Inmigrantes al rescate

La crisis del coronavirus ha destapado de manera salvaje lo que ya era una realidad hace tiempo, y es que no existe futuro para los sistemas de salud de los pa¨ªses ricos sin la contribuci¨®n de los profesionales inmigrantes. Por eso resulta obscena la carrera desatada en las ¨²ltimas semanas entre algunos gobiernos por identificar o atraer talento extranjero que apuntale las respuestas sanitarias de emergencia: los obst¨¢culos administrativos, legales y pol¨ªticos que hasta ayer eran insalvables se han volatilizado por arte de magia.

En el corto plazo, esta crisis deber¨ªa ayudarnos a reconsiderar pol¨ªticas migratorias que responden mucho mejor al populismo nacionalista que a los intereses de todas las partes involucradas. En pa¨ªses tan diversos como Estados Unidos, Noruega, Nueva Zelanda o el Reino Unido, aproximadamente uno de cada tres m¨¦dicos proviene del exterior. Las cifras en el ¨¢mbito de la enfermer¨ªa y otras profesiones sanitarias son similares, de acuerdo con la OCDE. Alemania ha incluido este sector entre las capacidades esenciales para las que el pa¨ªs necesitar¨¢ 1,4 millones de inmigrantes en los pr¨®ximos a?os.

El Gobierno de Espa?a hab¨ªa anunciado antes de esta cat¨¢strofe su intenci¨®n de racionalizar la pol¨ªtica migratoria para cubrir las necesidades futuras de nuestro mercado de trabajo. Ha hecho falta una tragedia, pero ahora sabemos d¨®nde tenemos un buen agujero y qui¨¦n puede ayudarnos a cubrirlo. El hecho de que la Administraci¨®n haya sido capaz de cambiar tan r¨¢pido el paso solo demuestra el escaso inter¨¦s desplegado hasta ahora.

En el largo plazo, este debate ofrece una oportunidad estrat¨¦gica. A diferencia de Portugal ¨Cque ha fundamentado en la decencia colectiva la regularizaci¨®n expr¨¦s de inmigrantes sin papeles¨C, gobiernos como el estadounidense y el brit¨¢nico exhiben el utilitarismo imp¨²dico de quien vocifer¨® ¡°digo¡± y ahora susurra ¡°Diego¡±. Ser¨ªa esta una ocasi¨®n soberbia para que los pa¨ªses de origen y las instituciones internacionales respondiesen exigiendo reglas justas para lo que constituye de facto un contrato social global. Al fin y al cabo, ellos tambi¨¦n precisan hoy a esos profesionales. La crisis del coronavirus como punto de partida para un sistema migratorio ordenado, predecible, basado en reglas multilaterales y mecanismos de compensaci¨®n. Libre de la tiran¨ªa de una de las partes. En esencia, replicar la l¨®gica que hemos desarrollado en otros ¨¢mbitos de la gobernanza global, como el comercio internacional.

M¨¢s all¨¢ de la emergencia humanitaria, este terremoto pand¨¦mico va a tambalear los fundamentos de nuestro sistema pol¨ªtico y econ¨®mico, y esa podr¨ªa ser una noticia magn¨ªfica o desastrosa. En debates como este, Espa?a tiene la oportunidad de decidir de qu¨¦ lado quiere que caiga la pelota.

Gonzalo Fanjul es director de investigaciones de la Fundaci¨®n porCausa.

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