Los estudiantes lideran la protesta global contra el cambio clim¨¢tico en v¨ªsperas de la cumbre de la ONU

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Las manifestaciones, en im¨¢genes

Ant¨®nio Guterres: ¡°La naturaleza est¨¢ enfadada y te devuelve el golpe¡±

250 medios de comunicaci¨®n volcados en la crisis ambiental

Menos discursos y m¨¢s acci¨®n para detener el calentamiento global. Si durante los ¨²ltimos d¨ªas la ONU ha reiterado este mensaje a los l¨ªderes mundiales que se reunir¨¢n el pr¨®ximo lunes en la Cumbre del Clima en Nueva York, cientos de miles de estudiantes lo han demandado este viernes con una movilizaci¨®n escolar de escala global. De S¨ªdney a S?o Paulo, pasando por Par¨ªs, Bruselas, Dinamarca, Finlandia, Londres, Washington, Johannesburgo o M¨¦xico, los alumnos han cerrado sus cuadernos, han emulado a Greta Thunberg, la activista sueca que ha hecho despertar en el mundo la conciencia ambiental, y se han sumado a un tsunami verde con epicentro en Nueva York y Berl¨ªn que ha sido el aperitivo de una semana de movilizaciones lideradas para exigir medidas urgentes para detener la cat¨¢strofe ambiental que han heredado de sus mayores. "Si nadie act¨²a lo haremos nosotros. No somos simples j¨®venes que se saltan las clases. Somos la v¨ªa para el cambio. Juntos somos imparables", ha dicho Thunberg ante la multitud que la ha acompa?ado en la ciudad estadounidense. La activista ha cifrado en 250.000 los manifestantes de Nueva York y unos cuatro millones en todo el mundo.?En total, est¨¢n programados m¨¢s de 5.000 actos en 156 pa¨ªses que culminar¨¢n el pr¨®ximo viernes 27 con una huelga mundial a la que esta vez no se sumar¨¢n solo estudiantes: la protesta est¨¢ respaldada por miles de asociaciones de la sociedad civil.

¡°He venido porque quiero decirle al Gobierno que tiene que hacer algo¡±, explica Laura Z. en Berl¨ªn, donde salieron a protestar unas 100.000 personas, seg¨²n la Polic¨ªa y 270.000 seg¨²n los organizadores. ¡°Tengo 16 a?os y no puedo votar, por eso he venido, para que los pol¨ªticos sepan lo que queremos. Quiero que se ponga fin a la producci¨®n de carb¨®n como mucho el a?o que viene [el plan del Gobierno prev¨¦ el cierre en 2038]¡±. En Nueva York, Emmett, de 10 a?os, resume as¨ª su presencia en una manifestaci¨®n con decenas de miles de participantes: ¡°Hay muchos adultos que son muy ego¨ªstas¡±. No entiende c¨®mo los mayores no son conscientes de la emergencia clim¨¢tica porque los efectos del calentamiento no son cosa del futuro sino del presente. A ellos Greta Thunberg se lo ha hecho ver, como subraya Catherine Skopic, ya en la sesentena. ¡°Habla como una profeta y con la sabidur¨ªa de un anciano¡± y ¡°ha conseguido galvanizar una lucha que lleva en marcha varias d¨¦cadas¡±.

El Acuerdo de Par¨ªs cerrado en 2015 para contener el aumento de temperatura en dos grados ¡ªy en la medida de lo posible dejarlo en 1,5¡ª con respecto a los niveles preindustriales no ha impedido que las emisiones y las temperaturas est¨¦n en la actualidad en niveles r¨¦cord y que los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, como el hurac¨¢n Dorian, sean cada vez m¨¢s frecuentes.

