¡°Si el populismo avanza, los derechos de las mujeres retroceden¡±
Dos europarlamentarias examinan en Madrid las medidas puestas en marcha en Espa?a para luchar contra la violencia de g¨¦nero
Lo suyo fue casi un marat¨®n. En un par de d¨ªas de visita en Madrid, dos europarlamentarias recorrieron juzgados, visitaron el Congreso y el Senado, hicieron parada en el Ministerio de Justicia y hablaron con integrantes de distintas ONG para analizar al detalle el modelo espa?ol contra la violencia de g¨¦nero. La brit¨¢nica Mary Honeyball (Weymouth, 1952), del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Dem¨®cratas, y Anna Maria Corazza (Roma, 1963), integrante sueco italiana del Partido Popular Europeo, recalaron en Madrid en marzo para conocerlo todo de primera mano.
Su gran preocupaci¨®n son los partidos extremistas, tal como mostraron en un encuentro con EL PA?S en la oficina en Espa?a del Parlamento Europeo, situada en el Paseo de la Castellana de Madrid, en medio de su apretada agenda. La irrupci¨®n del partido de extrema derecha Vox en Espa?a ha hecho zozobrar los consensos alcanzados en violencia machista. Es el ¨²nico partido que pide derogar la ley contra la violencia de g¨¦nero, aprobada por unanimidad de 2004. Tambi¨¦n pone en duda las denuncias de las mujeres y el respaldo que reciben las v¨ªctimas. A Corazza y Honeyball les preocupa el avance de los grupos extremistas en Europa, como el ultraconservador Ley y Justicia de Polonia o la formaci¨®n de Mateo Salvini en Italia. ¡°Es dif¨ªcil luchar contra estos grupos extremistas que son o pueden ser un peligro real en las pr¨®ximas elecciones europeas [previstas a finales de mayo]¡°, considera la europarlamentaria brit¨¢nica.
¡°Populismo y sexismo van de la mano. Si el populismo avanza y llega al Gobierno, los derechos de las mujeres retroceden¡±, apuntala Corazza, que advierte: ¡°Las mujeres tienen que entender que los extremismos son un ataque directo a los derechos de la mujer. Hay que contarlo y denunciarlo. No son derechos de la derecha o de la izquierda, son de todas. Tenemos que estar unidos frente a este extremismo¡±.
Las dos europarlamentarias aplauden el Pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero. ¡°Es un acuerdo muy ambicioso y una manera de superar las diferencias ideol¨®gicas entre partidos y centrarse en la idea de que hay que combatir la violencia de g¨¦nero¡±, valora Corazza. Consideran ese acuerdo un ejemplo a exportar a otros pa¨ªses. Lo recomiendan por el consenso y por el desarrollo que hace del Convenio de Estambul, el gran pacto europeo que se aprob¨® en 2011 y fue ratificado por Espa?a en 2014, que prev¨¦ mejorar la cooperaci¨®n internacional y ampl¨ªa el concepto de violencia de g¨¦nero m¨¢s all¨¢ de la sufrida dentro de la pareja o expareja.
Ambas coinciden en dos aspectos urgentes a mejorar en la pol¨ªtica europea contra la violencia machista, en los que tambi¨¦n trabaja Espa?a. ¡°Tenemos que conseguir que las mujeres denuncien, que haya m¨¢s implicaci¨®n en ese sentido¡±, pide Honeyball. No hay un dato general de c¨®mo denuncian las mujeres en Europa. En el caso espa?ol, tres de cada cuatro asesinadas por sus parejas o exparejas no dieron jam¨¢s la voz de alarma.
La brit¨¢nica propone ¡°mejorar la formaci¨®n de jueces y otros operadores jur¨ªdicos para que las mujeres no se sientan intimidadas cuando acudan a los tribunales, que conozcan sus derechos y puedan tener la capacidad de denunciar¡±. ¡°La falta de perspectiva de g¨¦nero en el sistema judicial es un problema en toda Europa¡±, ahonda Honeyball. ¡°Tenemos que mover la culpa de la mujer v¨ªctima a su perpetrador, que sean ellos los que se sientan culpables¡±, zanja Corazza.
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