La generaci¨®n arrollada por dos crisis

El 24 de febrero, el mismo d¨ªa que trascend¨ªa el tercer caso de contagio por coronavirus en Espa?a, un grupo de amigos de entre 33 y 37 a?os se reun¨ªa en su bar de siempre, en Hortaleza, un barrio madrile?o de clase media que podr¨ªa ser el de cualquier otra ciudad espa?ola. En 2010 ellos mismos pusieron rostro en la portada de EL PA?S a la generaci¨®n de los nimileuristas: tres de ellos ¡ªLuis Miguel Salv¨¢ (ingeniero), Yara Blasco (soci¨®loga) y Noelia Lara (pedagoga)¡ª licenciados, no encontraba...

El 24 de febrero, el mismo d¨ªa que trascend¨ªa el tercer caso de contagio por coronavirus en Espa?a, un grupo de amigos de entre 33 y 37 a?os se reun¨ªa en su bar de siempre, en Hortaleza, un barrio madrile?o de clase media que podr¨ªa ser el de cualquier otra ciudad espa?ola. En 2010 ellos mismos pusieron rostro en la portada de EL PA?S a la generaci¨®n de los nimileuristas: tres de ellos ¡ªLuis Miguel Salv¨¢ (ingeniero), Yara Blasco (soci¨®loga) y Noelia Lara (pedagoga)¡ª licenciados, no encontraban empleo ni a tiros. Gonzalo Merch¨¢n, licenciado en Inef, daba clases en un polideportivo. Por su lado, Iv¨¢n Fern¨¢ndez (tambi¨¦n con un t¨ªtulo de FP), acababa de entrar en quiebra: su empresa de fontaner¨ªa, con 30 empleados, se hab¨ªa venido abajo. V¨ªctor Carazo, pedagogo, era becario y cobraba 520 euros al mes. Sergio Cadierno, con un m¨®dulo de inform¨¢tica, harto de no encontrar trabajo, se hab¨ªa puesto a conducir el taxi de su padre por las noches. Los tres restantes ¡ªWendy Cede?o, Mario Valledor y Agust¨ªn B.¡ª trabajaban, con salarios humildes, de peluquera, camionero y administrativo.

La cita de febrero, en la que repet¨ªan seis de los entrevistados en 2010 (el resto o no pudo o no quiso asistir), pretend¨ªa contar 10 a?os despu¨¦s la evoluci¨®n de un grupo representativo de una generaci¨®n que lleg¨® a soportar una tasa de paro del 55% y para quienes ganar 1.000 euros parec¨ªa algo inalcanzable. ?Eran una generaci¨®n perdida, como hab¨ªa vaticinado en 2010 que ser¨ªan el entonces director del FMI, Dominique Strauss-Kahn? Quiz¨¢ no ser¨ªa una historia con final feliz, pero s¨ª al menos una sin derrotados. Eran d¨ªas extra?os. El coronavirus empezaba su loca carrera hacia la muerte y la destrucci¨®n econ¨®mica. Se intu¨ªa que algo grave se acercaba. La sociedad hab¨ªa podido ver la versi¨®n oficial de lo que suced¨ªa en Wuhan. Pero todav¨ªa ganaba el descreimiento. Nadie pod¨ªa imaginar lo que se avecinaba.

El pasado 2 de abril, tras dos de las seis semanas de confinamiento acumuladas hoy, el ministro de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, le pon¨ªa cifras a la desgracia laboral causada por la pandemia: 900.000 afiliados menos en marzo, lo mismo que durante los cinco meses de zona cero de la gran recesi¨®n de 2008. Al acercar la lupa, se puede comprobar c¨®mo ha afectado ese batacazo laboral a cada grupo de edad: el paro registrado entre los menores de 25 a?os subi¨® de febrero a marzo un 10%. Entre los j¨®venes de entre 25 y 29 a?os escal¨® un 16%. Y para los que tienen entre 30 y 44 a?os, un 13,4%. Sin embargo, entre los mayores de 45 el aumento del desempleo se ha quedado en un 5,5%. Y esto es solo el comienzo. Los datos de abril ser¨¢n a¨²n m¨¢s dif¨ªciles de digerir.