¡°Hay que hacer comprender a la gente que hay una emergencia clim¨¢tica hoy, que el problema del calentamiento es de hoy, que la salud p¨²blica est¨¢ amenazada hoy, que el mar est¨¢ subiendo hoy, que las temperaturas ya est¨¢n provocando problemas muy graves¡±, enfatizaba esta semana el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, en una entrevista realizada por EL PA?S con Covering Climate Now, un consorcio global de m¨¢s de 250 medios de comunicaci¨®n en v¨ªsperas de la cumbre de la ONU del lunes. Ese d¨ªa la Organizaci¨®n de Naciones Unidas reunir¨¢ a l¨ªderes mundiales para empujarles a que presenten planes de recortes de emisiones m¨¢s exigentes y que permitan cumplir con la meta de Par¨ªs. Si no, los gases de efecto invernadero, lejos de reducirse un 45%, aumentar¨¢n un 10%, con efectos fatales para el planeta.

Mientras los l¨ªderes se lo piensan, los j¨®venes han abrazado la causa abanderada por Thunberg y est¨¢n se?al¨¢ndoles el camino. Y a algunos no les gusta. El ministro de Finanzas de Australia, Mathias Cormann, dijo el jueves al Parlamento que los estudiantes no deber¨ªan participar en el movimiento de protesta. ¡°Los estudiantes deben ir a la escuela¡±, afirm¨®. No creen lo mismo las autoridades de Nueva York, que dieron permiso a 1,1 millones de estudiantes de escuelas p¨²blicas para que faltaran a clase. O el secretario general de Amnist¨ªa Internacional, Kumi Naidoo, que dirigi¨® una carta a 30.000 colegios del mundo pidiendo a sus responsables que permitan a los chavales participar en las movilizaciones a las que se est¨¢n sumando sindicatos, grandes empresas, ecologistas...

¡°Estas protestas me parecen incre¨ªbles, esperanzadoras, necesarias¡±, dice Amaranta Herrero, profesora de Sociolog¨ªa Ambiental de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Est¨¢n teniendo mucha repercusi¨®n. Muchos ¨¢mbitos de la sociedad que generalmente no se han mojado por la crisis clim¨¢tica empiezan a sumarse, empiezan a descubrir la problem¨¢tica y a expresarlo¡±, contin¨²a. ¡°Es verdad que desde hace d¨¦cadas suenan las alarmas desde el mundo cient¨ªfico. Pero los Gobiernos no solo se gu¨ªan por la acci¨®n de la ciencia, se necesitan muchos actores sociales para hacer avanzar la sociedad, sobre todo cuando de lo que se trata es de rebajar emisiones y eso pasa por consumir menos materiales y energ¨ªas a escala global, redistribuir la riqueza y asumir que el planeta tiene recursos limitados. Hay una clase consumidora global que est¨¢ llev¨¢ndonos al precipicio¡±, sentencia.

En Alemania, las 500 movilizaciones convocadas este viernes ¡ªjusto el d¨ªa en que su Gobierno anunciaba una gran inversi¨®n para luchar contra el calentamiento¡ª cuentan con el apoyo de sindicatos, empresarios y la Iglesia protestante y el escepticismo de ciudadanos como Oliver, de 38 a?os: ¡°El Gobierno no ha hecho lo suficiente. Estamos aqu¨ª para que les sirva de motivaci¨®n¡±. En Berl¨ªn, tres j¨®venes escenifican la cr¨ªtica situaci¨®n en la que se encuentra la Tierra con una performance en la que representan a tres personas a punto de morir ahorcadas con una soga al derretirse tres cubos de hielo bajo sus pies. En Helsinki (Finlandia) se han guardado once minutos de silencio, uno por cada a?o que queda para poder controlar el aumento de las temperaturas, seg¨²n el Panel Intergubernamental para el Cambio Clim¨¢tico (IPCC), de la ONU.

La campa?a va camino de convertirse en la mayor movilizaci¨®n clim¨¢tica de la historia canalizada por Fridays for Future. En Espa?a, aunque ha habido protestas, han sido m¨ªnimas porque la vista est¨¢ puesta en la huelga del viernes 27, cuando hay convocados 179 paros en el pa¨ªs. Celia S¨¢nchez, zaragozana de 19 a?os, se ha dedicado a hacer pancartas para la modesta sentada que protagonizaron frente al Congreso. ¡°Hacen falta llamadas de atenci¨®n que visibilicen el cambio clim¨¢tico¡±.