¡°Hay gente que ha perdido el sentido com¨²n¡±
Cientos de barceloneses desobedecen a las autoridades y se van de fin de semana a la Cerdanya, en el Pirineo catal¨¢n
El sonido de la naturaleza se ha hecho due?o de la estaci¨®n de servicio de Montserrat. La gasolinera est¨¢ vac¨ªa, como lo est¨¢ la autopista C-16. El piar de multitud de aves entre los bosques de pinos se oye con nitidez gracias a la muy escasa presencia de veh¨ªculos transitando. La rara soledad del lugar provoca inquietud al visitante ocasional, como si estuviera en el escenario de una pel¨ªcula apocal¨ªptica. De la inquietud generada por la crisis del coronavirus han huido cientos de barceloneses que en los d¨ªas previos tomaron la C-16 para refugiarse en sus segundas residencias de la Cerdanya.
La Cerdanya es uno de los destinos predilectos en Catalu?a para el esqu¨ª. Los decretos de la Generalitat han cerrado las estaciones de deportes de invierno y los establecimientos comerciales. El final de la temporada de esqu¨ª se ha precipitado, pero la Cerdanya ha recibido con recelo a numerosos vecinos estacionales, que haciendo caso omiso de las autoridades sanitarias han decidido desplazarse fuera de sus respectivos municipios.
¡°A nosotros nos hubiera gustado quedarnos, pero no hay hoteles, y tal como est¨¢n las cosas, mejor volver a Barcelona¡±. Jordi Bel, piloto comercial, describ¨ªa su plan para ayer s¨¢bado acompa?ado por su pareja mientras ambos se zampaban un bocadillo en el aparcamiento de una gasolinera de Berga. Las limitaciones en el tr¨¢fico a¨¦reo dejaron a Bel en tierra y su programa de actividades en la Cerdanya consist¨ªa en unas horas de excursi¨®n por el monte y un almuerzo a base de carne a la brasa en alg¨²n restaurante. Esta ¨²ltima opci¨®n no ser¨ªa posible porque toda la oferta de restauraci¨®n de la comarca hab¨ªa bajado la persiana.
En el supermercado Caprabo del pueblo de Alp, el parking estaba ocupado a mediod¨ªa por cuarenta veh¨ªculos de propietarios de viviendas vacacionales de la zona. Una empleada protegida con unos guantes regulaba por turnos el acceso de los clientes. Uno de ellos era Ricard Capdevila, maestro de profesi¨®n en Barcelona, y que corroboraba, con dos botes de alubias en las manos, que se dispon¨ªa a pasar las semanas de confinamiento en su torre de la monta?a, junto a su mujer y su suegra de 90 a?os. ¡°Es m¨¢s seguro estar aqu¨ª. En Barcelona vivimos en un bloque de pisos, con muchos vecinos, y solo con subir el ascensor ya asumes un riesgo¡±. Capdevila aseguraba que segu¨ªan las recomendaciones de seguridad y que no ten¨ªan intenci¨®n de salir de su chalet con jard¨ªn. La ¨²nica recomendaci¨®n que los Capdevila no atendieron era la de quedarse en su ciudad.
¡°Los catalanes somos conocidos por nuestro seny, pero hay gente que ha perdido este sentido com¨²n. Esto no son unas vacaciones. Cumplir con las normas es f¨¢cil. ?Pero vienen con los ni?os cuando les han dicho que no se muevan!¡±, dec¨ªa, indignado, Jordi Segarra, gerente de la droguer¨ªa Segarra de Puigcerd¨¤. El comerciante hab¨ªa pegado en el suelo una l¨ªnea con cinta aislante a dos metros del mostrador, para separar a los clientes.
Eva Villar y su marido son un matrimonio de barceloneses que consideraban quedarse con sus dos hijos en la Cerdanya. Villar se preparaba para atender unos r¨¢pidos encargos en Puigcerd¨¤ y ped¨ªa a su interlocutor que mantuviera una distancia de precauci¨®n, mientras ordenaba a los ni?os que se mantuvieran dentro del todoterreno familiar. Las calles del municipio estaban pr¨¢cticamente vac¨ªas y solo los muchos veh¨ªculos estacionados delataban a las personas de fuera de la regi¨®n. Villar comentaba que su intenci¨®n era establecerse temporalmente en su casa de veraneo y trabajar a distancia, aunque admiti¨® que pod¨ªan cambiar de opini¨®n si el Gobierno les imped¨ªa el retorno a Barcelona.
Otras zonas del Pirineo catal¨¢n, como el Valle de Ar¨¢n (Lleida), est¨¢n recibiendo visitas de propietarios de chalets procedentes de ¨¢reas de riesgo como Madrid, Barcelona o Pa¨ªs Vasco. ¡°Hay gente con segundas residencias que prefiere pasar aqu¨ª este momento¡±, explic¨® el viernes a EL PA?S el s¨ªndico del Valle de Ar¨¢n, Paco Boya. Ni en la Cerdanya ni en el Valle de Ar¨¢n ha habido por el momento positivos de coronavirus, aunque Boya avanz¨® que hay algunas personas, procedentes de fuera de la comarca, que est¨¢n en observaci¨®n. El director del hospital de la Cerdanya, Francesc Bonet, pidi¨® a la poblaci¨®n que no se desplace a otros municipios y record¨® que el hospital solo tendr¨ªa capacidad para ingresar a 12 enfermos de Covid-19, seg¨²n inform¨® a la agencia ACN.
Marc Soler e Irene Zaragoza, dos estudiantes universitarios, se preparaban para volver por la tarde a Castelldefels (Barcelona). Tras dormir el viernes en La Cerdanya, conceden que hab¨ªan optado por seguir los consejos de la madre de Soler: ¡°Est¨¢ muy nerviosa, tiene miedo. No ha parado de llamarme para decirme que volvamos ya¡±.
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