Tras 209 muertos y 9.034 contagios, Portugal cumple un mes de epidemia con cauto optimismo
La pr¨®rroga del estado de emergencia abre la puerta a indultos, intervenci¨®n de precios y de empresas esenciales
Mirando al vecino, Portugal no se atreve a cantar victoria un mes despu¨¦s de los primeros positivos por coronavirus. No se canta victoria, pero las previsiones, de momento, resultan m¨¢s pesimistas que la realidad. ¡°Los casos son la mitad, bastante menos de la mitad¡±, ha se?alado el presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, que, pese a ello, este jueves ha pedido al Parlamento que extienda el estado de emergencia 15 d¨ªas m¨¢s, como as¨ª ha aprobado. Para el primer ministro, Ant¨®nio Costa, abril va a ser un mes ¡°peligros¨ªsimo¡±.
El 2 de marzo, Portugal tuvo los dos primeros positivos. Un mes despu¨¦s son 9.034 y 209 personas han perdido la vida. Cada cinco o seis d¨ªas se duplican. Pero hay cifras que dan esperanzas de que el pico de contagio se aplane: ha bajado desde los tres contagios por persona al inicio de la epidemia al 1,3 tras dos semanas de confinamiento de la poblaci¨®n, que se prolongar¨¢ hasta el d¨ªa 17.
Como la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, a mediados de enero tampoco Portugal cre¨ªa que el virus iba a llegar al pa¨ªs. ¡°No hay gran probabilidad¡±, declaraba la directora general de salud, Freitas Gra?a. Los pron¨®sticos tambi¨¦n fallaron dos d¨ªas antes de los primeros contagios. ¡±No es mucho, es como una gripe¡±, dijo la directora general. Por si acaso, Portugal ten¨ªa preparado un escenario extremo en el que un mill¨®n de portugueses (la d¨¦cima parte de la poblaci¨®n) quedara infectada. El escenario m¨¢s realista era de 21.000 casos en la semana m¨¢s cr¨ªtica, con 1.700 internados. En todo marzo, los contagiados han sido 7.500, de ellos 230 han tenido que ser atendidos en la UCI.
La reacci¨®n del Gobierno portugu¨¦s fue m¨¢s r¨¢pida que las de otros gobiernos. Portugal cerr¨® las escuelas el s¨¢bado 14 de marzo tres d¨ªas despu¨¦s de que se hubieran detectado 50 positivos en el pa¨ªs. En Espa?a pasaron 12 d¨ªas,16 en Italia y 18 en el Reino Unido. Excepto Portugal, todos ellos ten¨ªan ya una ristra de v¨ªctimas mortales.
El Gobierno teme que el relativo ¨¦xito se quiebre en las vacaciones de Pascua, cuando regresan los emigrantes y los portugueses abandonan las ciudades para irse a sus segundas residencias. ¡°Este a?o, qu¨¦dense¡±, ha pedido Costa a todos. La vigilancia policial se ha ido estrechando. Si hasta ahora se realizaba en las salidas de las ciudades, desde hace unos d¨ªas, los controles se extienden a las calles de Lisboa, una vigilancia m¨¢s moral que sancionadora. Menos de cien personas han sido detenidas por desobedecer desde el inicio del estado de emergencia.
¡°Abril va a ser un mes dificil¨ªsimo¡±, advierte el primer ministro, que en esta ocasi¨®n es menos optimista que el presidente del pa¨ªs. Con 240 enfermos en las UCI, el Gobierno quiere doblar su actual n¨²mero de respiradores (unos 1.140). Y aunque los hospitales no est¨¢n superados por los ingresos de contagios, ya hay instalados hospitales de campa?a en Oporto y Lisboa y en la ciudad de Ovar.
El problema es la dificultad de comprar ¡ªal precio que sea¡ª el material sanitario necesario para combatir el virus. En las residencias de mayores, internos y cuidadores esperan a que les toque hacerse el test, y cuando llegan los resultados de las pruebas diagn¨®sticas se detecta un contagio generalizado. En algunos casos ya se ha optado por trasladar a todos a residentes y cuidadores a hospitales y cerrar los asilos. En marzo se realizaron en el pa¨ªs 69.000 pruebas diagn¨®sticas, 40.000 de ellas en la ¨²ltima semana.
La pr¨®rroga del estado de emergencia, aprobada este jueves por el Parlamento, mantiene en funcionamiento el tejido empresarial, incluso advierte de que se proh¨ªben las huelgas en servicios esenciales; tambi¨¦n el Gobierno podr¨¢ intervenir en los precios y en los despidos. Entre la cautela y el optimismo, Costa asegura que ¡°es pronto para ver la luz al final del t¨²nel¡± y a la vez adopta todas las medidas de combate ¡°con la m¨¢xima contenci¨®n pero la m¨ªnima perturbaci¨®n¡±.
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