¡°Promet¨ª a mi hijo que no volver¨ªa con su padre¡±
La detenida por secuestrar a S., de 11 a?os, cuenta una huida de 15 meses que acab¨® en un pueblo de Cuenca
Una mujer, un hombre y una ni?a de seis a?os, la hija de ambos. Una familia que se confunde con otras familias en esta cafeter¨ªa de un rico municipio cercano a Madrid. Pero falta un miembro. S., de 11 a?os, el primer hijo de Mar¨ªa Sevilla, ya no est¨¢. Hace ocho d¨ªas, la polic¨ªa tir¨® la puerta de una casa a 135 kil¨®metros de este lugar. Se llev¨® a la madre en pijama al juzgado y devolvi¨® el cr¨ªo al padre, la antigua pareja de Mar¨ªa Sevilla.
Mar¨ªa, de 35 a?os, ha sido puesta en libertad, imputada por la sustracci¨®n de su hijo. Llora al mirar la foto de S., coronado de rizos. Rafael Marcos, su excompa?ero, la ha colgado en Facebook. A ella ha sido dif¨ªcil reconocerla. Lleva el cabello anaranjado. Esta semana en los telediarios se la ve¨ªa hablar en unas im¨¢genes de archivo ante una comisi¨®n del Congreso como presidenta de Infancia Libre, una asociaci¨®n de ayuda a ni?os abusados sexualmente. Era 2017 y luc¨ªa melena rubia y ondulada. Ahora hay un r¨®tulo superpuesto: ¡°Detenida en Cuenca por secuestrar a su hijo¡±.
Gritos y golpes de maza rompieron la noche en el inh¨®spito paisaje de encinas, pinos y romero de Casalonga, una urbanizaci¨®n de mil parcelas y 80 vecinos censados junto al pueblo de Villar de Fuentes, en Cuenca. O as¨ª lo recuerda Mar¨ªa. La polic¨ªa cuenta que encontraron a los ni?os en ¡°condiciones lamentables¡± dentro de la vieja casa alquilada de cinco habitaciones y ventanas enrejadas, rodeada de 6.000 metros cuadrados tapados en parte por una tela asf¨¢ltica donde todo ¡ªlos columpios, una peque?a cancha de baloncesto ya sin canastas y una barbacoa ruinosa¡ª parece haber vivido tiempos mejores.
La polic¨ªa asegura que la ni?a, sin hablar, se acerc¨® a oler a los agentes. Esta cr¨ªa con los mismos ojos verdes, clar¨ªsimos, del padre. Y lo sabe, aunque prefiere presumir de zapatillas brilli-brilli. ¡°Me han pinchado, ?te ense?o la tirita?¡±, ofrece A., seis a?os espigados con dos lazos rosas en la cocorota. Jos¨¦ Cantos, delgado como la hija, se alisa la camisa de marca y la toma de la mano. La madre tiende el informe pedi¨¢trico, fechado tres d¨ªas despu¨¦s del arresto: ¡°Lenguaje avanzado para su edad. Bien hidratada. Bien nutrida. Bien aseada¡±.
El 30 de marzo, a las dos de la madrugada, acab¨® la huida de 15 meses de Mar¨ªa, Jos¨¦, A. y S., cuyo destino final contemplaba una rutina sin colegio ni centro de salud ni salir apenas, como dice la polic¨ªa. ¡°S¨ª que sal¨ªan, cuid¨¢bamos del huerto del que nos aliment¨¢bamos y les ha visto el m¨¦dico¡±, dice la madre. La abuela materna es enfermera y en su entorno, afirma, hay facultativos. ?Y la escolarizaci¨®n? ¡°Segu¨ª usando el programa que le dieron a S. cuando no pod¨ªa ir al colegio por sus alergias en Granada. Ten¨ªamos una habitaci¨®n solo para dar clase¡±. Tanto la madre como su abogada, Carmen Sim¨®n, insisten en que la casa estaba bien acondicionada por dentro, decorada por la primera.
Junto a los ni?os, la madre y su perro, ¡ª"que no atac¨® a nadie, no sali¨® de la habitaci¨®n"¡ª la polic¨ªa encontr¨® un encerado con una cita del G¨¦nesis: 22.18. Tanto Jos¨¦ como Mar¨ªa son evangelistas. El ni?o se llev¨® la Biblia, dice la polic¨ªa. ¡°S¨ª, porque tiene su Biblia, pero adem¨¢s se llev¨® muchas cosas m¨¢s dentro de la maleta, libros, la ropa que quiso, su coche de Lego. Tuvo que quitarse el pijama para vestirse delante de los 16 polic¨ªas¡±,
Adem¨¢s de la investigaci¨®n judicial en curso por la sustracci¨®n del hijo por parte de Mar¨ªa, ahora la Fiscal¨ªa y la Junta de Castilla-La Mancha indagan si hubo riesgo o desprotecci¨®n de los ni?os, seg¨²n confirma la directora de Familia y Menores, Mar¨ªa Ger. "Hay que valorar la situaci¨®n en la que han vivido en este tiempo, sin que el Ayuntamiento de Villar de Ca?as supiese de su presencia".
