Bruselas fija el fin de la era de los combustibles f¨®siles en Europa en 2050
La Comisi¨®n defiende los beneficios econ¨®micos de eliminar por completo los gases de efecto invernadero de la UE para mediados de siglo
La era de la combusti¨®n en Europa ¨Cen la que el carb¨®n, el petr¨®leo y el gas natural han sido los motores de su pr¨®spera econom¨ªa¨C tiene fecha de caducidad: 2050. La Comisi¨®n Europea propone que las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE desaparezcan a mediados de siglo, lo que implica dejar de lado esos combustibles f¨®siles que han disparado el crecimiento de Occidente desde 1950. Bruselas plantea, entre otras cuestiones, que el 80% de la electricidad provenga de renovables en 2050 o utilizar la fiscalidad para luchar contra las tecnolog¨ªas m¨¢s sucias. A cambio, la Comisi¨®n defiende los beneficios econ¨®micos de esta transici¨®n para la UE.
El Parlamento Europeo inst¨® hace un a?o a la Comisi¨®n a que presentara una estrategia de largo recorrido para que la Uni¨®n Europea (UE) est¨¦ libre de esas emisiones para mediados de siglo. Y Bruselas la presentar¨¢ este mi¨¦rcoles. En el documento, al que ha accedido EL PA?S, se se?ala que las pol¨ªticas vigentes en la UE solo conducir¨¢n a reducir estas emisiones en un 60% para 2050. "Esto no es suficiente para que la UE contribuya a los objetivos del Acuerdo de Par¨ªs", admite Bruselas en su documento. De ah¨ª que sean necesarias nuevas pol¨ªticas y fijar un objetivo de emisiones cero para mediados de siglo.
El Acuerdo de Par¨ªs reconoce que ya es irreversible el calentamiento global, por eso los firmantes se conforman con que el aumento de la temperatura a final de siglo no supere un incremento m¨¢ximo de 1,5 a 2 grados. Ese el margen para evitar las peores cat¨¢strofes clim¨¢ticas. Lograr esa meta requiere que todos los pa¨ªses presenten planes de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. Europa en estos momentos acumula el 10% de las emisiones mundiales.
M¨¢s ambicioso
La estrategia de emisiones cero en 2050 implica aumentar la ambici¨®n europea en la guerra contra el calentamiento; en 2009 la UE estableci¨® una reducci¨®n para 2050 del 80% al 95% de sus emisiones. Entre las razones que la Comisi¨®n da ahora para elevar los esfuerzos est¨¢ el reciente informe del IPCC ¨Cel equipo cient¨ªfico que asesora a la ONU¨C en el que se urge a los pa¨ªses a actuar ante el riesgo de fracasar y no cumplir con lo acordado en Par¨ªs en pocas d¨¦cadas.
La Comisi¨®n intenta despejar los miedos cuando recuerda en su estrategia que se puede crecer econ¨®micamente y reducir los gases de efecto invernadero a la vez. Europa lo ha hecho: entre 1990 y 2016, esas emisiones descendieron en la UE un 22% mientras el PIB crec¨ªa un 54%. Con su propuesta Bruselas env¨ªa ahora una potente se?al pol¨ªtica. Tambi¨¦n para sectores como el energ¨¦tico o el del transporte, con la industria del autom¨®vil embarcada ya en una carrera tecnol¨®gica para adaptarse al nuevo modelo.
En el documento se incide en los beneficios de esta carrera de largo recorrido. Los impactos econ¨®micos totales ¡°son positivos a pesar de las importantes inversiones adicionales que requieren¡±, se?ala la Comisi¨®n. Seg¨²n los c¨¢lculos de Bruselas, el PIB se incrementar¨¢ en un 2% adicional con las pol¨ªticas de descarbonizaci¨®n que conducir¨¢n al objetivo de emisiones cero. Y eso sin contar con el beneficio econ¨®mico que supone la erradicaci¨®n de los da?os ocasionados por el cambio clim¨¢tico, que un reciente informe oficial de Bruselas cifraba en 240.000 millones de euros anuales si fracasa el Acuerdo de Par¨ªs.
Pero las buenas intenciones que la Comisi¨®n expone en este documento han de ser refrendadas y concretadas en un paquete de medidas amplio como el que ya existe para el periodo comprendido desde ahora hasta 2030.
Los Veintisiete deben todav¨ªa dar luz verde a esta estrategia. La predisposici¨®n parece favorable. Los ministros de Medio Ambiente de una decena de Estados ¨Centre ellos Espa?a, Francia e Italia¨C firmaron hace dos semanas una carta conjunta dirigida al comisario de Acci¨®n por el Clima y Energ¨ªa, Miguel Arias Ca?ete, en la que le instaban a ser ambicioso y cumplir con el objetivo de cero emisiones en 2050. Sin embargo, pa¨ªses como Alemania, el motor econ¨®mico europeo, no se han pronunciado al respecto.
Muertes prematuras
Una vez el plan obtenga el visto bueno, la maquinaria comunitaria se pondr¨¢ en marcha para legislar, pero con el objetivo de cero emisiones en el horizonte. La estrategia para 2050 se debatir¨¢ tambi¨¦n hoy en el Parlamento Europeo.
Arias Ca?ete resalta que el plan de Bruselas tambi¨¦n "reducir¨¢ las muertes prematuras por contaminaci¨®n del aire en m¨¢s de un 40%, y los costes sanitarios se rebajar¨¢n en 200.000 millones de euros anuales". Los c¨¢lculos de la Comisi¨®n pronostican a la vez un descomunal ahorro gracias a la nula dependencia de las importaciones de petr¨®leo: en total, entre dos y tres billones de euros de 2030 a 2050.
La estrategia de la Comisi¨®n es expl¨ªcita cuando aborda la transformaci¨®n del sector el¨¦ctrico. El abaratamiento de los costes de las renovables ha permitido una r¨¢pida implantaci¨®n de estas energ¨ªas limpias. Para 2050, Bruselas recuerda que "m¨¢s del 80% de la electricidad vendr¨¢ de fuentes renovables". A ello la Comisi¨®n suma otro 15% procedente de la nuclear ¨Cque no expulsa CO2, pero que tiene otros problemas relacionados con los residuos¨C para hablar de un modelo de generaci¨®n el¨¦ctrica libre al 100% de gases de efecto invernadero. Esta hoja de ruta supone el cierre de todas las centrales de carb¨®n y gas natural.
En el caso del transporte, donde existen importantes presiones de los fabricantes de autom¨®viles, la Comisi¨®n no profundiza tanto. Aunque el documento se refiere a la importancia de la electrificaci¨®n de coches y camiones, no cierra la puerta a "combustibles alternativos", como biocarburantes. El documento s¨ª recoge la pol¨¦mica t¨¦cnica de captura y almacenaje de di¨®xido de carbono, rodeada de un gran rechazo social. Sin embargo, la Comisi¨®n defiende que su "despliegue" sigue siendo "necesario". Bruselas, adem¨¢s, destaca la importancia de usar los impuestos y subvenciones como una "herramienta eficiente para la pol¨ªtica ambiental".
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