Hoy, la experiencia art¨ªstica de Fanzara es conocida y reconocida en todo el mundo y por el pueblo no han dejado de pasar artistas de primer nivel como Axel Void, Bifido, Boa Mistura, Carlos Callizo, Dan Ferrer, Jofre Oliveras o Elsa Guerra, por nombrar solo algunos.
Un intercambio de ida y vuelta
El primero en ofrecer la pared de su casa a los artistas, reconoce, no estaba nada convencido. ¡°Pero luego ves la armon¨ªa que se crea entre los artistas y los habitantes del pueblo y te acabas enganchando. Cinco a?os m¨¢s tarde, estoy deseando que llegue julio para que empiece el MIAU, los artistas son ahora nuestros mejores amigos¡±.
Al contarlo, todos coinciden en resaltar que lo m¨¢s bonito que se ha creado con el MIAU no son solo las fachadas llenas de arte, sino ese v¨ªnculo y ese intercambio, que va de un lado a otro y que se expande mucho m¨¢s all¨¢ de los cuatro d¨ªas de convivencia. ¡°Son artistas que han viajado mucho¡±, explica Rafa. ¡°A trav¨¦s de ese intercambio, la gente del pueblo puede viajar fuera a trav¨¦s del relato de los artistas y los artistas, que suelen ser de ciudades m¨¢s grandes, tienen la oportunidad de acercarse y empaparse del mundo rural¡±.
La experiencia inacabada de Fanzara es, en realidad, un viaje interminable y un recordatorio imprescindible: las personas estamos hechas para encontrarnos.
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Contenido adaptado del v¨ªdeo
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Fanzara es un pueblo de Castell¨®n donde viven 281 personas y en 2005 un vertedero de residuos t¨®xicos dividi¨® a los vecinos a favor o en contra. En 2011 tras el par¨®n del vertedero, Javi, Rafa y un grupo de vecinos decidieron recuperar la buena convivencia creando MIAU el museo inacabado de arte urbano. Hoy m¨¢s de 120 artistas, han pasado por el pueblo para pintar su mural.
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(Javi)?Aqu¨ª en la ¨¦poca de la crisis, aqu¨ª ya no hab¨ªa trabajo, no sub¨ªa gente y hab¨ªa comercios que hab¨ªa peligro de que desaparecieran. En el a?o 2005 lo que sucede es que a trav¨¦s del Ayuntamiento que hab¨ªa en aquel momento, llega un proyecto al pueblo que es la instalaci¨®n de una planta de tratamiento y un vertedero de residuos t¨®xicos y peligrosos. Y eso lo que provoca es una fuerte divisi¨®n en el pueblo entre vecinos que eran favorables a ese proyecto y vecinos que no ¨¦ramos favorables a ese proyecto.
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(Javi) Lo que sucedi¨® durante esos a?os para explicarlo brevemente es que hubo familias que se dejaron de hablar, hubo grupos de amigos que se deshicieron y eran amigos de toda la vida.
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(Rafa) Fueron momentos muy fuertes, muy desagradables.
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(Javi) Momentos para olvidar.
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(Javi) El principal problema que ten¨ªa el pueblo era la convivencia, hab¨ªa de alguna manera volver a recuperar esa convivencia que se hab¨ªa tenido antes, por lo menos saludarnos por la calle cuando nos vi¨¦ramos. Rafa y yo compartimos esta idea de intentar hacer un proyecto donde invit¨¢ramos gente al pueblo que pudiera convivir con nuestros vecinos.
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(Rafa) El proyecto original era transformar todo el pueblo en un museo.
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(Rafa) Lo que hicimos fue una asamblea e invitar a todo el pueblo para explicar el proyecto y la gente nos miraba pues, como diciendo ¡°estos¡ estos se han vuelto locos¡±.
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(Jos¨¦) Al principio me lo tom¨¦ un poco, medio cachondeo, es decir, esto ?qu¨¦ va a pasar? En cambio ahora me encanta.
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(Javi) Dentro del MIAU los vecinos son los que alojan a los artistas.
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(Rafa) A trav¨¦s de se intercambio la gente de aqu¨ª pod¨ªa salir fuera y los artistas que suelen ser de ciudades muy grandes se acercasen al mundo rural. Confiaban en nosotros y dijeron ¡°ala, pues adelante¡±. Entonces fue cuando nos empezaron a dejar paredes, empezaron a colaborar.
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(Javi) Nosotros nos lo planteamos de una manera que intentar juntar a dos personas que se llevan mal as¨ª por que s¨ª va a ser muy complicado. Nosotros a los artistas aunque sepa mal los utilizamos un poco como conejillos de indias, intentamos un poco el buscar que el artista fuera un intermediario entre los vecinos.
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(Rom¨¢n) Si que ha cambiado, es un ambiente bonico, un ambiente de fiesta.
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(Rafa) El pueblo no sab¨ªa exactamente qu¨¦ iban a hacer entonces estaban todos a la expectativa.
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(Javi) Es un proyecto social de convivencia a trav¨¦s del arte, a nosotros nos ha valido para que la gente pierda un poco ese miedo a eso que llaman graffiti.
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(Ana) Chap¨® por todos los vecinos del municipio, porque es dif¨ªcil hacerles entender este arte.
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(Amparo) A mi me gustan todos reina, yo los veo y todos me gustan.
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(Javi) Y a nosotros tambi¨¦n nos interesaba que hubiera una conexi¨®n entre los vecinos y los artistas.
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(Amparo) Y eso ha dado la vida al pueblo, porque los viejos no valemos para nada.
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(Javi) El proyecto MIAU no vive de lo que nos pintan si no viven de lo que los artistas viven con nuestros vecinos. Lo que nos sorprende es que a este tipo de artistas les apetezca venir a colaborar en este proyecto. Vivir la experiencia de estar aqu¨ª conviviendo con ellos y dej¨¢ndonos algo de su obra, es que no pedimos nada m¨¢s.
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(Jos¨¦) Bueno, ya te digo, que estoy esperando todos los a?os a que vengan.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.