La prisi¨®n permanente para El Chicle pende de una brida
El jurado debe decidir, sin ADN ni desgarros, si Diana Quer fue violada
Una brida de color negro, de 70 cent¨ªmetros de longitud y ocho mil¨ªmetros de grosor, es la supuesta arma homicida, pr¨¢cticamente ausente de la literatura forense, que Jos¨¦ Enrique Abu¨ªn Gey, alias El Chicle, emple¨® para estrangular a Diana Quer. La correa pl¨¢stica emergi¨® en el levantamiento del cad¨¢ver del pozo donde la v¨ªctima hab¨ªa permanecido oculta durante 496 d¨ªas. Si el jurado considera probado que esa brida fue el objeto utilizado por el autor confeso de la muerte de la chica, entonces seguramente aceptar¨¢ completa la tesis de la acusaci¨®n, que sostiene que la muchacha fue raptada en su pueblo de vacaciones y transportada viva en el maletero del coche del agresor durante 24 kil¨®metros para ser violada en una f¨¢brica abandonada.?
Seg¨²n el relato de los buzos que extrajeron el cuerpo de la muchacha de 18 a?os y tambi¨¦n seg¨²n los forenses, la sujecci¨®n apareci¨® enredada en la melena de la joven, casi camuflada por el color oscuro del pelo, y lleg¨® a la superficie junto a la cabeza, entre el cabello que conservaba la v¨ªctima en la zona occipital. Pero la letrada de la administraci¨®n de justicia que levantaba acta, de pie junto al juez, en aquella larga madrugada del 31 de diciembre de 2017 en que Abu¨ªn decidi¨® hablar, no recogi¨® la existencia de ninguna brida.
En aquel s¨®tano de la vieja f¨¢brica, en torno al pozo que luego fue drenado, se arremolinaban decenas de personas trabajando, alumbrados por grupos electr¨®genos que hubo que llevar de fuera, porque en las instalaciones, embargadas y abandonadas, no hab¨ªa luz el¨¦ctrica. Las dimensiones de la correa, que fue fotografiada horas despu¨¦s, ya durante el d¨ªa, en Santiago junto a la mesa de autopsias, bailaron luego en la sucesiva documentaci¨®n. Y, cuando se analiz¨® en el Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa, la pieza de convicci¨®n fue troceada en busca de un ADN que nunca apareci¨®.
La acusaci¨®n se aferra al edema que enfrent¨® a los forenses
Uno de los momentos m¨¢s tensos del juicio se produjo el pasado jueves, cuando un forense p¨²blico designado para ¡°revisar¡± en fotograf¨ªas la autopsia original lleg¨® a la sala anunciando algo que hab¨ªa silenciado en su informe por escrito: la existencia de ¡°un edema importante en los labios mayores¡± concordante con posibles ¡°maniobras sexuales intempestivas¡±. Los autores de la autopsia sobre el cad¨¢ver lo rechazaron de forma tajante y aseguraron que las capas m¨¢s superficiales del cuerpo hab¨ªan desaparecido, por lo que, de haber existido, en los genitales no quedaba se?al alguna de violencia.
Ayer, la defensa calific¨® la maniobra del forense del ¡°edema¡± como propia de ¡°un circo donde vale todo para castigar al monstruo¡±. Y a pesar de que la hip¨®tesis fue refutada por los propios compa?eros del m¨¦dico en el Instituto de Medicina Legal de Galicia, tanto el abogado de la acusaci¨®n como la fiscal del caso se aferraron a ella en sus conclusiones. Ante el jurado, la representante del ministerio p¨²blico incluso afirm¨® que todos los forenses del caso respaldaban esta teor¨ªa que no existe en papel alguno.
El jurado del caso Diana Quer, la veraneante madrile?a que falt¨® de A Pobra do Carami?al (A Coru?a) el 22 de agosto de 2016, inici¨® hoy martes a las cuatro de la tarde su aislamiento para llegar a un veredicto para El Chicle. El hombre, de 43 a?os, est¨¢ acusado de detenci¨®n ilegal, agresi¨®n sexual y asesinato con alevos¨ªa y ensa?amiento con la agravante de g¨¦nero. La brida solo ser¨ªa el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una secuencia de hechos en la que el pozo ser¨ªa el largo ep¨ªlogo que mantuvo la incertidumbre de una desaparici¨®n en la familia de la v¨ªctima.
Si la brida estrangul¨® a Diana, todo el relato de Abu¨ªn se desmorona, porque esa arma no se pudo colocar y apretar por accidente en plena v¨ªa p¨²blica aunque fuera de noche. Y a la v¨ªctima no la obligar¨ªa a subir al coche por el simple hecho de raptarla, sino con otro fin delictivo. La colocaci¨®n de la correa (y no la muerte por un apret¨®n sorpresivo del cuello que cuenta El Chicle) llevar¨ªa aparejada la resistencia de la joven. Y en consecuencia, mantiene la acusaci¨®n, tambi¨¦n supondr¨ªa el amordazamiento y la atadura de las manos con esas cintas adhesivas de 50 y 53 cent¨ªmetros que aparecieron en el fondo del pozo y que no se llegaron a analizar, seg¨²n se dijo en el juicio, por el grado de desgaste que presentaban.
