La Manada defiende su inocencia en los abusos en Pozoblanco y se niega a declarar

Los cuatro miembros de La Manada que est¨¢n siendo juzgados por abusos sexuales a una joven en Pozoblanco (C¨®rdoba) se han declarado inocentes en la primera jornada de la vista oral y se han acogido a su derecho a no responder a las preguntas de ninguna de las partes ¡ªFiscal¨ªa, acusaci¨®n particular y acusaci¨®n popular, ejercida por la Asociaci¨®n Clara Campoamor¡ª, incluida su propia defensa. La validez de los dos v¨ªdeos que grabaron el pasado 1 de mayo de 2016, en los que se les ve tocando los pechos y besando a la v¨ªctima, y que despu¨¦s compartieron en dos grupos de WhatsApp, ha centrado buena parte de la primera sesi¨®n, este lunes.

El abogado de los acusados ha pedido la nulidad de las grabaciones por haberse obtenido en el entorno de la instrucci¨®n de la agresi¨®n sexual de los sanfermines de 2016 y la suspensi¨®n del juicio hasta que el magistrado decida. Las acusaciones se han opuesto por entender que el consentimiento que otorgaron los j¨®venes cuando entregaron voluntariamente sus m¨®viles durante la investigaci¨®n de la violaci¨®n de Pamplona est¨¢ por encima de cualquier autorizaci¨®n judicial expresa. El juez ha determinado que se manifestar¨¢ sobre la validez de los v¨ªdeos como prueba en sentencia y no antes.

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El magistrado entiende que los v¨ªdeos "son una prueba determinante, pero no la ¨²nica", y ha reclamado margen para dilucidar entre las principales tesis si existi¨® una investigaci¨®n prospectiva es decir, sobre hechos anteriores y no directamente vinculados a los de la indagaci¨®n en curso, y sobre el alcance y significado del consentimiento sobre la cesi¨®n de derechos fundamentales como el de la intimidad. "El tribunal se siente incapaz de poder entrar a rebatir a favor o en contra de las tesis de ambas partes", ha se?alado el titular del Juzgado N¨²mero 1 de C¨®rdoba, Luis Santos.

Alfonso Jes¨²s Cabezuelo, Jes¨²s Escudero, Antonio Manuel Guerrero y Jos¨¦ ?ngel Prenda est¨¢n acusados de cometer un delito de abusos sexuales y otro contra la intimidad. Al primero tambi¨¦n se le imputa un delito de maltrato leve, por haber pegado a la supuesta v¨ªctima cuando se neg¨® a hacerle una felaci¨®n. La Fiscal¨ªa pide para ellos tres a?os de c¨¢rcel por un delito de abusos sexuales, y cuatro m¨¢s por el delito de violaci¨®n a la intimidad. Para el militar de La Manada, Cabezuelo, tambi¨¦n se pide una multa de dos meses a raz¨®n de 12 euros al d¨ªa por un delito de lesiones.

Los j¨®venes, todos con actitud serena a excepci¨®n de Prenda, que no ha dejado de mover las piernas, evidenciando cierto nerviosismo, han repetido la estrategia que ya manifestaron durante la fase de instrucci¨®n, y tras manifestarse inocentes, se han negado a declarar. Su defensa entiende que toda la acusaci¨®n se basa en unos v¨ªdeos que considera nulos, por lo que no tiene sentido que presten testimonio sobre unos hechos cuya validez no admiten, seg¨²n explic¨® su abogado, Agust¨ªn Mart¨ªnez Becerra, a este diario.

Los hechos por los que se les juzga ocurrieron en la madrugada del 1 de mayo de 2016, cuando la v¨ªctima se mont¨® en el coche de los cuatro j¨®venes, despu¨¦s de haberlos conocido en una caseta en la feria de Torrecampo (C¨®rdoba). Al entrar cay¨® inconsciente y, camino de Pozoblanco, donde ella resid¨ªa y estaba destinado el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, todos empezaron a tocarle los pechos y, Cabezuelo, tambi¨¦n a besarla. Los tocamientos fueron grabados por Prenda en el m¨®vil de Guerrero. Ese v¨ªdeo fue distribuido en dos grupos de chat.

Prueba determinante

Esas grabaciones son la prueba determinante sobre la que las acusaciones basan sus argumentos y por ello la defensa ha pedido su nulidad durante la fase de cuestiones previas y ha reclamado al juez que decidiera sobre la validez en ese per¨ªodo y no en la sentencia. ¡°Los hechos de este juicio giran sobre esa decisi¨®n y los v¨ªdeos son la base probatoria de los delitos¡±, ha se?alado. El abogado de La Manada considera que las grabaciones se obtuvieron vulnerando el derecho a la tutela judicial efectiva y al derecho a la intimidad de las comunicaciones, ya que las im¨¢genes se obtuvieron dentro de la investigaci¨®n de otra causa judicial ¡ªla agresi¨®n sexual de los sanfermines¡ª y se trataban de unos hechos distintos para cuya investigaci¨®n el instructor no dio autorizaci¨®n. ¡°No existe autorizaci¨®n judicial que permitiera investigar nada anterior a los hechos del 6 y el 7 de julio¡±, ha alegado el letrado, para quien esa actuaci¨®n es una ¡°investigaci¨®n de car¨¢cter prospectivo¡± que vulnera el derecho de defensa.

