La Comisi¨®n Europea quiere blindar en una ley el fin de los combustibles f¨®siles
Bruselas lanza una norma de cambio clim¨¢tico para erradicar las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050
La Comisi¨®n Europea quiere blindar a trav¨¦s de una ley la erradicaci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero de la econom¨ªa del viejo continente. El objetivo que ya han consensuado los Veintisiete y el resto de instituciones es el fin de esas emisiones ¨Dcuya principal fuente son los combustibles f¨®siles¨D en 2050. Y, para alcanzar esa meta, la Comisi¨®n lanzar¨¢ el mi¨¦rcoles una propuesta de regulaci¨®n que le permitir¨ªa analizar cada cinco a?os la senda de descarbonizaci¨®n de la UE y verificar si las medidas adoptadas por los Veintisiete son suficientes. Adem¨¢s, en el borrador de la Ley Europea del Clima, al que ha tenido acceso EL PA?S, el Ejecutivo de Ursula von der Leyen se compromete en septiembre a aumentar los objetivos de reducci¨®n de emisiones de di¨®xido de carbono para 2030. Doce pa¨ªses, entre ellos Espa?a y Francia, han pedido adelantar esa fecha a junio.
La Comisi¨®n Europea quiere blindar 2050 como el a?o para alcanzar la neutralidad clim¨¢tica en el continente. El vicepresidente ejecutivo, Frans Timmermans, ma?ana dar¨¢ el pistoletazo de salida la consagraci¨®n de esa fecha en una propuesta de regulaci¨®n que se?ala que ese objetivo debe ser alcanzado ¡°de forma colectiva¡± mediante la adopci¨®n de las ¡°medidas necesarias¡± por parte de las instituciones europeas. Ese borrador de ley deber¨¢ ser negociado con el Consejo y la Euroc¨¢mara, donde hay sectores que ya ven con recelos algunos aspectos de la propuesta.
La UE logr¨® salvar los muebles el pasado mes de diciembre despu¨¦s de que los jefes de Estado y Gobierno pactaran la meta de cero emisiones de di¨®xido de carbono en 2050. Esa fue, sin embargo, una amarga victoria para el bloque comunitario por la salvedad que oblig¨® a introducir Varsovia. Polonia, una de las mayores econom¨ªas del continente y de las m¨¢s dependientes del carb¨®n, dec¨ªa no estar en disposici¨®n de cumplir esos objetivos. Por ahora, el bloque comunitario est¨¢ usando la zanahoria para convencer al Gobierno de Kaczynski: con dinero y buscando flexibilidad asumiendo que unos Estados har¨¢n m¨¢s que otros.
Pero si la negociaci¨®n para fijar la meta de la neutralidad clim¨¢tica ¨Dque las emisiones de efecto invernadero sean cero o que se compensen con las absorciones, por ejemplo, a trav¨¦s de nuevos bosques¨D para dentro de 30 a?os fue complicada, podr¨ªa serlo a¨²n m¨¢s establecer nuevos objetivos m¨¢s ambiciosos para dentro de solo una d¨¦cada. En 2014 la UE se comprometi¨® a reducirlas un 40% en 2030 respecto a los niveles de 1990. Ese fue el plan que puso sobre la mesa Europa cuando firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs en 2015 ¨Dtodos los pa¨ªses firmantes deben presentar planes de recorte con metas concretas cuando se suman al pacto clim¨¢tico¨D. Pero la UE sab¨ªa que deb¨ªa revisarlo al alza, como el resto de firmantes, en 2020.
La ley que Timmermans presentar¨¢ ma?ana no solo es la pieza clave del Nuevo Pacto Verde. Tambi¨¦n es la f¨®rmula con la que Bruselas quiere atar a los pa¨ªses a descarbonizar la econom¨ªa europea en las pr¨®ximas tres d¨¦cadas. Para ello, la Comisi¨®n Europea quiere elevar el list¨®n y ¡°revisar el objetivo clim¨¢tico de la Uni¨®n para 2030 y explorar nuevas opciones para una nueva meta en 2030 para una reducci¨®n del 50% al 55% en las reducciones de emisiones en comparaci¨®n con los niveles de 1990¡±, seg¨²n el borrador. Bruselas se compromete a tener preparada para junio de 2021 una evaluaci¨®n de todo cuanto debe retocar para llegar a esa aspiraci¨®n. La Comisi¨®n propone en el borrador fijar la trayectoria a partir de 2030 teniendo en cuenta criterios como la competitividad de la econom¨ªa, la mejor tecnolog¨ªa disponible, la eficiencia energ¨¦tica, la justicia y solidaridad entre pa¨ªses miembros y en las transiciones y las pruebas cient¨ªficas que vayan public¨¢ndose.