Nueva petici¨®n de perd¨®n
Y mientras la fiscal¨ªa y la familia de la v¨ªctima reclaman la prisi¨®n permanente revisable, la abogada de oficio de Abu¨ªn pide una pena de entre dos a?os y medio y siete, porque su cliente solo ha reconocido un homicidio y ¡°no hay pruebas¡± de nada m¨¢s. La muerte de Diana Quer, seg¨²n el preso, se produjo en cuesti¨®n de segundos y nada m¨¢s toparse ambos por la calle, cuando el acusado apret¨® el cuello de la muchacha con las manos al sentirse descubierto por ella cuando robaba gasoil.
En la ¨²ltima sesi¨®n del juicio en Santiago, El Chicle tuvo la palabra y solo la aprovech¨® para pedir p¨²blicamente ¡°perd¨®n¡±. La anterior vez que lo hizo fue en abril, cuando se celebr¨® el proceso por la detenci¨®n ilegal e intento de agresi¨®n sexual de otra mujer, por lo que fue condenado a cinco a?os. Su letrada en esta ocasi¨®n, Mar¨ªa Fernanda ?lvarez, aprovech¨® ayer al m¨¢ximo el alegato para sembrar dudas en el jurado sobre los indicios fundamentales del caso, como son la brida ¡°que nunca estuvo en el cuello¡±; los informes de telefon¨ªa que revelan que la v¨ªctima no se encontr¨® con El Chicle donde ¨¦l dijo; o el diagn¨®stico de los forenses que realizaron la autopsia.
Estos determinaron que la muchacha apareci¨® con el hueso hioides (situado sobre la nuez) fracturado y con erosiones en las v¨¦rtebras y, a pesar de la ausencia de literatura m¨¦dica, comprobaron que esas lesiones eran compatibles con un estrangulamiento de una brida. El hioides de la joven de 18 a?os, por edad, sexo y altura (1,75 de estatura), era "mucho m¨¢s el¨¢stico" que en humanos mayores. Era, dijeron los peritos, "muy dif¨ªcil de romper", y de hacerse con las manos "har¨ªa falta la fuerza de 20 hombres". Pero de haber sido con la correa pl¨¢stica hallada, seg¨²n los expertos en medicina legal que declararon, no cabr¨ªa el homicidio involuntario: el acusado tendr¨ªa que haber ido cerrando la correa hasta alcanzar esa apertura de nueve cent¨ªmetros de di¨¢metro que presentaba la brida del pozo. Y mantener as¨ª apretado el cuello de Diana Quer (de entre 11 y 12 cent¨ªmetros) al menos cinco minutos.
La defensa pidi¨® al jurado que delibere ¡°con la inteligencia, no con las v¨ªsceras¡±. Pint¨® al acusado como ¡°un lig¨®n baboso¡± frente al ¡°depredador sexual¡± que dibuja la acusaci¨®n. Y construy¨® la idea de una suerte de conspiraci¨®n orquestada por la Guardia Civil, la acusaci¨®n, los forenses y la prensa, ¡°obsesionados¡± por ¡°incriminar a El Chicle¡±, ¡°un ser humano al que han tratado como un monstruo¡± en un linchamiento p¨²blico propio del ¡°Santo Oficio¡±.
Seg¨²n ella, no hubo estrangulamiento como dictaminan los m¨¦dicos, sino ¡°dislocaci¨®n¡± de v¨¦rtebras y desnucamiento instant¨¢neo. La chica tampoco fue raptada, ni viaj¨® viva a la nave abandonada de Rianxo (a 24 kil¨®metros del punto en que fue interceptada) donde estaba el pozo y donde nunca fue violada. ¡°Los forenses no encontraron nada: no hay semen, ni sangre, ni desgarros¡±. Los peritos explican, sin embargo, que el cad¨¢ver estaba ¡°lavado¡± de cualquier rastro por el agua del pozo y que hab¨ªa perdido la piel.
Ante estas ausencias, para llegar a un veredicto, las cuatro mujeres y los cinco hombres del jurado tendr¨¢n que atender a los indicios que rodean el caso y a las circunstancias en que apareci¨® el cuerpo desnudo de la joven. Esta falta de ropa, no obstante, no es indicativa para la defensa de una agresi¨®n sexual, "porque Ana Julia tambi¨¦n desnud¨® al ni?o Gabriel". Para la culpabilidad, har¨¢n falta siete votos de nueve. Para la no culpabilidad, con cinco bastar¨¢.
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