El Supremo concluye que La Manada actu¨® ¡°con pleno conocimiento¡± de que la v¨ªctima no consinti¨®

La sentencia del Tribunal Supremo sobre el caso de la Manada no deja espacio para la duda: lo ocurrido en Pamplona en los sanfermines de 2016 no fue una ¡°juerga¡± colectiva, como alegaban los acusados, sino una violaci¨®n cuyos autores actuaron ¡°con pleno conocimiento¡± de que su comportamiento atentaba contra la libertad sexual de la mujer. La v¨ªctima, que entonces ten¨ªa 18 a?os, no dio su consentimiento para mantener relaciones y, seg¨²n los cinco magistrados que firman la resoluci¨®n, no hizo falta ¡°una actitud heroica¡± por su parte para que los acusados tuvieran conocimiento de su negativa.

La Sala de lo Penal ha notificado este viernes la sentencia con los argumentos completos que le llevaron, hace dos semanas, a condenar a 15 a?os de c¨¢rcel en lugar de a nueve a los cinco amigos que agredieron a la joven en un portal de Pamplona. Este s¨¢bado se cumple el tercer aniversario de aquella agresi¨®n, y la resoluci¨®n, a las puertas de unos nuevos sanfermines, subraya los l¨ªmites entre una relaci¨®n consentida y otra que no lo es. El Supremo cree que no hay nada que pueda hacer cre¨ªble la versi¨®n alegada por la defensa de los acusados de que lo ocurrido fue una relaci¨®n m¨²ltiple en la que la joven particip¨® por iniciativa propia. El modo en que los acusados abandonaron el portal, dejando a la v¨ªctima desnuda, sola y sin tel¨¦fono m¨®vil, ¡°dif¨ªcilmente¡± encaja en una ¡°juerga pactada con ella¡±, concluyen los magistrados.

Los cinco condenados (Jos¨¦ ?ngel Prenda, Alfonso Jes¨²s Cabezuelo, ?ngel Boza, Antonio Manuel Guerrero y Jes¨²s Escudero) est¨¢n en prisi¨®n desde el pasado 21 de junio, cuando el fallo del Supremo revoc¨® lo sentenciado con anterioridad por la Audiencia Provincial de Pamplona y el Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad. Ambas instancias hab¨ªan entendido que los hechos enjuiciados ten¨ªan que ser calificados de abusos, puesto que no hubo intimidaci¨®n ni violencia.

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¡®Solo s¨ª es s¨ª¡¯ y otras cuestiones que zanja el Supremo sobre La Manada

La sentencia de La Manada en ocho frases

El Supremo dio la vuelta a esas resoluciones tras estudiar los recursos de las acusaciones y las defensas, pero hasta ahora solo hab¨ªa avanzado las l¨ªneas b¨¢sicas de su decisi¨®n. En la sentencia notificada ahora argumenta por qu¨¦ el caso tiene que ser considerado una agresi¨®n sexual y no un abuso. El tribunal considera que los cinco acusados sab¨ªan a lo que iban, pero la v¨ªctima no, y la atacaron ¡°conociendo que estaba sola y embriagada¡±.

La joven hab¨ªa sido llevada por los agresores a un lugar ¡°rec¨®ndito, buscado a prop¨®sito¡± y se encontraba ¡°agobiada, impresionada, sin capacidad de reacci¨®n, sintiendo en todo momento un intenso agobio y desasosiego que le produjo estupor, haciendo todo lo que los acusados le dec¨ªan que hiciera¡±. En este contexto, el silencio de la v¨ªctima ¡°solo se puede interpretar como una negativa¡±. La sentencia describe c¨®mo le agredieron hasta 10 veces en un minuto y 38 segundos, tiempo que suman los siete v¨ªdeos grabados por los violadores, aunque lo ocurrido se extendi¨® por un tiempo de 15 a 20 minutos, seg¨²n recoge la sentencia.

El alto tribunal, al resolver un recurso de casaci¨®n, no puede alterar los hechos ya probados por los magistrados que juzgaron el caso, pero s¨ª la calificaci¨®n penal que cree que merece. Y eso es lo que ha hecho con el ataque cometido por la Manada. La sentencia califica como ¡°terrible¡± el relato de lo ocurrido y se basa en su propia jurisprudencia para sostener que la joven se vio sometida e intimidada, uno de los requisitos para que haya delito de violaci¨®n.

Si los agresores ejercen ¡°una intimidaci¨®n clara y suficiente¡±, la resistencia de la v¨ªctima ¡°es innecesaria¡± para demostrar que hubo violaci¨®n, advierte la sentencia, de la que ha sido ponente la magistrada Susana Polo. En sinton¨ªa con lo que dijo la fiscal en la vista p¨²blica celebrada en el Supremo el pasado 21 de junio, el alto tribunal considera que no ¡°es admisible forzar el derecho hasta extremos de exigir de las v¨ªctimas actitudes heroicas que inexorablemente las conducir¨¢n a sufrir males mayores¡±. En consecuencia, concluyen los magistrados, la intimidaci¨®n hizo que la v¨ªctima adoptara ¡°una actitud de sometimiento, que no de consentimiento¡±, que era conocida por los cinco condenados.

¡°Jactarse del triunfo¡±

El Supremo ha aplicado dos agravantes que han elevado la pena de los acusados: la actuaci¨®n conjunta de dos o m¨¢s personas y el trato ¡°degradante o vejatorio¡±. Sobre este ¨²ltimo, el tribunal explica que se da cuando la agresi¨®n no solo afecta a la libertad sexual de la v¨ªctima sino tambi¨¦n a su dignidad como persona. En este sentido, la forma de actuar de La Manada implica ¡°una capacidad para humillar y rebajar a la v¨ªctima, m¨¢s all¨¢ de lo que cualquier agresi¨®n sexual por s¨ª misma puede suponer¡±.

Los magistrados llaman la atenci¨®n sobre c¨®mo, mientras penetraban a la joven anal, vaginal y bucalmente hasta en 10 ocasiones, los acusados lo grababan y fotografiaban, sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. Esta situaci¨®n supone para la v¨ªctima, seg¨²n el Supremo, ¡°una clara denigraci¨®n como mujer¡±. El tribunal considera, adem¨¢s, que la actitud de los acusados merece especial reproche porque en las fotograf¨ªas y v¨ªdeos posan ¡°jact¨¢ndose¡± de lo que hacen y presumiendo de su ¡°triunfo¡±.

El d¨ªa que adelantaron su decisi¨®n, el Supremo ya reproch¨® a los jueces navarros que hubieran calificado los hechos como un ¨²nico delito continuado y no como una ¡°una pluralidad¡± de delitos. Eso habr¨ªa aumentado las penas a los acusados, pero como ninguna de las partes impugn¨® esta situaci¨®n, el Supremo no puede ya tenerla en cuenta. En la sentencia ahonda en esa cr¨ªtica y explica que los agresores, en vez de ser solo condenados como autores directos de un delito continuado, deb¨ªan haber sido castigados tambi¨¦n como cooperadores necesarios en las agresiones sexuales consumadas por los otros procesados. As¨ª lo establece la jurisprudencia del Supremo en supuestos en el que, como el de La Manada, ¡°un sujeto accede y otro intimida, para luego intercambiar sus posiciones¡±.