Los m¨¦dicos de familia reclaman un impuesto estatal a las bebidas azucaradas

Los m¨¦dicos de familia se han conjurado para defender y extender a todo el territorio espa?ol el impuesto catal¨¢n a las bebidas azucaradas, cuyo reglamento fue anulado recientemente por el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC). Es una cuesti¨®n de salud, de lucha contra la obesidad y de prevenci¨®n de enfermedades cardiovasculares, justifica la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc). La organizaci¨®n cient¨ªfica, que lamenta la suspensi¨®n de la tasa catalana, estima que un impuesto del 20% podr¨ªa lograr una reducci¨®n efectiva de calor¨ªas en la dieta del 4,7%, lo que significar¨ªa una reducci¨®n anual media del peso corporal de 725 gramos. El Ministerio de Sanidad se?ala que esta propuesta no est¨¢ en la agenda del Gobierno.

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Con una epidemia de obesidad al alza ¡ªcasi se han triplicado los casos desde 1975, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS)¡ª y un escenario futuro poco favorable (ocho de cada 10 hombres y el 55% de las mujeres tendr¨¢n sobrepeso u obesidad en 2030, seg¨²n un estudio), la comunidad cient¨ªfica ha sacado la artiller¨ªa para combatir esta amenaza de salud p¨²blica. En su caso, la Semfyc ha cerrado filas en favor de un impuesto a las bebidas azucaradas como el catal¨¢n en toda Espa?a. La organizaci¨®n cient¨ªfica recuerda que, si bien la OMS recomienda que el consumo de az¨²car no debe exceder el 10% de todas las calor¨ªas que debemos ingerir al d¨ªa ¡ªes decir, 25 gramos, unas cinco cucharillas al d¨ªa¡ª, una sola lata de cola ya tiene 35 gramos de az¨²car (siete cucharillas). "Dos latas de refresco dobla el riesgo de diabetes o de s¨ªndrome metab¨®lico [los pacientes padecen, a la vez, obesidad, diabetes, hipertensi¨®n e hipercolesterolemia]. Y eso es todo a consecuencia del exceso de az¨²car", ejemplifica?el doctor Rodrigo C¨®rdoba, coordinador del Grupo de Educaci¨®n Sanitaria y Promoci¨®n de la Salud de la Semfyc.

Los m¨¦dicos de familia llevan tiempo detr¨¢s de una tasa al az¨²car por motivos de salud. De hecho, en un documento de trabajo de 2016, la organizaci¨®n cient¨ªfica ya avanzaba en estos t¨¦rminos. ¡°Proponemos gravar a todas las bebidas que contengan m¨¢s de 80 gramos por litro con un impuesto m¨ªnimo de 36 c¨¦ntimos por litro. Las bebidas con concentraci¨®n de azucares entre 50 y 80 tendr¨ªan un impuesto de 25 c¨¦ntimos por litro¡±. Seg¨²n sus estimaciones, un impuesto medio de 30 c¨¦ntimos por litro podr¨ªa recaudar 860 millones de euros asumiendo un descenso de ventas del 10%.

"Hay que estudiar bien c¨®mo hacerlo porque un incremento muy peque?o del precio puede no tener impacto. Lo ideal es que el impuesto sea del 20% sobre el precio final", explica C¨®rdoba. El presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad, Francisco Tinahones, aboga por combinar estrategias. ¡°Hay que estimular la reducci¨®n del consumo y probar estrategias impositivas. Pero tambi¨¦n hay que buscar el compromiso de la industria para que reduzca el contenido de az¨²car¡±, se?ala.

Catalu?a impuls¨® en 2017 un impuesto que variaba seg¨²n los niveles de az¨²car. Las bebidas que tienen entre cinco y ocho gramos de az¨²car por cada 100 mililitros sub¨ªan su precio 0,08 euros por litro. El segundo tramo, con un sobrecargo de 12 c¨¦ntimos, se aplicaba a los productos con una concentraci¨®n mayor a ocho gramos de endulzante por cada 100 ml. La semana pasada, el TSJC anul¨®, por un defecto de forma, el reglamento de la ley que grava las bebidas azucaradas en la comunidad desde 2017. Pero la Generalitat sigue cobr¨¢ndolo porque alega que la sentencia no es firme y, adem¨¢s, apela al reglamento, no a la norma en s¨ª.

Por su parte, la Federaci¨®n Espa?ola de la Industria de la Alimentaci¨®n y Bebidas (FIAB) rechaza la eficacia del impuesto para cambiar las actitudes de salud. "El impuesto no cambia los h¨¢bitos de consumo de la poblaci¨®n y por tanto no es eficaz para lo que supuestamente fue creado, disminuye la renta de los ciudadanos y tiene un car¨¢cter recaudatorio que genera a la cadena agroalimentaria que opera en Catalu?a una p¨¦rdida de competitividad por las cargas desproporcionadas que suponen para las empresas y la consecuente inseguridad jur¨ªdica¡±, explica en un comunicado la patronal del sector.

En su estudio t¨¦cnico, la Semfyc recuerda que la OMS defiende la eficacia del impuesto para reducir el consumo y compara el impacto en la salud de la tasa al az¨²car con los grav¨¢menes al tabaco o a las bebidas alcoh¨®licas. ¡°Por cada 1% que aumenta el precio del tabaco, disminuye la demanda total con una reducci¨®n del 0,37% para los adultos y del 0,74% en j¨®venes¡±, apunta. Y una subida del 10% en el precio del alcohol, agrega, implica una reducci¨®n del consumo del 4%. "Sin despreciar la educaci¨®n, lo que sabemos seguro es que una medida legislativa es m¨¢s efectiva que mil programas educativos. Son las leyes las que contribuyen a cambiar las normas sociales", zanja C¨®rdoba.

En Catalu?a se han realizado dos estudios cient¨ªficos sobre el impacto de la tasa y, aunque se alcanzan resultados distintos por la metodolog¨ªa de an¨¢lisis, ambas investigaciones coinciden en que el consumo se reduce entre el 2,2% y el 15,4%. Por su parte, el Instituto Catal¨¢n de Evaluaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas (Iv¨¤lua) ha recogido las conclusiones de sendos estudios y ha constatado que el impuesto ¡°mejora la esperanza de vida, mejora la calidad y reduce los costes sanitarios¡±.?¡°La tasa tiene impacto en la reducci¨®n del consumo. El objetivo no es recaudar, sino que el impuesto no sea necesario¡±, asegura el secretario de Salud P¨²blica, Joan Guix.

El alto cargo de la Generalitat advierte, no obstante, de que esta medida no puede aplicarse en solitario: "Hay que fomentar el ejercicio f¨ªsico, el etiquietado sem¨¢foro [verde para productos sanos y rojo para los cal¨®ricos]. El impuesto es una medida m¨¢s, pero sola no sirve de nada¡±