A M車nica la salvaron sus vecinos. Ten赤a casi 60 a?os cuando el hombre con el que viv赤a le propin車 una paliza que la dej車 inconsciente. "Nuestro pueblo es de esos en que las puertas de las casas est芍n abiertas. Los vecinos dieron la alarma y por eso me libr谷", rememora. Teresa, que ronda la treintena, dej車 su apartamento tras m迆ltiples estallidos de violencia. "Me qued谷 sin trabajo, con mi hija y una maleta en la calle", explica. Las dos mujeres son parte de ese grupo que consigue dar el paso de denunciar y salir de la violencia. Teresa lo hizo en 2017, un a?o en el que denunciaron otras 166.259 mujeres. M車nica lo hizo el a?o pasado, cuando la Delegaci車n del Gobierno para la Violencia de G谷nero registr車 el m芍ximo hist車rico: 166.961 denuncias. Ambas est芍n protegidas judicialmente. Y ambas acudieron a una casa de acogida en busca de seguridad y acompa?amiento, un servicio p迆blico gratuito que puede solicitar cualquier v赤ctima de violencia de g谷nero. Una lacra que ha dejado 52 mujeres asesinadas y 43 hu谷rfanos en lo que va de a?o, y 1.028 mujeres asesinadas desde que se registran datos oficiales, en 2003.
En Espa?a existen unos 90 centros de este tipo, seg迆n contabiliza la Delegaci車n de Gobierno para la Violencia de G谷nero a partir de datos de las Comunidades Aut車nomas. Abiertos las 24 horas del d赤a todo el a?o, estas casas atienden a mujeres y sus hijos para que puedan "recuperarse de las secuelas sufridas por el maltrato e iniciar una vida sin violencia", afirma Ana, psic車loga de una de estas casas en la provincia de Toledo.
El mapa de las violencias de g谷nero
La violencia de g谷nero tiene m迆ltiples formas: desde ps赤quicas a patrimoniales o sociales. Este es un repaso a esas distintas expresiones del machismo
Una ley, 15 a?os y 631 sentencias
Un an芍lisis de las condenas demuestra los avances pero tambi谷n que sigue pendiente retirar la patria potestad a los asesinos y evitar que su confesi車n aten迆e la pena
Para acceder no es necesario que medie denuncia. "Los servicios sociales pueden hacer una derivaci車n sin que la mujer pase por el juzgado", detalla una trabajadora social del centro donde se aloj車 Teresa, cuya gesti車n tiene adjudicada la empresa Clece. Ante cualquier atisbo de violencia, cualquier ciudadano puede avisar a los servicios sociales locales o al 016, el tel谷fono de atenci車n a v赤ctimas de violencia de g谷nero, gratuito y sin huella en la factura.
La dificultad del primer paso
"Cuando atendemos a una mujer, pensamos que el trabajo m芍s dif赤cil ya lo ha hecho dando el primer paso y alej芍ndose de la violencia. Es muy dif赤cil en una sociedad que muchas veces cuestiona la veracidad de la realidad que viven ellas y sus hijos", explica la psic車loga Ana. M車nica tuvo que recoger sus cosas en diez minutos y abandonar su peque?o municipio para no volver. "Recuerdo a todo el mundo mirando como si yo fuera Shakira dando un concierto. Nadie de los que consideraba vecinos y amigos me habl車. Me sent赤 horrible, la protagonista de mi propia pel赤cula", evoca. Teresa, en cambio, lamenta c車mo en varias ocasiones tuvo que justificar hasta el absurdo sus decisiones y sospechas ante su entorno. E incluso, con las agresiones ya consumadas, ante las autoridades. Aterriz車 en la casa de acogida con lo puesto. "Entran y salen muchas chicas y no sabes qui谷nes son, todas est芍n confundidas. Pero mi hija entend赤a perfectamente por qu谷 est芍bamos ah赤", relata.
"La informaci車n previa es escasa. Nos encontramos con mujeres que empiezan literalmente de cero", explica la educadora social. "A ello se suma un gran sentimiento de culpabilidad y soledad. Se sienten perdidas porque han estado anuladas. No te saben contestar una pregunta tan b芍sica como 't迆 qu谷 quieres, qu谷 te gusta hacer'".
"La informaci車n previa es escasa. Nos encontramos con mujeres que empiezan literalmente de cero"
La estancia comienza con un periodo de evaluaci車n de 15 d赤as. El personal, habitualmente compuesto por trabajadoras sociales, psic車logas y educadoras, elabora un plan acorde a la situaci車n de cada mujer. En muchas ocasiones, lo m芍s acuciante es la log赤stica: cambiar a los menores de colegio, encontrar otro centro salud, gestionar las cuentas bancarias. "Lo primero que hicieron por m赤 fue escucharme y acompa?arme. Sent赤 alivio cuando me ayudaron con cosas tan simples como los tr芍mites en los juzgados", dice Teresa.
Una rutina personalizada
Despu谷s, el d赤a a d赤a se divide entre actividades destinadas a la recuperaci車n f赤sica y ps赤quica y una rutina de absoluta normalidad, como si del hogar propio se tratara. Hay mujeres que estudian para sacarse el graduado escolar y van a la escuela de adultos. Otras aprenden idiomas o participan en cursos. A otras les tocan tutor赤as y sesiones con la psic車loga. Algunas simplemente pasan tiempo con sus hijos, leen, se relacionan, hablan.
