La Iglesia francesa abre el di¨¢logo con los hijos de sacerdotes
Una comisi¨®n de obispos recibe oficialmente a descendientes de curas y monjas para buscar una "forma de actuar en estas situaciones¡±
Se hacen llamar los hijos del silencio. Algunos los consideran hijos de Sat¨¢n, o de la verg¨¹enza. Son, en su mayor¨ªa, hijos e hijas de sacerdotes aunque, tambi¨¦n algunos, de religiosas. Pese a que muchos de sus padres abandonaron la Iglesia tras su nacimiento, la culpa heredada, los rumores y las descalificaciones los han acompa?ado durante toda su vida. Igual que el silencio de una Iglesia que, afirman, no quer¨ªa saber nada de ellos. En Francia, las cosas podr¨ªan estar cambiando. Por primera vez, un grupo de hijos de religiosos ha sido recibido oficialmente, este jueves, por una comisi¨®n de la Conferencia Episcopal, que se ha declarado abierta a estudiar su situaci¨®n. Un primer paso bienvenido, dicen los hijos de religiosos, en un camino a¨²n muy largo en b¨²squeda de un mayor reconocimiento y que tiene como destino final Roma.
El Vaticano confirm¨® a comienzos de a?o, tras un reportaje de The New York Times sobre el tema, que tiene unas directivas internas para actuar ante lo que denomina ¡°hijos de los ordenados¡±. Estas prev¨¦n que el religioso que tenga descendencia debe abandonar el sacerdocio y asumir su responsabilidad como progenitor y dedicarse a su hijo o hija. La dispensa en estos casos es tratada por un procedimiento acelerado y, en el caso de que el cura afectado o sus superiores no quieran solicitarla de forma voluntaria, Roma puede actuar para obligarlo a colgar los h¨¢bitos y asumir sus responsabilidades parentales.
Pero para los Hijos del Silencio, una asociaci¨®n fundada en 2013 y que re¨²ne a m¨¢s de medio centenar de hijos de religiosos franceses, esto no es suficiente. Porque lo que quieren es ser ¡°o¨ªdos, escuchados y reconocidos¡± y que, en alg¨²n momento, los reciba el mismo papa Francisco.
¡°Queremos poder ver cara a cara al papa, en Roma, y que ¨¦l nos dirija palabras reconfortantes. No somos responsables de nuestra condici¨®n¡±, reclam¨® su presidenta, Anne-Marie Jarzac, en el diario cat¨®lico La Croix. ¡°Hay demasiados hijos de curas que siguen sufriendo, que han vivido en el rechazo, con reproches por haber nacido¡±.
Jarzac es una de las tres personas que se reunieron este jueves con la comisi¨®n episcopal para los ministros ordenados y los laicos en misi¨®n eclesi¨¢stica (Cemoleme, por sus siglas en franc¨¦s). El encuentro tuvo lugar en la sede de la Conferencia Episcopal en Par¨ªs y fue celebrado a puerta cerrada. Una portavoz de la instituci¨®n religiosa confirm¨® la celebraci¨®n de la cita, tras la que sin embargo no hab¨ªa previsto emitir un comunicado explicativo. Jarzac mantuvo un primer contacto a comienzos de a?o con el secretario general de la Conferencia Episcopal, Olivier Ribadeau-Dumas. Esa primera cita hab¨ªa sido mantenida en secreto hasta que la desvel¨® el diario Le Monde, el mes pasado. La de este jueves sin embargo ha sido anunciada con antelaci¨®n por las dos partes.
Aunque la reuni¨®n, que dur¨® dos horas, pretend¨ªa ser una mera ¡°toma de contacto¡±, en el encuentro se dieron pasos decisivos, aseguraron ambas partes. El arzobispo de Bourges, J¨¦r?me Beau, presidente de Cemoleme, la comisi¨®n que celebr¨® la reuni¨®n de este jueves, dijo a Le Monde que se han fijado varios objetivos con una meta clara: ¡°trabajar juntos¡±. As¨ª, por un lado, la asociaci¨®n se encargar¨¢ de explicar a los dignatarios religiosos las dificultades que padecen los hijos de religiosos. Adem¨¢s, se crear¨¢ un interlocutor en cada di¨®cesis para reunirse con ellos y ayudarlos. Se les facilitar¨¢ tambi¨¦n el acceso a los archivos de la Iglesia para que puedan conocer sus or¨ªgenes y, finalmente, se ofrecer¨¢ un acompa?amiento ¡°social, humano y psicol¨®gico¡± tanto para ellos como para sus padres para ¡°permitirle a cada uno asumir humana, espiritual y psicol¨®gicamente esa etapa de su existencia¡±.
El objetivo final, como hab¨ªa adelantado Beau a La Croix, ser¨¢ ¡°avanzar hacia una carta de la Iglesia de Francia que defina las formas de actuar en estas situaciones¡±.
Jarzac, seg¨²n Le Monde, se declar¨® satisfecha pese a que le sigue ¡°sorprendiendo¡±, recalc¨®, la lentitud de la Iglesia en afrontar una cuesti¨®n como esta. Aun as¨ª, indic¨®, este primer encuentro oficial se desarroll¨® en un ¡°ambiente de confianza con una disposici¨®n deferente. Hemos sentido una voluntad de trabajar juntos para que este tipo de dramas no se sigan repitiendo¡±, se?al¨®.
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