El dinero y el poder chocan con la justicia en el ¡®caso Epstein¡¯

Jeffrey Epstein, detenido el 6 de julio, es un ped¨®filo en serie que logr¨® quedar fuera de la lista negra del Me Too. ?C¨®mo un depredador sexual que abus¨® durante a?os de decenas de ni?as qued¨® impune pese a la monta?a de evidencias que hab¨ªa en su contra? La respuesta: con mucho dinero, mucho poder y mucha ayuda.?

La mansi¨®n que el empresario tiene en el 9 East 71st Street de Nueva York ¡ªuna de las m¨¢s grandes de Manhattan¡ª es el epicentro de la trama. All¨ª, seg¨²n el auto de detenci¨®n, es donde Epstein presion¨® a varias ni?as para que le hicieran favores sexuales a cambio de dinero. Una de ellas es Jennifer Araoz. En la demanda que present¨® esta semana, la v¨ªctima cuenta que la sala para masajes era la ¡°favorita¡± del acusado.?Estaba decorada con ¨¢ngeles y nubes para que pareciera el Cielo. Tambi¨¦n menciona m¨²ltiples pinturas de mujeres desnudas en las pareces.

La prensa local describe la mansi¨®n ¡ªque el multimillonario compr¨® al empresario Leslie Wexner, patr¨®n del conglomerado que controla, entre otras, la firma de lencer¨ªa Victoria¡¯s Secret¡ª como una fortaleza, equipada con sistemas de seguridad que recuerdan una pel¨ªcula de James Bond. Eso no evit¨® que el FBI entrara por la fuerza en la vivienda buscando nuevas evidencias tras su arresto. En una caja fuerte encontraron un CD con cientos de fotos de sus v¨ªctimas, algunas completamente desnudas.

En la casa hay fotos tambi¨¦n de influyentes figuras como Bill Clinton, Woody Allen o el pr¨ªncipe saud¨ª Mohammed bin Salm¨¢n. Epstein celebr¨® una cena para el expresidente dem¨®crata en la que estuvieron, adem¨¢s de Wexner y Donald Trump, millonarios como Mort Zuckerman y el cofundador de Google Sergey Brin. Epstein, de 66 a?os, sol¨ªa alardear de la ¡°colecci¨®n¡± de amigos famosos que ten¨ªa.

La Fiscal¨ªa de Nueva York estima su fortuna en 500 millones de d¨®lares e ingresa 10 millones al a?o. El origen de su riqueza es un misterio. El multimillonario era un chico de clase obrera ¡ªsu padre era funcionario de parques¡ª nacido en Coney Island que deseaba ser rico. Dando clases de matem¨¢ticas a ni?os del acomodado barrio del Upper East Side descubri¨® que pod¨ªa hacer mucho m¨¢s dinero en Wall Street.

Comenz¨® su carrera en el difunto banco de inversi¨®n Bear Stearns. Tras seis a?os all¨ª, se independiz¨® y cre¨® su fondo para gestionar el patrimonio de familias con m¨¢s de 1.000 millones en activos. Se presentaba como el arquitecto de las finanzas personales de sus clientes, m¨¢s que un simple asesor. Quer¨ªa que entendieran el poder que ten¨ªa su dinero.

Wexner fue uno de sus primeros clientes. Se estim¨® que gestionaba 15.000 millones en activos. Con esa tarjeta de presentaci¨®n, invitaba a sus amistades a su isla del Caribe y a su rancho en Nuevo M¨¦xico y ofrec¨ªa generosamente su avi¨®n, conocido como el Lolita Express, a sus contactos. ¡°Debe haber bastante gente importante sudando¡±, comenta Julie Brown, autora de la investigaci¨®n del Miami Herald que resucit¨® el caso de Epstein, olvidado desde hac¨ªa 11 a?os.

Prostituci¨®n?

Epstein estuvo fue investigado en 2005 por abusar de una ni?a de 14 a?os en su residencia en Palm Beach. En la primavera de 2006, fue arrestado acusado de cuatro cargos por actividades sexuales il¨ªcitas con menores. Al presentar los cargos, la Fiscal¨ªa de Nueva York acus¨® a Epstein de haber explotado a menores ¡°particularmente vulnerables¡±. Muchas de las ni?as ten¨ªan dificultades econ¨®micas y el hecho de que aceptaran dinero por sexo las convert¨ªa en prostitutas. Hecho que el poderoso equipo de abogados del acusado us¨® para cuestionar la credibilidad de las v¨ªctimas.

El caso se dio por cerrado en 2008, cuando el entonces fiscal federal de Miami, Alexander Acosta, negoci¨® con Epstein para que se declarase culpable de haber prostituido a una menor, lo que le permiti¨® eludir los cargos federales que pod¨ªan suponerle una cadena perpetua. El multimillonario fue incluido en el registro de delincuentes sexuales y pas¨® 13 meses en prisi¨®n, de donde pod¨ªa salir 12 horas al d¨ªa seis d¨ªas a la semana.?

La reciente investigaci¨®n del Miami Herald sac¨® a la luz los s¨®rdidos detalles del pacto y desat¨® la pol¨¦mica por lo indulgente de la sentencia. Adem¨¢s, el entonces fiscal Acosta ¡ªque hasta el pasado viernes era secretario de Empleo de la Administraci¨®n Trump¡ª ocult¨® a las v¨ªctimas que el acuerdo impedir¨ªa presentar cargos federales. La controversia forz¨® la dimisi¨®n de Acosta el viernes, pero no es el ¨²nico miembro del Gobierno de Estados Unidos vinculado a Epstein. El fiscal general, William Barr, fue consejero para Kirkand & Ellis, el despacho de abogados que negoci¨® el acuerdo.

Tras el juicio, el multimillonario deb¨ªa personarse, como delincuente sexual, ante la polic¨ªa cada 90 d¨ªas. Nunca lo hizo. El fiscal que lidera ahora la causa contra Harvey Weinstein lleg¨® incluso a pedir que se le rebajada el nivel en la lista de depredadores sexuales. As¨ª logr¨® permanecer intocable. Esta vez, sin embargo, todo indica que tendr¨¢ que hacer frente a la justicia real. La Fiscal¨ªa pide que se rechace su liberaci¨®n hasta el juicio, tras revelarse que abon¨® 350.000 d¨®lares a sus c¨®mplices cuando el Miami Herald public¨® los reportajes cuestionando el pacto secreto para comprar su silencio en caso de que tuvieran que testificar.

La decoraci¨®n interior de su mansi¨®n, entre otras muchas excentricidades, incluye precisamente un mural de una prisi¨®n, en la que el propio Epstein aparece retratado en el centro junto a unos guardias. Ah¨ª es donde quieren verle v¨ªctimas como Araoz, que esperan que caigan tambi¨¦n los que permitieron que la trama operara con impunidad hasta ahora.