¡°Esta generaci¨®n se ha visto afectada por dos grandes recesiones en el transcurso de una d¨¦cada, algo sin precedentes¡±, afirma Esteban S¨¢nchez Moreno, profesor de Sociolog¨ªa de la Complutense. ¡°El t¨¦rmino mileurista pr¨¢cticamente ya no se usa o se usa mucho menos que antes porque est¨¢ tan extendido que ha dejado de ser algo llamativo¡±. As¨ª explicaba Moreno en febrero el deterioro econ¨®mico que ha golpeado a la sociedad en la ¨²ltima d¨¦cada. Ahora, completa su an¨¢lisis: ¡°[Esta generaci¨®n] est¨¢ atrapada por la crisis econ¨®mica de una manera biogr¨¢fica. Sus empleos son de los m¨¢s fr¨¢giles, y por tanto muchos se van a ver afectados primero por las regulaciones temporales del empleo, y luego por un futuro cercano incierto. En el peor escenario, esta generaci¨®n ser¨¢ la de las tres crisis: la gran recesi¨®n de 2008, la crisis del coronavirus y [si todo va mal] la recesi¨®n econ¨®mica de la covid-19. Est¨¢n marcados por la incertidumbre. En ellos se ha hecho patente una predicci¨®n, que no una profec¨ªa, la del soci¨®logo Ulrich Beck: ¡®Nuestras sociedades son sociedades del riesgo¡±.

Alta temporalidad

¡°Si tenemos en cuenta la situaci¨®n laboral que tradicionalmente han tenido los j¨®venes espa?oles, cabe esperar que la crisis sanitaria que sufrimos vuelva a poner contra las cuerdas a este grupo, si es que alguna vez ha conseguido alejarse de ellas¡±, afirma Inmaculada Cebri¨¢n, profesora titular del departamento de Econom¨ªa de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.

¡°Su temporalidad es la m¨¢s elevada [por encima del 50%] y sus empleos los m¨¢s rotatorios¡±. En 2017, solo un 7% de los menores de 35 a?os accedi¨® a un empleo indefinido. ¡°Con estos mimbres, no se puede ser muy optimista¡±, contin¨²a la economista. ¡°Incluso si fu¨¦semos capaces de recuperar el nivel de actividad previo, su situaci¨®n no dejar¨ªa de ser tan mala como la que ten¨ªan previamente. Solo los m¨¢s formados podr¨¢n salir airosos¡±.

La mayor¨ªa de los seis amigos reunidos en febrero ya han notado los efectos del coronavirus. Cuatro de ellos est¨¢n actualmente en un proceso de ERTE: Iv¨¢n Fern¨¢ndez, Mario Valledor, Wendy Cede?o y Luis Miguel Salv¨¢. Yara Blasco, profesora, y Noelia Lara, consultora e-learning mantienen de momento sus empleos.

La reinvenci¨®n

Fern¨¢ndez, que pag¨® las deudas que le quedaron de la crisis de 2008 con la ayuda de sus padres, trabajaba ahora por las ma?anas encarg¨¢ndose del mantenimiento de un club deportivo y cobraba 800 euros al mes. Cuenta que el mismo d¨ªa que empezaba el confinamiento, la empresa pon¨ªa en marcha un ERTE que ha reducido su sueldo un 30% (ahora cobra 550 euros). Por las tardes gestiona 10 licencias (de distintos due?os) de veh¨ªculos VTC, de las cuales una es de su propiedad. El pasado jueves, mientras llevaba altruistamente patatas y botellas de agua a un hospital madrile?o, contaba que la facturaci¨®n de los veh¨ªculos se ha reducido un 60%, por lo que ¨¦l mismo no descarta tener que poner en marcha su propio ERTE. Dice que antes de que golpeara esta inesperada crisis, sent¨ªa que le iba mejor que nunca. En julio, por cierto, ten¨ªa previsto casarse. Obviamente, han anulado la boda.

Esteban Moreno afirma que el principal cambio que ha experimentado la econom¨ªa en la ¨²ltima d¨¦cada ha sido su uberizaci¨®n. El extremo de la precarizaci¨®n. El otro sustituto del nimileurismo es la pobreza en el trabajo. ?C¨®mo van a ser entonces las vidas de estos j¨®venes? Esta generaci¨®n est¨¢ construyendo su biograf¨ªa sobre cimientos vaporosos. No solo preocupa su fragilidad laboral, sino tambi¨¦n la social. Si la primera no funciona, dif¨ªcilmente va a funcionar la segunda. ¡°Tanto es as¨ª que los niveles de emancipaci¨®n son bajos¡±, afirma Cebri¨¢n. ¡°En 2017 hab¨ªa poco m¨¢s de un 30% de j¨®venes menores de 35 a?os emancipados¡±.

