La mitad de los fondos del mar Menor han quedado devastados

D¨ªas antes de la mortandad de miles de peces que asol¨® las playas del mar Menor el pasado 12 de octubre, llegaron a la laguna entre 500 y 1.000 toneladas de nitratos tras el paso de la ¨²ltima gota fr¨ªa, estima un ¨²ltimo informe firmado por cient¨ªficos expertos en el entorno del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, de varias universidades y del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Estos, sumados a los que ya conten¨ªa la laguna, desencadenaron el dantesco episodio con peces y crust¨¢ceos asfixi¨¢ndose en las orillas. Los nitratos proceden, sobre todo, de los abonos de los cultivos de regad¨ªo que se han multiplicado en la zona del Campo de Cartagena (la cuenca que vierte al mar Menor). Como consecuencia, "una superficie superior a 9.000 hect¨¢reas ¨Cel mar Menor ocupa 17.000 hect¨¢reas¨C ha quedado de nuevo devastada en el fondo de la laguna", calculan los investigadores.

Las muestras que se tomaron d¨ªas despu¨¦s del paso del temporal dan concentraciones de nitratos en torno a los 13 miligramos por litro, "100 veces por encima de las que se pueden considerar normales", especifica el informe. Tambi¨¦n entraron 35 toneladas de amonio y m¨¢s de 100 de fosfatos. Los contaminantes se encontraban en las 100.000 toneladas de sedimento que arrastr¨® la riada hacia la laguna, que ya presentaba una "degradaci¨®n profunda".?

"El problema no es consecuencia de la entrada en s¨ª misma del agua dulce, sino de los nutrientes (nitratos) arrastrados por el agua, que son el combustible del proceso eutr¨®fico (aumento de sustancias nutritivas que provoca un exceso de fitoplancton, que conduce a falta de ox¨ªgeno)", aclaran los investigadores. De hecho, puntualizan, la avenida de noviembre de 1987 acumul¨® una precipitaci¨®n un tercio superior a la Dana (depresi¨®n aislada en niveles altos) de este a?o, "pese a lo cual no hubo episodios de mortandad masiva en la laguna".

El informe repasa el proceso de deterioro del mar Menor, que recibe "desde la d¨¦cada de los ochenta grandes cantidades de materia org¨¢nica y nutrientes tanto difusos como puntuales de la actividad agraria". Esta contaminaci¨®n ha afectado a las aguas subterr¨¢neas del acu¨ªfero del Cuaternario, y a las superficiales. Los vertidos urbanos (aguas residuales) y los agropecuarios han estado, sin embargo, focalizados en puntos y en momentos determinados. Hasta 2015, los valores de clorofila eran bajos, propios del sistema, aunque en la d¨¦cada de 2000 ya se observaron algunos picos que alertaban del riesgo de eutrofizaci¨®n. Desde finales de 2015 se confirm¨® un crecimiento inusual de fitoplancton, que se dispar¨® en el verano de 2016. Las aguas transparentes se convirtieron en una pasta verde, la luz dej¨® de llegar al fondo y el 85% de la vegetaci¨®n bent¨®nica del mar Menor desapareci¨®.

En este escenario, los autores advierten de que el proceso de recuperaci¨®n del mar Menor ser¨¢ "largo y muy complejo", porque incluso parando todas las entradas de nutrientes actuales "los fondos seguir¨¢n liberando los nitratos durante bastante tiempo". El primer paso para ellos es "atajar la entrada de sedimentos y nutrientes, mejorando las t¨¦cnicas y eficiencia de la fertilizaci¨®n agr¨ªcola". Tambi¨¦n abogan por la recuperaci¨®n de los cauces de la red hidrol¨®gica de la cuenca del mar Menor, la implantaci¨®n de sistemas de laboreo menos agresivos, la recuperaci¨®n de humedales o la utilizaci¨®n de cubiertas vegetales y setos para reducir las riadas.?

Ponen en duda la eficacia del Plan de Vertido Cero presentado por el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica debido a que sus principales medidas se basan en la construcci¨®n de obra p¨²blica y no apuntan al origen del problema. Los cient¨ªficos advierten, al mismo tiempo, de que soluciones que se han barajado como incrementar los aportes de agua desde el Mediterr¨¢neo "no son una opci¨®n", por la misma raz¨®n y porque "provocar¨ªan efectos colaterales completamente indeseables".