Pr¨¦dicas contra los ¡°infieles¡± en escuelas cor¨¢nicas de Holanda
El Congreso pide explicaciones por la influencia del salafismo
El Congreso holand¨¦s ha pedido explicaciones al Ministerio de Educaci¨®n sobre la labor de las escuelas cor¨¢nicas de inspiraci¨®n salafista abiertas en el pa¨ªs. El programa Nieuwsuur de la televisi¨®n p¨²blica y el rotativo NRC Handelsblad han comprobado que al menos en 50 locales informales de esta clase, con m¨¢s de un millar de ni?os apuntados, se educa en la creencia de que "hay enemigos e infieles". Aprenden que "ap¨®statas, homosexuales o ad¨²lteros merecen la pena de muerte", y que "la juventud musulmana debe rechazar el principio de igualdad y libertad". El Consejo de Mezquitas Marroqu¨ªes rechaza estas ense?anzas, y los liberales de derecha y Uni¨®n Cristiana, parte de la coalici¨®n de centro derecha en el poder, quieren cambiar la ley para que los inspectores acudan a centros no oficiales.
Al ver que no les atend¨ªan de otro modo, los reporteros de ambos medios holandeses se hicieron pasar por padres para obtener el material did¨¢ctico de un grupo de mezquitas influidas por el salafismo. De este modo, constataron que en algunas se animaba incluso a los j¨®venes "a emigrar de esta tierra de no creyentes para establecerse en un pa¨ªs musulm¨¢n". En 2018, el mismo rotativo destap¨® la existencia de informes secretos en poder del Gobierno, que cifraban en una treintena las organizaciones isl¨¢micas holandesas receptoras de millones de euros en fondos remitidos por Arabia Saud¨ª y Kuwait. En conjunto, un 10% de todas las mezquitas del pa¨ªs (hay unas 500) hab¨ªan pedido dichas subvenciones externas. El Parlamento recrimin¨® entonces al Ejecutivo que hubiera ocultado los datos llegados de ambos Estados ¨¢rabes, dada la penetraci¨®n del salafismo que ello pod¨ªa suponer.
En febrero de 2019, la oficina del Coordinador Nacional de la Lucha Antiterrorista confirmaba en un estudio colgado en su p¨¢gina web "el aumento de la influencia del salafismo pol¨ªtico en Holanda, que refuerza a trav¨¦s de la docencia la identidad isl¨¢mica de la juventud musulmana, para crear una estructura social alternativa ajena al orden legal de la democracia". En abril, el informe anual de los servicios secretos (AIVD) se?al¨® "la difusi¨®n de las ideas de este movimiento ortodoxo en la educaci¨®n, con predicadores que llegan a los ni?os en mezquitas y locales de bario, y puede ser un caldo de cultivo para el yihadismo violento", dijo Dick Schoof, director general de AIVD. Los expertos en terrorismo constataron "la glorificaci¨®n de la shar¨ªa" en su estudio de 2019. En las pr¨¦dicas de las escuelas cor¨¢nicas analizadas ahora, se propone a los menores, entre otros ejercicios, que se?alen "el castigo adecuado para cada delito: azotes, lapidaci¨®n o bien decapitar".
Said Bouharrou, presidente del Consejo de las Mezquitas Marroqu¨ªes en Holanda, al que pertenecen unas 70 de las cerca de 500 abiertas en Holanda, advierte de que ¡°la corriente salafista del Islam es peque?a, pero su influencia cada vez mayor en la educaci¨®n informal, porque invierte mucho tiempo y dinero, tambi¨¦n desde Arabia Saudita, en exportarla¡±. Seg¨²n explica a este peri¨®dico, ¡°el material did¨¢ctico saud¨ª llega a estos centros ya que las mezquitas tradicionales holandesas, que siguen la corriente moderada Malik¨ª [flexible con la situaci¨®n de cada pa¨ªs] van por detr¨¢s. Las salafistas tienen aplicaciones tecnol¨®gicas, mientras que las otras a veces ni siquiera manejan bien el neerland¨¦s para ense?ar a los j¨®venes¡±. ¡°Es preciso involucrar a las familias en los estudios de sus hijos, y acercarse antes al docente, o direcci¨®n de la mezquita en caso de duda¡±, a?ade.
Ahmed Marcouch, alcalde de la ciudad de Arnhem, socialdem¨®crata y de origen marroqu¨ª, conoce de cerca los efectos de las pr¨¦dicas salafistas para menores. ¡°La influencia es profunda y contribuye a la radicalizaci¨®n. Con la m¨¢scara de la ortodoxia religiosa, que puede no molestar a los padres, el salafismo siembra la ideolog¨ªa del odio. Los ni?os que acuden a estas mezquitas los fines de semana son pocos, pero los maestros de primaria o secundaria notan el lunes el cambio de comportamiento. Ocurre entre los 6 y 13 a?os, y luego entre los que redescubren la religi¨®n, a los 15, 16 o 17. Les ense?an que no pueden relacionarse con los que no sean como ellos, y eso es racismo. Es hora de que haya otra opci¨®n y de que despierte la comunidad isl¨¢mica, porque el salafismo es otra cosa, es islamista. Al Gobierno le corresponde prohibir unas escuelas que rechazan la democracia. No se puede relativizar diciendo que los cristianos ortodoxos tambi¨¦n predican sus cosas. No es lo mismo. Ellos no discuten el Estado de Derecho¡±, afirma, en conversaci¨®n telef¨®nica.
Tanto Marcouch como Bouharrou consideran necesario actuar con rapidez, y mientras el segundo aboga por ¡°formar imanes que comprendan el contexto social en que viven, sean aceptados por las mezquitas moderadas, y est¨¦n a la altura de otros, formados a menudo en Arabia Saudita¡±, el alcalde de Arnhem subraya la responsabilidad del Gobierno. ¡°No puede dar siquiera la sensaci¨®n de que apoya estas escuelas salafistas. Es la ideolog¨ªa que profesan los yihadistas que hemos visto en Europa¡±, asegura.?
Tres de las organizaciones citadas en la investigaci¨®n period¨ªstica han matizado las conclusiones distanci¨¢ndose de la doctrina salafista, y subrayando que su intenci¨®n ¡°al abordar el castigo corporal es prevenir el extremismo; debe cumplirse la ley holandesa¡±, afirman, de forma diversa, en sendas notas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.