Luis Rojas Marcos: ¡°Hay que decir m¨¢s ¡®cu¨¦ntame¡¯, ¡®perdona¡¯ y ¡®te quiero¡±
El veterano psiquiatra confiesa que habla mucho solo y recomienda seguir su ejemplo para mantenerse cuerdo
Son las siete de una g¨¦lida tarde de primavera. Este se?or que aparenta una d¨¦cada menos de sus 75 a?os lleva todo el d¨ªa hablando de su libro y, con la excusa de que esta es su ¨²ltima entrevista y me ve llegar destemplada, me arrastra al bar del hotel Palace de Madrid para invitarme a un caf¨¦ y, de paso, regalarse un ¡°cubalibre como est¨¢ mandado" como premio de fin de jornada. Se lo sirve, sol¨ªcito, su camarero, un profesional que, a base de atenderle en sus cuatro o cinco visitas anuales a Espa?a desde Nueva York, donde reside desde hace medio siglo, se ha convertido en un amigo. Barman y psiquiatra. Dif¨ªcil encontrar dos oficios donde se escuche m¨¢s al otro. Estoy de suerte.
Si ¡°somos como hablamos¡±, ?c¨®mo es usted, doctor?
Hablador. Me hablo mucho a m¨ª mismo, a veces en voz alta, a veces en voz baja, pero me ayuda a gestionarme, a animarme, a ponerme l¨ªmites. Hablarme es fundamental en mi d¨ªa a d¨ªa. Todos deber¨ªamos hablar m¨¢s solos.
?No era eso cosa de locos?
Ese es el problema. Se ha estigmatizado. Los ni?os, desde los 2 o 3 a?os, se hablan a s¨ª mismos, se animan, se acunan, se consuelan. Luego, nos da verg¨¹enza, porque se identifica a la persona que habla sola con el enfermo que oye voces. Nos reprimimos, y es un gran error. Igual que nos ense?an a hablar, y a pedir las cosas por favor, deber¨ªan ense?arnos a hablar con nosotros mismos.
Hoy se ve a mucha gente hablando sola, pero al m¨®vil.
Si est¨¢n hablando con alguien, bien. Lo malo de la tecnolog¨ªa es cuando interfiere en tu capacidad de hablarte a ti mismo, o hablar con los dem¨¢s, o tener relaciones reales: es un problema muy serio.
Canarias va a hacer obligatoria la educaci¨®n emocional en los colegios. ?Qu¨¦ le parece la idea?
Medio siglo a la escucha
Luis Rojas-Marcos (Sevilla, 75 a?os), adquiri¨® notoriedad mundial como jefe de Salud Mental de Nueva York durante los atentados del 11-S. Ahora, quien lleva medio siglo escuchando al pr¨®jimo, presenta un libro defendiendo el valor terap¨¦utico de hablar a los dem¨¢s y a uno mismo. Y predica con el ejemplo.
Una maravilla. Ponerle palabras a lo que sientes. Hablar. Si tienes ganas de llorar, saber que eso se llama estar triste. Si tienes ganas de insultar a alguien, es estar enfadado. Es una educaci¨®n muy ¨²til para la vida y la salud de los ni?os, que luego ser¨¢n adultos.
Le van a quitar el trabajo.
Has dado en el clavo. Pero no hacerlo ser¨ªa antihumano. Esa ser¨ªa una buena causa, buscar otro trabajo, con la satisfacci¨®n de haber podido ayudar al grupo.
O sea, que "charlat¨¢n" para usted no es ning¨²n insulto.
Si te lo dicen como insulto, tendr¨¢n que explic¨¢rtelo, porque, en general, las personas parlanchinas tienen mucha suerte de serlo.
?Por qu¨¦?
Las personas extrovertidas, que hablan m¨¢s, que conectan con los dem¨¢s, est¨¢n m¨¢s satisfechas de su vida en general. La raz¨®n es sencilla: al conectar con los dem¨¢s, tenemos relaciones afectivas, nos ayudamos, compartimos y nos apoyamos en situaciones dif¨ªciles, y tambi¨¦n nos quejamos y pedimos ayuda si la necesitamos...
?Las mujeres hablamos m¨¢s o es una puyita de los hombres?
La mayor¨ªa de los estudios demuestran que las mujeres hablan de promedio 15.000 palabras m¨¢s que los hombres. Y eso es porque tienen la parte del cerebro que controla el lenguaje m¨¢s desarrollada. Y porque los padres les hablan m¨¢s a las hijas que a los hijos, sobre todo de temas emocionales. Estoy convencido de que las mujeres viven m¨¢s porque hablan m¨¢s. Y las espa?olas, m¨¢s.
Pero se nos dice que calladitas estamos m¨¢s monas. ?Cu¨¢ndo hay que morderse la lengua?
Cuando vayamos a desbarrar. Cuando sabemos que lo que diremos va a crear un conflicto o a herir a alguien, mejor callarse.
?Merece la pena insultar?
No. El insulto ataca la autoestima, la identidad y el valor de la persona. No aporta nada. Las palabras no se las lleva el viento.
Lleva medio siglo escuchando penas. ?Son siempre las mismas?
Lo que nos pasa, lo que oigo en consulta es b¨¢sicamente lo mismo. O miedo, o tristeza, o angustia, o necesidad de que nos orienten en un momento de la vida.
?Y tenemos remedio?
Muchos, para empezar, hablar, contar lo que nos pasa. Hablar es fundamental para entender lo que nos pasa y pedir ayuda.
?Qu¨¦ palabras hay en su botiqu¨ªn?
Para m¨ª la palabra m¨¢s importante, profesional y personalmente, es ¡°cu¨¦ntame¡±, pero para eso, tienes que estar dispuesto a escuchar, y eso no siempre sucede. Otra es ¡°perdona¡±: pedir perd¨®n es fundamental, porque sin perd¨®n no hay futuro en la vida.
?Y si no perdonas?
Enfermas. El perd¨®n es fundamental para sobrevivir. Para reinventarse. La v¨ªctima perpetua es una persona muy limitada por su herida abierta. El duelo no se puede eternizar. Pasar m¨¢s de tres a?os de v¨ªctima no es saludable. Te encierra en el papel de traumatizado. Evita abrir otro cap¨ªtulo de tu vida con ilusi¨®n, esperanza y creatividad.
?El dolor nos alcanza a todos?
Sin excepci¨®n. P¨¦rdidas, traumas, divorcios. Seg¨²n los epidemi¨®logos tocamos a dos adversidades serias por persona y vida. Unos tienen 4; otros, 1. Pero las horas bajas nos llegan a todos.
En lo de las palabras m¨¢gicas se ha olvidado de ¡°te quiero¡±.
Decir te quiero es fant¨¢stico, sobre todo si es verdad y tienes a alguien a qui¨¦n dec¨ªrselo. Lo decimos, pero lo decimos por dentro. Y es bueno verbalizarlo. Pero no solo al otro, sino a nosotros mismos. Decirte: ¡°mira, Luis, te quiero mucho¡± es muy ¨²til, s¨¦ que no se nos ense?a de peque?os, pero yo lo recomiendo.
O sea, que se ama usted.
S¨ª. Mucho, adem¨¢s. Gracias.
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