Julia, la ¡®trans¡¯ que alz¨® la voz
¡°He hablado para intentar cambiar mentalidades y tambi¨¦n para ayudar a v¨ªctimas¡±, dice la v¨ªctima de una agresi¨®n filmada durante una manifestaci¨®n en Par¨ªs
Todo ocurri¨® muy r¨¢pido. No dur¨® ni tres minutos. La agresi¨®n, como tantas otras, podr¨ªa haber pasado desapercibida ¡ªpara las autoridades, para la opini¨®n p¨²blica, para las estad¨ªsticas¡ª si no fuese porque alguien grab¨® lo grab¨® parcialmente con un tel¨¦fono m¨®vil. La v¨ªctima fue Julia, una mujer transg¨¦nero de 31 a?os, que estaba a punto de entrar en el metro de la plaza de la Rep¨²blica, en Par¨ªs. Los agresores eran tres hombres que la insultaron, la manosearon y la golpearon mientras una turba les jaleaba. El contexto, un pa¨ªs, Francia, en el que las denuncias por transfobia aumentan cada a?o y muchas quedan sin denunciar.
?Es s¨¢bado y ha pasado casi una semana de todo aquello. Mientras Julia hace cola en un caf¨¦ del centro comercial donde trabaja para comprar un s¨¢ndwich durante su pausa para el almuerzo, una desconocida se le acerca y la felicita. Le ha ocurrido decenas de veces estos d¨ªas. Su imagen se ha visto en televisiones y portadas de peri¨®dicos. ¡°Soy trans, ?y qu¨¦?¡±, titul¨® en portada Lib¨¦ration. Seg¨²n este diario, hay en Francia unas 15.000 transg¨¦nero, es decir, personas cuya identidad de g¨¦nero no coincide con la identidad biol¨®gica en su nacimiento. En 2017 la asociaci¨®n Stop Homophobie recibi¨® un 53% de denuncias m¨¢s que el a?o anterior por actos transf¨®bicos. En los nueve primeros meses de 2018 hubo un 15% m¨¢s de denuncias por actos homofobia que el a?o anterior, seg¨²n el Ministerio del Interior. No es f¨¢cil saber si realmente las agresiones han aumentado, o si ahora se conocen y denuncian m¨¢s.
?Julia ha dado la cara al hablar y dejarse fotografiar, aunque insiste en mantener oculto su apellido ¡°para protegerse¡±. La ha llamado el expresidente Fran?ois Hollande y la alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo, y pol¨ªticos de todo color han expresado su solidaridad. En Francia, se ha convertido en un s¨ªmbolo, el rostro de las v¨ªctimas ocultas de la transfobia.
?¡°He hablado para intentar cambiar mentalidades y tambi¨¦n para ayudar a v¨ªctimas de agresiones homof¨®bicas y transf¨®bicas a denunciarlo. Cuantas m¨¢s denuncias, m¨¢s se podr¨¢ hablar de estas agresiones¡±, dice Julia. ¡°Quiero decir a la gente como yo: asumidos como sois, intentad ser vosotros mismos¡±.
Ella ¡ªque asumi¨® finalmente su g¨¦nero femenino hace dos meses y medio, que comenz¨® un tratamiento hormonal hace cinco, que est¨¢ distanciada de su familia pero no ha tenido problemas en el trabajo para que la apoyasen en el cambio¡ª ya hab¨ªa experimentado actos ofensivos en la calle. Pero nunca como los de aquel domingo en la place de la R¨¦publique.
Eran las 20.30 del 31 de marzo. Estaba acabando una manifestaci¨®n de francoargelinos por la democracia en Argelia y en contra de su todav¨ªa presidente, Abdelaziz Buteflika, que se ver¨ªa forzado a abandonar el cargo dos d¨ªas despu¨¦s. Julia, recuerda ahora mientras reconstruye el episodio, bajaba las escaleras del metro. Tres individuos le impidieron pasar.?¡°T¨² eres un t¨ªo¡±, le dijo uno. Julia intent¨® esquivarlo. El hombre la agarr¨® por el brazo y le espet¨®: ¡°Te he hecho una pregunta. En todo caso, no pasar¨¢s¡±. Otro hombre le pregunt¨®: ¡°?Tienes pechos?¡± Y le toc¨® el pecho. ¡°No me toques, d¨¦jame tranquila¡±, se defendi¨® Julia. Estaba atrapada. No pod¨ªa entrar en el metro. Arriba de la escalera, un grupo de hombres se re¨ªa y le lanzaba cerveza. El tercero de los tres individuos sac¨® el pene y dijo una obscenidad. El que le hab¨ªa tocado el pecho le peg¨® una bofetada.
Aqu¨ª empieza la grabaci¨®n que se ha viralizado en las redes sociales. En ella se ve a Julia dando marcha atr¨¢s e intentado subir las escaleras para escapar a la turba. En el v¨ªdeo, uno de estos hombres, el que antes la hab¨ªa abofeteado, le toca el cabello. Ella le dice que no tiene miedo. Una mujer envuelta con bandera de Argelia intenta ayudarla. Ya arriba de las escaleras el hombre que le tocaba el cabello empieza a pegar a Julia, que se defiende.
¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil de aceptar en este momento no son los golpes, sino la humillaci¨®n de estos hombre ri¨¦ndose y cantando¡±, recuerda Julia. Cantaban, a?ade, una canci¨®n en ¨¢rabe. ¡°La canci¨®n dec¨ªa, al parecer: ¡®Eres una peque?a chucher¨ªa¡¯¡±, explica.
En el v¨ªdeo se ve a unos agentes de la RATP, la empresa de transportes de la regi¨®n de Par¨ªs, alej¨¢ndola de la turba. Entraron con ella en la estaci¨®n de metro. Ah¨ª tuvo lugar un ep¨ªlogo significativo, tal como lo cuenta Julia. ¡°Uno de los agentes me dijo: ¡®Se?or, ?por qu¨¦ usted estaba ah¨ª vestido as¨ª? Como si fuese culpa m¨ªa¡±. Y llam¨¢ndole ¡®monsieur¡¯¡
Al d¨ªa siguiente, Ly¨¨s Alouane, de Stop Homophobie, recibi¨® el v¨ªdeo y lo difundi¨® en la red social Twitter. Julia, que inicialmente no ten¨ªa previsto ni denunciarlo a la polic¨ªa ni hablar en p¨²blico, denunci¨® y habl¨®. La fiscal¨ªa abri¨® una investigaci¨®n.
Entre las muestras de solidaridad con Julia, algunas han destacado el hecho de que la agresi¨®n se perpetrase durante una manifestaci¨®n de franco-argelinos, y la asociaron el machismo en la cultura ¨¢rabo-musulmana. "Lo que ha ocurrido se parece a las violaciones que hombre principalmente de cultura musulmana cometieron en Colonia en el A?o Nuevo de 2015", dice en Le Figaro la jurista y exsecretaria de Estado Jeannette Bougrab.
Julia rechaza este argumento. ¡°Se han hecho, por desgracia, muchos amalgamas¡±, responde. ¡°Si se habla de la intolerancia siendo intolerante, ?de qu¨¦ sirve? Hay pol¨ªticos del Frente Nacional [el partido de la extrema derecha, rebautizado como Reagrupamiento Nacional] que han usado el v¨ªdeo. Me quiero disociar de esto. No es mi manera de ver las cosas¡±.
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