Un grupo de 12 pa¨ªses, no obstante, han enviado una carta a Timmermans reclam¨¢ndole que actualice lo antes posible sus planes de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero. Espa?a, Francia, Italia y Holanda, entre otros, quieren llegar a la Cumbre del Clima de Glasgow, que se celebra en noviembre, con los deberes hechos y piden m¨¢s ambici¨®n a la Comisi¨®n Europea. Alemania, que no firma esa carta, se ha comprometido para 2050, pero titubea en cuanto a aumentar los recortes para 2030. Y en el otro extremo, el llamado Eje de Visegrado ¡ªPolonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia¡ª arrastra los pies al considerar que una mayor ambici¨®n puede suponer un frenazo a sus econom¨ªas.
Esta d¨¦cada ser¨¢ clave en la lucha contra el calentamiento global, seg¨²n se desprende de los informes elaborados por el IPCC, el grupo de cient¨ªficos que asesora a la ONU. El Acuerdo de Par¨ªs establece una meta: que el incremento de la temperatura media del planeta no supere los dos grados cent¨ªgrados respecto a los niveles preindustriales y, en la medida de lo posible, los 1,5 grados. Las emisiones de gases de efecto invernadero que el ser humano ha emitido desde la Revoluci¨®n Industrial han llevado ya ese incremento de la temperatura a 1 grado. Y los planes que los pa¨ªses firmantes del Acuerdo de Par¨ªs han puesto hasta ahora sobre la mesa har¨¢n, seg¨²n los an¨¢lisis de la ONU, que aumente entre tres y cuatro grados a final de siglo.
Por eso el Acuerdo de Par¨ªs fijaba un sistema de revisi¨®n al alza de los planes de recorte de emisiones de los Estados, que deben actualizarse cada cinco a?os. La propuesta de la Comisi¨®n hace suyo tambi¨¦n ese sistema al instaurar revisiones cada cinco a?os de la senda hacia la descarbonizaci¨®n de Europa. Propone ir comprobando cada paso que se da y adoptando nuevas medidas mediante ¡°actos delegados¡±. Esa figura permite sortear las complejas y largas negociaciones con el Consejo y el Parlamento Europeo, que simplemente deber¨ªan decir si est¨¢n o no de acuerdo con las propuestas que les lleve el Ejecutivo. Los sectores m¨¢s conservadores de ambas instituciones, sin embargo, recelan de esa posibilidad.
Para asegurar que Europa no se desv¨ªa de esa senda, a partir de 2023 Bruselas cada cinco a?os har¨¢ una evaluaci¨®n del progreso en el conjunto de la Uni¨®n y de las medidas adoptadas por los pa¨ªses. En caso de que el Ejecutivo comunitario vea que el conjunto de los Veintisiete pierde el ritmo, podr¨¢ tomar ¡°las medidas necesarias¡± para enderezar la situaci¨®n. En el caso de los pa¨ªses, podr¨¢ formular recomendaciones y hacerlas p¨²blicas. Los pa¨ªses las ¡°deber¨¢n tener en cuenta¡± en un ¡°esp¨ªritu de solidaridad¡± entre Estados y, en caso de ignorarlas, deber¨¢n explicar a la Comisi¨®n las razones de ese rechazo. La transparencia y la rendici¨®n de cuentas p¨²blicas es tambi¨¦n otro de los ejes del Acuerdo de Par¨ªs, que, a diferencia de otros tratados, no contempla sanciones por los incumplimientos. Bruselas, con su propuesta, asume esa misma filosof¨ªa y apuesta por hacer p¨²blicos los an¨¢lisis de los incumplimientos de los Estados como herramienta de presi¨®n.
La propuesta de ley, adem¨¢s, reafirma la vocaci¨®n de la UE a ejercer un ¡°liderazgo global¡± en la transici¨®n hacia la neutralidad clim¨¢tica. Se trata de la ¡°diplomacia clim¨¢tica¡± que Bruselas quiere desplegar con instrumentos como los tratados comerciales, en los que quiere incluir cl¨¢usulas para que sus socios asuman los Acuerdos de Par¨ªs. Ello no solo tiene un objetivo de arrastrar a otros Estados hacia sus objetivos, sino tambi¨¦n de asegurar que otras regiones no ejercen una competencia desleal y evitar lo que se conoce como fuga de carbono (el traslado de una empresa debido a la aplicaci¨®n de unas pol¨ªticas clim¨¢ticas solo en un determinado territorio).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.