La democracia contra la violencia de g¨¦nero
Tenemos un enemigo fuerte y decidido en las instituciones. No es ret¨®rico, es real y f¨ªsico
Las mujeres asesinadas son el resultado de un macabro proceso que incluye la humillaci¨®n constante, la sensaci¨®n de culpabilidad de la v¨ªctima, la p¨¦rdida de humanidad, el p¨¢nico, el miedo cotidiano o que te recorra un escalofr¨ªo al escuchar el sonido de las llaves cuando ¨¦l llega a casa.
Cuando un hombre obliga a su pareja a sacarse los dientes con unas tenazas, cuando la asfixia, cuando la tira de un coche en marcha, la apu?ala o la quema viva, cuando la encadena por el cuello a un armario y la mantiene d¨ªas y d¨ªas, as¨ª, inmovilizada, sin poder salir de casa. Cuando tras recibir una paliza no le deja ir al m¨¦dico. Cuando la asesina. Son situaciones reales, hechos acontecidos y probados en los tribunales de justicia, son casos de violencia de g¨¦nero que han sucedido en Espa?a. 1.027 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde que en 2003 comenzaran a contabilizarse oficialmente, 51 en lo que llevamos de a?o. 34 menores asesinados desde 2013. Una violencia que sigue.
Por el simple hecho de ser mujeres, muchas, demasiadas, son mutiladas, prostituidas, vendidas, traficadas, violadas, les pagan menos. No est¨¢n representadas, no toman decisiones en la mayor parte del planeta, no pueden acceder a los recursos, son m¨¢s pobres que los hombres. No son due?as de sus propias vidas. Por el hecho de ser mujeres. Esa es la violencia estructural y cotidiana a la que nos referimos.
Diferenciar la violencia de g¨¦nero de otros tipos de violencia no es simplemente un cambio de denominaci¨®n ling¨¹¨ªstica ni sirve a lo pol¨ªticamente correcto. El reconocimiento como una violencia espec¨ªfica, con particularidades concretas, que deben ser atendidas desde el derecho de manera particular, como ocurre con otros tipos de violencia que est¨¢n medidas y escrupulosamente definidas en nuestro ordenamiento jur¨ªdico, responde a la profundizaci¨®n y al estudio de las causas que la originan. Responde a amplios consensos internacionales y nacionales, desde la Convenci¨®n sobre la eliminaci¨®n de todas las formas de discriminaci¨®n sobre la mujer de 1979 de Naciones Unidas, hasta el m¨¢s reciente Convenio de Estambul de 2014, promulgado por el Consejo de Europa.
"Hay un consenso internacional, consolidado a lo largo de los a?os, para acabar con esta pandemia"
Hay un consenso internacional, consolidado a lo largo de los a?os, para acabar con esta pandemia. La ONU nos invita a conmemorar cada 25 de noviembre, como D¨ªa Internacional para la Eliminaci¨®n de la Violencia contra las Mujeres, y a poner de manifiesto el compromiso adquirido como sociedad para ello.
En este pa¨ªs nos dotamos de una ley pionera, la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero, que cumple 15 a?os el pr¨®ximo 28 de diciembre, y que es un referente en el mundo. Escrupulosamente diseccionada por m¨¢s de 200 recursos y cuestiones de inconstitucionalidad, saldadas todas ellas por el Tribunal Constitucional: cu¨¢nto cost¨® sacarla adelante y qu¨¦ orgullosos estamos todos ahora de ella, incluso quienes pusieron trabas para aprobarla o la recurrieron. Ese el gran logro que se plasm¨® a?os m¨¢s tarde en el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero, que promovimos y conseguimos aprobar por encima de las diferencias ideol¨®gicas. Aquel septiembre de 2017 fuimos capaces de establecer un compromiso para erradicar la violencia de g¨¦nero de nuestra sociedad.
Sin embargo, la gran amenaza que se est¨¢ ci?endo sobre nosotras, en toda Europa, y en la que Espa?a ya no es una excepci¨®n, es ahora un riesgo cierto e inquietante. La ultraderecha pretende hundir su lanza reaccionaria al coraz¨®n de nuestra democracia. Y quiere hacerlo, en primer lugar, a trav¨¦s de conculcar los derechos de las mujeres.
?Se imaginan que alguien negara que existe la violencia terrorista porque ¡°todas las violencias son iguales¡±? ?Que se negara a condenar la violencia terrorista de ETA porque ¡°hay que luchar contra todos los tipos de violencia¡±? Sin embargo, esto ocurre con la violencia de g¨¦nero. No podemos consentir que se cuestione y se falte al respeto de esta manera tan vil a todas las v¨ªctimas y a sus familias. En este pa¨ªs lo sabemos, lo hemos hecho y lo hacemos con dolor.
La democracia se hiere con cada golpe. Con cada mujer asesinada, la democracia se despoja de una parte de su dignidad. El desarrollo de la democracia y del feminismo van de la mano, han crecido juntos. Se han hecho posible, intr¨ªnseca e imbricadamente, desde que la modernidad y los principios ilustrados tienen lugar en el mundo.
La conquista de los derechos de las mujeres se ha llevado a cabo, a diferencia de cualquier otra revoluci¨®n, sin causar muertos para conseguir sus logros. Sin embargo, s¨ª cuenta con v¨ªctimas mortales. Cada una de las mujeres asesinadas, sus hijos e hijas, han pagado con sus vidas el precio de la libertad de todas.
Nuestra democracia no puede flaquear en esto. Los sistemas pol¨ªticos no son eternos ni infalibles. La historia m¨¢s reciente de nuestro continente es la prueba palpable de ello. En esta parte del mundo gozamos de la etapa m¨¢s pac¨ªfica y fruct¨ªfera de la historia, pero que nadie piense que est¨¢ todo hecho y que no hay que seguir defendi¨¦ndola.
Tenemos un enemigo fuerte y decidido en las instituciones. No es ret¨®rico, es real y f¨ªsico y lo podremos sufrir en nuestras carnes. Ante ¨¦l, solo puede hacerle frente la unidad de todos los partidos que creemos en los principios y valores que inspiran nuestra democracia y que recoge nuestra Constituci¨®n, por encima de nuestras diferencias.
El Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero es un instrumento de trabajo y avance que implica a todos los partidos pol¨ªticos, a todos los poderes del Estado, a todas las Administraciones p¨²blicas, a toda la sociedad. Siguiendo por este camino, se puede luchar contra la violencia hacia las mujeres pero es imprescindible que sigamos trabajando todos y todas unidos hacia ese objetivo.
Carmen Calvo es vicepresidenta en funciones del Gobierno y ministra en funciones de Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad.
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