En diciembre de 2017, al padre, Rafael Marcos, que ha declinado hablar con este peri¨®dico, le fue concedida la custodia de S. despu¨¦s de un largo litigio con su expareja. En 2013 fue imputado por presuntos abusos sexuales. ¡°El cr¨ªo se masturbaba mucho. Le dijo a mi madre que le metiera el dedo en el culo, como hac¨ªa pap¨¢, pero que no me lo contara a m¨ª¡±, explica Mar¨ªa. El caso fue sobrese¨ªdo en primera instancia y en la Audiencia Provincial al igual que una segunda imputaci¨®n.
El ni?o volvi¨® a verse con el padre en un punto de encuentro. ¡°S. es muy sumiso, iba medicado y yo le tranquilizaba dici¨¦ndole que estar¨ªa all¨ª esper¨¢ndole¡±, asegura la madre. Cuando Rafael fue autorizado a quedarse con su hijo en fines de semana alternos, en noviembre de 2016, ella incumpli¨® el r¨¦gimen de visitas. No le llevaba al colegio cuando el padre ten¨ªa que ir a recogerle.
En marzo de 2017 Mar¨ªa se mud¨® a Granada tras firmar Infancia Libre un convenio con Podemos para desarrollar un protocolo sobre abusos sexuales en la infancia. En la capital andaluza, la pediatra que trataba a S. denunci¨® de nuevo por posibles abusos al padre adjuntando tambi¨¦n un informe de la psiquiatra. Poco antes, el Centro de Salud Mental de Majadahonda daba fe de dolores de cabeza y de tripa del ni?o, adem¨¢s de autocastigos, considerados ¡°equivalentes depresivos¡±.
Hubo un primer juicio en Valdemoro, en marzo de 2017, en el que se concedi¨® la custodia al padre sin saber la juez que otro juzgado hab¨ªa abierto diligencias por los presuntos abusos sexuales denunciados en Granada. Estaban ausentes la madre y la abogada, que ten¨ªa otra vista en Algeciras. "Ese juicio se recurri¨®", dice la letrada, y en el siguiente, la madre pretendi¨® que atestiguasen tanto el ni?o como los profesionales sanitarios que le atend¨ªan. "Se quedaron en la puerta", sostienen Mar¨ªa y su abogada.
El auto retira la custodia a la madre y se?ala la? "conducta obstruccionista y persistente" de esta al negar "por la v¨ªa de los hechos el establecimiento de una relaci¨®n paterno-filial normalizada, perjudicando los intereses del menor". Tambi¨¦n se?ala el perjucio adicional para el ni?o al no llevarle al colegio cuando tenia que ver al padre, "lleva siete meses sin ir de manera presencial al colegio", destaca. La sentencia incide en que Mar¨ªa "no puede pretender que el menor ¨²nicamente se forme con el material escolar que se le entrega para que lo realice en casa, sin ning¨²n tipo de control, seguimiento, examen y calificaci¨®n por el personal docente, ya que de continuar el menor en esta situaci¨®n el perjuicio formativo podr¨ªa ser irreparable". Cuando se otorga la custodia al padre, Mar¨ªa Sevilla desapareci¨®. Sus razones para eludir la ley: ¡°Le promet¨ª a mi hijo que no volver¨ªa con su padre. Se lo promet¨ª¡±.
¡°Yo no les vi nunca. Ni se empadronaron ni escolarizaron a los ni?os¡±. Habla Carmen Barco, secretaria municipal de Villar de Ca?as, y se oye eco. Nadie habita en las casas bajas de la plaza del Ayuntamiento que ya no tiene censados a 390 vecinos porque el domingo se muri¨® un anciano. En los balcones se clama con pancartas algo descoloridas por el ATC, el cementerio nuclear que iba a hacer florecer el pueblo y que el Gobierno paraliz¨® el a?o pasado.
S¨ª que conoci¨® a la familia la carnicera, sobre todo a ¨¦l, que compraba el pescado que llegaba a su establecimiento cada jueves. Y tambi¨¦n la farmac¨¦utica, que un s¨¢bado de enero vio entrar a una mujer amable, arreglada, a comprar una crema y le cont¨® que viv¨ªa en Casalonga. Los ni?os estaban fuera con el padre. ¡°Hasta la invit¨¦ a las hogueras de San Ant¨®n¡±. Entonces, dice Mar¨ªa, alguien les vio y alert¨® a la polic¨ªa. Ya sal¨ªan por la tele.
