Golpe a la ley del aborto del Ulster, uno de los ¨²ltimos reductos restrictivos de la UE
La legislaci¨®n viola la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos
Un Alto Tribunal de Belfast ha declarado contrario a la Convenci¨®n Europea de Derechos Humanos el tratamiento legal que a¨²n se le da al aborto en Irlanda del Norte. La cuesti¨®n fue planteada ante la justicia por Sarah Ewart, de 29 a?os, despu¨¦s de que las autoridades norirlandesas se negaran a que pusiera fin a su embarazo. En 2013, los m¨¦dicos le comunicaron que el feto no sobrevivir¨ªa fuera del ¨²tero. Ewart tuvo que viajar hasta Londres para poder interrumpir su gestaci¨®n.
¡°Se vio afectada por la legislaci¨®n actual y tuvo que viajar para que se le practicara un aborto en condiciones desesperadas¡±, se?al¨® la magistrada Siobhan Keegan, encargada de leer la sentencia.
Tras la traum¨¢tica experiencia, Ewart ha liderado una campa?a para tratar de que se cambie la legislaci¨®n y que su caso sirva como ejemplo del trauma. El tribunal ha estimado que debe impedirse que otras mujeres pasen por el mismo ¡°trauma y dolor¡± por el que tuvo que pasar Ewart.
Irlanda del Norte es, junto con Malta y Polonia, uno de los ¨²ltimos pa¨ªses de Europa donde a¨²n se aplican criterios muy restrictivos en los derechos reproductivos.
El caso hab¨ªa sido visto ya anteriormente por el Tribunal Supremo del Reino Unido, que en su momento dictamin¨® que se hab¨ªa violado la legislaci¨®n europea en materia de derechos humanos pero no lleg¨® a dictar sentencia por un error de forma. El alto tribunal de Belfast ha sostenido ese argumento, pero tampoco ha emitido un fallo definitivo. En su caso, porque est¨¢ pendiente de entrar en vigor, a finales de octubre, la decisi¨®n aprobada por el Parlamento ingl¨¦s el pasado mes de junio. Una mayor¨ªa de diputados decidi¨® entonces que se impondr¨ªa la vigente ley inglesa en Irlanda del Norte el pr¨®ximo 21 de octubre si, para entonces, la Asamblea de Belfast segu¨ªa suspendida.
M¨¢s all¨¢ del conflicto social y legal que genera una legislaci¨®n muy restrictiva, existe en este caso un doble problema pol¨ªtico. En primer lugar, hace ya casi tres a?os que Irlanda del Norte no cuenta con un Ejecutivo o un Legislativo efectivo. Seg¨²n los Acuerdos de Viernes Santo de 1998, los unionistas y republicanos deben cogobernar obligatoriamente. La falta de entendimiento entre ambas fuerzas pol¨ªticas ha llevado a la par¨¢lisis y a la decisi¨®n de Londres de recuperar las competencias. Y en segundo lugar, la fuerza unionista mayoritaria, el DUP, se opone frontalmente a cualquier cambio en la ley. Sus diez diputados han sido hasta ahora necesarios para sostener la mayor¨ªa conservadora en Westminster, con lo que el Gobierno se ha resistido a intervenir en el asunto y ha alegado una y otra vez que no interferir¨ªa en competencias que corresponden al territorio.
En Inglaterra, Escocia y Gales est¨¢ en vigor una ley que permite el aborto desde 1967. Funciona bajo el formato de los supuestos despenalizados, pero es aplicada con laxitud y establece el l¨ªmite de la intervenci¨®n en las 24 semanas de gestaci¨®n. Contempla los casos de serio riesgo f¨ªsico o mental para la salud de la madre o el feto o los casos de violaci¨®n.
Sufragar el viaje
En el caso de Irlanda del Norte, la legislaci¨®n es mucho m¨¢s restrictiva e incide en el car¨¢cter delictivo de la interrupci¨®n del embarazo. Permite su pr¨¢ctica para preservar la vida de la madre o frente a un serio riesgo para la salud. Pero lo proh¨ªbe en los casos de malformaciones en el feto, violaci¨®n o incesto. La ley ha provocado tales disfunciones que, en 2017, el Gobierno del Reino Unido comenz¨® a sufragar los gastos de las norirlandesas que se desplazaran a la sanidad p¨²blica del resto del pa¨ªs para interrumpir sus embarazos.
¡°Son ya demasiadas las mujeres en Irlanda del Norte que han sufrido un da?o innecesario por culpa de nuestras leyes. La sentencia es un alivio emocional masivo. No ha sido un viaje f¨¢cil. Es una victoria masiva. Mi familia ha sufrido un enorme estr¨¦s durante seis a?os, pero hoy tenemos motivos de celebraci¨®n¡±, dijo Ewart tras conocer la decisi¨®n del alto tribunal de Belfast.
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