"En funci車n del perfil de las mujeres tambi谷n hacemos talleres conjuntos. Ahora hay gente muy joven que est芍 en un punto similar y trabajamos, por ejemplo, el amor rom芍ntico. O habilidades marentales, ya que muchas mujeres no las han podido desarrollar a causa de su situaci車n personal", detalla la trabajadora social del centro de Teresa. "En otro momento programaremos temas de alimentaci車n: la violencia de g谷nero genera ansiedad, bulimia, anorexia. Muchas chicas j車venes no est芍n a gusto con su cuerpo por el maltrato verbal que han experimentado".
El 'Proyecto 139', una iniciativa premiada
En colaboraci車n con entidades sociales e instituciones p迆blicas, Clece llev車 a cabo en 2018 un proyecto para contratar a lo largo de un a?o a 139 mujeres v赤ctimas de violencia de g谷nero. Finalmente, el n迆mero de contrataciones ascendi車 a 169, una iniciativa que acaba de ser premiada por el Ayuntamiento de M車stoles en la IV Edici車n de los Premios M車stoles contra la violencia de g谷nero.
La compa?赤a, que cuenta con convenios con 200 asociaciones y fundaciones locales y nacionales, ha impulsado numerosos proyectos por la inserci車n laboral y ha establecido medidas internas para apoyar a las empleadas que hayan sufrido esta violencia, como asesoramiento legal, reubicaci車n laboral en otras Comunidades Aut車nomas y conciliaci車n individualizada.
Son cuatro los objetivos esenciales de la estancia, enumera la psic車loga Ana: "El empoderamiento de la mujer: que se sienta como una figura independiente y segura y no como v赤ctima vulnerable y dependiente. La recuperaci車n de las secuelas. La interacci車n con el entorno y el establecimiento de redes sociales. Y la elaboraci車n de un nuevo proyecto de vida".
La importancia del empleo
Obtener un empleo fue la herramienta que dio alas a Teresa y M車nica para salir del c赤rculo vicioso de la violencia. Las dos lo encontraron a los pocos meses de entrar en la casa. M車nica lo hab赤a perdido a causa de las adicciones de su marido. Teresa lo dej車 cuando la convivencia se hizo insostenible. "El trabajo es vital. No puedes depender de las instituciones. Necesitas autonom赤a. La capacidad de poder ahorrar", afirma M車nica, que estaba divorciada de su pareja "para que no pudiese tocar mi n車mina".
"Lo m芍s importante que he sacado es mi trabajo y las personas que he conocido dentro", considera Teresa, que sali車 de la casa hace un a?o aunque guarda una relaci車n estrecha con varias trabajadoras. "Salir te produce sensaciones nuevas porque te sientes fuerte, ves que puedes ir d赤a a d赤a, vivir con tu hija, trabajar y organizarte. Pero toda esa euforia baja porque la preocupaci車n nunca se va. Esa persona sigue fuera. Lo sobrellevas como puedes".
"Por regla general, no hay convenios para la reinserci車n laboral en empresas", lamenta la educadora social. "No se ha desarrollado la ley y no hay ning迆n protocolo p迆blico. Los pocos puestos logrados son mediante acuerdos puntuales con compa?赤as privadas". Seg迆n la Delegaci車n del Gobierno para la Violencia de G谷nero, el a?o pasado se firmaron 1.000 contratos bonificados a mujeres v赤ctimas de violencia machista. La trabajadora social subraya la utilidad de estas oportunidades laborales. "Las mujeres que salen con un trabajo de aqu赤 consideramos que han llevado a cabo procesos completos", se?ala. Algo que este 25 de noviembre, D赤a Internacional de la Eliminaci車n de la Violencia contra la Mujer, resalt車 el movimiento feminista, que incluy車 en su manifiesto la urgencia de pol赤ticas para la garant赤a laboral y la independencia econ車mica.
Las mujeres con hijos en com迆n con su agresor tienen m芍s complicado rehacer su vida, consideran las expertas. A veces estos se convierten en un mecanismo de control invisible. "El agresor no desaparece nunca: lo ves en las visitas, en los puntos de encuentro, con los familiares... Y las protecciones no son eternas", entiende la educadora social. Solo en 2018 se expidieron 39.176 車rdenes. "Existen casos en los que no se incumplen las 車rdenes de alejamiento y todo va bien. Pero son los menos". El endurecimiento de las medidas a padres maltratadores para impedir que los hijos e hijas sufran esa violencia es tambi谷n una petici車n del movimiento feminista, recogida en el Pacto de Estado contra la Violencia de G谷nero, aprobado en 2017 y todav赤a sin un desarrollo completo.
"La violencia de g谷nero es la consecuencia m芍s grave de la desigualdad real de nuestra sociedad"
La psic車loga reclama como factor fundamental de cambio una mayor implicaci車n de todos los actores. "Se necesita mucha m芍s informaci車n, sensibilizaci車n y sobre todo educaci車n para que se entienda que la violencia de g谷nero es la consecuencia m芍s grave de la desigualdad real de nuestra sociedad", sintetiza.
Por el momento, Teresa vive en otra ciudad con su hija. Ha conocido "gente normal". "Para m赤 era muy importante saber que hab赤a personas as赤", dice con cierta sorpresa todav赤a. M車nica asegura que a su manera es feliz. "A mis 61 a?os pienso en m赤, mira qu谷 cosa m芍s sencilla. Tengo mi piso, trabajo y hago mi vida, de single, y el d赤a que libro me tomo un martini", describe.