¡°Han sufrido dos grandes recesiones en una d¨¦cada¡±, destaca un soci¨®logo

Wendy, peluquera, y Mario, camionero, son pareja. Ambos est¨¢n en un ERTE de fuerza mayor. Y muchos ahorros no tienen: son poco m¨¢s que mileuristas. Luis Miguel Salv¨¢ era en febrero uno de los m¨¢s satisfechos con su evoluci¨®n laboral: tard¨® mucho en encontrar empleo con su licenciatura en ingenier¨ªa industrial. ¡°Al final de lo m¨ªo no he encontrado, pero soy t¨¦cnico de desarrollo en una empresa de perfumes y aunque no era lo que deseaba estoy contento¡±, dec¨ªa. El pasado jueves contaba que la empresa en la que trabaja le ha reducido la jornada un 70% y que su pareja tambi¨¦n est¨¢ en un ERTE de fuerza mayor. No puede pedir a su casero que le reduzca el alquiler porque necesita de su renta para pagar la suya propia. Tiene dinero ahorrado, pero su idea era que fuera para la entrada de un piso y no para subsistir durante los meses que se prolongue su reducci¨®n de jornada. Con todo, por quien est¨¢ realmente preocupado es por su padre: es tapicero aut¨®nomo y no est¨¢ facturando nada.

Marcados por la incertidumbre

Estos j¨®venes han vivido marcados por la incertidumbre. No han podido disfrutar de la independencia a edades tempranas, ni sentir la tranquilidad de un contrato fijo. Y as¨ª es m¨¢s dif¨ªcil tambi¨¦n ser padres. Cada vez se retrasa m¨¢s la edad de la maternidad: las mujeres que tienen su primer hijo con 40 a?os o m¨¢s han aumentado un 63% en la ¨²ltima d¨¦cada, seg¨²n cifras del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Solo uno de los diez del grupo original tiene hijos (Agust¨ªn), y Noelia Lara, consultora de e-learning, espera con ilusi¨®n a su primera hija. Ella y Yara son las dos ¨²nicas que conservan su sueldo intacto. Est¨¢ de siete meses y cuenta que la Seguridad Social ha anulado su curso de preparto. ¡°Podr¨ªa pagar uno por Internet, pero los que son buenos, y por mi especialidad los reconozco, cuestan 350 euros que no quiero pagar¡±.

Yara Blasco menciona que ella querr¨ªa ser madre, pero que por sus condiciones laborales ha tenido que postergar el proyecto. En septiembre estren¨® su primer empleo en condiciones, aunque modestamente remunerado: 1.200 euros. Hasta entonces nunca hab¨ªa cobrado m¨¢s de 1.000 euros. La oferta laboral le vino desde A Coru?a y all¨ª que se march¨® para impartir clases en un colegio privado de pedagog¨ªas activas.

¡°Hay algo que marcar¨¢ su futuro: son pocos. Y no hay mejor situaci¨®n que esa¡±, afirma el soci¨®logo Luis Garrido

¡°Los convenios laborales cada vez son peores para los trabajadores y aunque te rija un convenio sectorial muchas veces los sueldos que se establecen son miserables¡±, afirma. Ella empez¨® a trabajar en bares a los 16 a?os, siempre en negro, ahorrando para pagar sus estudios. Opt¨® por Sociolog¨ªa y la falta de empleo la llev¨® a hacer hasta tres m¨¢steres, dos en Cooperaci¨®n al Desarrollo y uno de Educaci¨®n y Crianza Respetuosa en la Infancia. ¡°He empezado a cotizar por primera vez con 35 a?os, que se dice pronto¡±. Desde que empez¨® el confinamiento, prepara las clases desde casa. Y lanza una reflexi¨®n: ¡°Si a nosotros nos han mantenido nuestros padres y madres, los afortunados de mi generaci¨®n que logren tener hijos no podr¨¢n hacer lo mismo¡±.

Luis Garrido, soci¨®logo (es profesor en la UNED) y dem¨®grafo, hace un apunte positivo para esta generaci¨®n: ¡°Uno de los asuntos que marcar¨¢ su futuro es que son pocos¡±, afirma. ¡°Y no hay nada mejor situaci¨®n que esa. A todas las generaciones que han sido m¨¢s peque?as que las anteriores, les ha ido bien. Y mi convicci¨®n es que a ellos tambi¨¦n. Yo les auguro un buen futuro a estos j¨®venes cuando pasen los efectos laborales del trauma al que est¨¢ sometida la econom¨ªa¡±.

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