¡°En Casalonga meten a Bin Laden y nadie se entera¡±, salta el alcalde, Jos¨¦ S¨¢iz, un hombret¨®n en traje de faena que acaba de dejar su taller de herramientas agr¨ªcolas. Se?ala en una fotograf¨ªa a¨¦rea el entramado de caminos ¡ª-56 kil¨®metros¡ª de la urbanizaci¨®n: ¡°570 casas¡±, apunta la secretaria. All¨ª se ocultaron los cuatro cuando el cerco se estrechaba. ¡°Pero hemos vivido en la playa, en ciudades, relacion¨¢ndonos con todos¡±, dice Mar¨ªa. Sin usar tarjeta de cr¨¦dito ni tel¨¦fonos. Sin dejar rastro. La polic¨ªa les situ¨® antes en un pueblo de Levante, en la costa de Almer¨ªa, Pa¨ªs Vasco¡ ¡°Y en m¨¢s sitios hemos estado¡±, asegura.
Tras encarar caminos sin asfaltar flanqueados por inacabables solares vac¨ªos, chal¨¦s de veraneo y lo que fueron casas de aperos, se llega a la calle del ?lamo, 50. Solo queda el terreno agostado, dos bicicletas tiradas, trastos, una piscina vac¨ªa y la terraza oculta por una tela negra.
¡°Es el diablo, nos dijo el ni?o¡±
Hace cuatro meses lleg¨® a la Unidad Adscrita de la Polic¨ªa en los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid otro asunto peliagudo y complicado, de esos que llevan tiempo dando vueltas y sin resolver. Desde 2017 Rafael Marcos no ve¨ªa a su hijo S., de 11 a?os, despu¨¦s de que un juez le concediera la custodia al padre y se la retirase a la madre, Mar¨ªa Sevilla. Supuestamente ella hab¨ªa huido con el menor y se le hab¨ªa perdido completamente el rastro. Comenzaba as¨ª una compleja investigaci¨®n: ¡°No usaba tel¨¦fono, ni tarjetas, no hab¨ªa medio electr¨®nico para localizarla¡±, recuerdan fuentes del caso. ¡°El ni?o no fue escolarizado ni constaba que hubiese acudido a ning¨²n centro de salud u hospital para nada¡±, insisten las mismas fuentes. Solo ten¨ªan la posibilidad de seguir a un veh¨ªculo, el de su actual pareja, a quien hab¨ªa conocido como pastor en la Iglesia Evang¨¦lica a la que ella acud¨ªa con mucha devoci¨®n. Ni rastro. ¡°Todo lo pagaba en efectivo¡±. El veh¨ªculo fue visto a lo largo de casi un a?o y medio en Granada, Ja¨¦n, un pueblo de la costa de Levante, otro de la costa de Almer¨ªa, en el Pa¨ªs Vasco y finalmente en Cuenca. Tras el visionado de muchas c¨¢maras localizaron el coche en una gasolinera y esperaron durante d¨ªas a que volviese. Lo hizo. El seguimiento les llev¨® hasta esa casa de Villar de Ca?as. ¡°Pero segu¨ªamos sin ver a los ni?os ¨Cla pareja tiene una ni?a en com¨²n-- ni a la mujer¡±, recuerdan los investigadores. Camuflados durante varios d¨ªas en la zona, lograron ver una noche como ¡°sal¨ªan, en pijama, al caer el sol, los ni?os y la mujer a tomar el aire en las inmediaciones de una vieja casa de campo, siempre buscaban sitios aislados, sin vecinos¡±, cuentan. Los investigadores creen que era ¨¦l quien se encargaba de la log¨ªstica para mantenerles ocultos y que el dinero proced¨ªa del alquiler de propiedades de ella y de un cr¨¦dito que le habr¨ªan pedido a la madre y que habr¨ªan retirado en efectivo.
¡°Cuando entramos en la casa, desvencijada, se escondieron en una de las habitaciones y nos echaron a un perro de presa¡±, recuerdan. ¡°Ella no dejaba que el ni?o respondiera a nuestras preguntas y hablaba por ¨¦l y quiso que se llevase una Biblia¡±, relatan. ¡°Los peque?os no estaban en mal estado, pero s¨ª parec¨ªan tener problemas de socializaci¨®n, el chico enseguida nos dijo que quer¨ªa ser pastor de la iglesia evang¨¦lica y que su padre era el diablo¡±
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