Para la defensa, la investigaci¨®n de los m¨®viles de sus defendidos para obtener esas im¨¢genes obedece a una ¡°desproporcionalidad¡±, incentivada por ¡°la situaci¨®n confusa en Pamplona¡±, en los d¨ªas posteriores a la detenci¨®n de La Manada por la agresi¨®n sexual de los sanfermines. ¡°Solo exist¨ªa el indicio de que esa gente ten¨ªa la costumbre de hacer comentarios lamentables en el m¨®vil y por tanto determinaron investigar para ver qu¨¦ se encontraban¡±. El abogado tambi¨¦n ha expuesto que en el momento en que se hallaron las im¨¢genes de Pozoblanco, no exist¨ªa ninguna denuncia por parte de la v¨ªctima y que ¡°para tratar de subsanar de manera t¨®rpida y malintencionada¡± el haber ampliado la investigaci¨®n m¨¢s all¨¢ de los d¨ªas 6 y 7 de julio, se decidi¨® enviar a la Polic¨ªa Foral Navarra a Pozoblanco a localizar a la joven y que pudiera interponer una denuncia.

El fiscal, Jes¨²s Aparicio, ha defendido la validez documental de los v¨ªdeos, negando que los investigadores hubieran ido m¨¢s all¨¢ en sus funciones. ¡°No ha habido desproporcionalidad en la injerencia de la Polic¨ªa Foral puesto que la obtenci¨®n de los v¨ªdeos del 30 de abril est¨¢ amparada por el consentimiento expreso que los acusados dieron al entregar voluntariamente sus m¨®viles¡± cuando fueron detenidos el 7 de julio. Un consentimiento, ha recordado el fiscal, que los j¨®venes reiteraron dos d¨ªas despu¨¦s, cuando se les pidi¨® la clave para poder acceder a ellos. ¡°Su letrado defensor de entonces no hizo manifestaci¨®n ninguna, ni matiz¨®, ni restringi¨® ese consentimiento¡±, ha se?alado Aparicio, quien ha aportado doctrina y jurisprudencia del Tribunal Supremo, del Constitucional y del Europeo de Derechos Humanos en las que se constata que el acceso a los smartphones requiere de una autorizaci¨®n judicial previa, pero que ¡°debe ser subsidiaria al consentimiento de su titular¡±.

Una argumentaci¨®n que ha compartido el abogado de la v¨ªctima, Blas Ar¨¦valo, y la letrada que representa a la Asociaci¨®n Clara Campoamor, Patricia Catalina. Ambos han defendido que los hechos de los sanfermines eran lo suficientemente graves como para averiguar si esos hechos se hab¨ªan reiterado en otras ocasiones.

El juez ha decidido esperar al fallo de la sentencia para dilucidar sobre la validez o la nulidad probatoria de los v¨ªdeos, desestimando, por tanto, la solicitud de la defensa de La Manada de suspender la causa hasta dilucidar sobre la cuesti¨®n. El magistrado ha argumentado que con su decisi¨®n evitaba la ¡°revictimizaci¨®n¡± y garantizaba el derecho a un ¡°proceso sin dilaciones indebidas¡±.

El juicio se reanudar¨¢ este martes con la comparecencia de la supuesta v¨ªctima. Lo har¨¢ a puerta cerrada y sin presencia de los medios de comunicaci¨®n. A petici¨®n de su defensa, lo har¨¢ de manera que no pueda estar en contacto directo con sus agresores. La Asociaci¨®n Clara Campoamor tambi¨¦n ha solicitado que se ampl¨ªe la prueba pericial y se incluya el informe forense sobre un intento de suicidio de la joven el pasado 27 de agosto y que ha sido recogido por la m¨¦dico forense. El juez ha accedido a la demanda, a la que no se han opuesto las partes. Tras conocer por la Polic¨ªa Foral la existencia del v¨ªdeo, y ante la repercusi¨®n social y medi¨¢tica de lo sucedido, la chica sufri¨® un shock postraum¨¢tico del que tard¨® 90 d¨ªas en recuperarse. Las secuelas le han obligado a abandonar Pozoblanco en temporadas.

Adem¨¢s de la joven, tambi¨¦n est¨¢n llamados a declarar el resto de testigos, alrededor de una veintena, entre ellos ?ngel Boza, el quinto miembro de La Manada, que no estuvo presente durante los hechos sucedidos en la localidad cordobesa.