Generaci¨®n 'nimileurista'
Hace seis a?os, el mileurismo naci¨® como un s¨ªmbolo de precariedad. Ahora es una aspiraci¨®n Miles de j¨®venes sienten que caminan hacia atr¨¢s, v¨ªctimas de los excesos de otros
Hace seis a?os, en agosto de 2005, una joven catalana escribi¨® una carta a este peri¨®dico. Se titulaba ¡®Yo soy mileurista¡¯, t¨¦rmino que ella acu?¨®. Carolina Alguacil ten¨ªa entonces 27 a?os y se quejaba de la precariedad laboral de su generaci¨®n: ¡°El mileurista es aquel joven, de 25 a 34 a?os, licenciado, bien preparado, que habla idiomas, tiene posgrados, m¨¢steres y cursillos. Normalmente iniciado en la hosteler¨ªa, ha pasado grandes temporadas en trabajos no remunerados, llamados eufem¨ªsticamente becarios, pr¨¢cticos (claro), trainings, etc¨¦tera. Ahora echa la vista atr¨¢s, y quiere sentirse satisfecho, porque al cabo de dos renovaciones de contrato, le han hecho fijo (¡) Lleva tres o cuatro a?os en el circuito laboral, con suerte la mitad cotizados (...). Lo malo es que no gana m¨¢s de mil euros, sin pagas extras, y mejor no te quejes. No ahorra, no tiene casa, ni coche, ni hijos, vive al d¨ªa. A veces es divertido, pero ya cansa (...)¡±. Releer hoy aquella carta deja un sabor amargo. Porque evidencia que se ha retrocedido. El mileurismo ha dado paso a una versi¨®n a¨²n m¨¢s precaria de s¨ª mismo, el nimileurismo. ¡°Antes ¨¦ramos mileuristas y aspir¨¢bamos a m¨¢s. Ahora la aspiraci¨®n es ganar mil euros¡±, resume la propia Alguacil, que estudi¨® Comunicaci¨®n Audiovisual, es aut¨®noma y se ha mudado a C¨®rdoba. ¡°Ni mucho menos me imaginaba yo entonces que la cosa iba a ir a peor¡±. Ella ya no es mileurista, pero no cree que gane lo que deber¨ªa: ¡°No me conformo¡±.
Desde 2005 las perspectivas econ¨®micas han dado un vuelco. Ese a?o Espa?a crec¨ªa a un c¨®modo 3,6% y so?aba con entrar en el G8. Los anuncios de venta de pisos duraban poco en los balcones. Solo un pu?ado de iluminados ¡ªque despu¨¦s han dado cientos de entrevistas¡ª supieron ver que se avecinaba un tsunami financiero, una enorme crisis que cuatro a?os despu¨¦s sigue tumbando fichas y que est¨¢ dejando a Europa exhausta y pol¨ªticamente malherida. Grecia sigue al borde del abismo. Portugal e Irlanda han tenido que ser rescatadas. Y Espa?a, ahogada por el paro, se zambulle de nuevo en la recesi¨®n con otros 30.000 millones en recortes encima de la mesa.
El paro juvenil en Espa?a alcanza el 49,9%, seg¨²n los datos de Eurostat para enero de 2012. La media europea es del 22,4%
Ante este panorama, miles de j¨®venes sienten que caminan hacia atr¨¢s. En 2005 el paro juvenil rondaba el 20%. Ahora ara?a el 50% y hace tiempo que duplic¨® la media europea (22,4%). La generaci¨®n mejor preparada tiene las peores perspectivas desde la Transici¨®n y se siente v¨ªctima de los excesos de otros. El 15-M o las protestas estudiantiles de las ¨²ltimas semanas dan muestra de su indignaci¨®n. Hasta ahora, muchos de estos j¨®venes han contado con la ayuda de sus padres. Pero a algunos se les ha agotado ese colch¨®n. ¡°Todos los indicadores han empeorado, todos¡±, dice el soci¨®logo Esteban S¨¢nchez, experto en juventud y precariedad. ¡°Alt¨ªsimo desempleo, alta temporalidad y bajos salarios. Ha sido tremendo. No hay ni un dato que nos haga albergar alg¨²n tipo de perspectiva positiva¡±. ¡°La sensaci¨®n extendida es que no hay futuro¡±, resume Guillermo Jim¨¦nez, de 21 a?os, estudiante de Derecho y Pol¨ªticas, de la asociaci¨®n de universitarios Juventud sin Futuro. EL PA?S inicia hoy una serie sobre los problemas, retos y sue?os de esta generaci¨®n nimileurista. Los reportajes se publicar¨¢n a diario durante las pr¨®ximas semanas en la secci¨®n de Vida & Artes del diario impreso y en la secci¨®n #nimileurista creada dentro de nuestro ¨¢rea de Pol¨ªtica, donde tambi¨¦n se abrir¨¢n fotos de debate.
En su breve vida laboral, Pedro, un madrile?o de 28 a?os, ha probado todas las formas de precariedad: paro, salarios nimileuristas o directamente anecd¨®ticos, dinero en negro. Repasa la sucesi¨®n de empleos sin aspavientos. Para ¨¦l, es lo normal. Como todo hijo de vecino se estren¨® siendo becario. Despu¨¦s lleg¨® su primer contrato: 700 euros mensuales en una productora de publicidad; al a?o se lo subieron a 800 euros. ¡°En 2009 empezaron los despidos. Fue cayendo gente y cuando pensaba que me hab¨ªa librado, me toc¨® a m¨ª¡±. Durante los seis meses que estuvo en paro acept¨® la tarea de publicar en una web a un euro la pieza. ¡°Al principio me curraba cada texto. Luego me escrib¨ªa lo de toda la semana en una tarde, total, por 20 euros al mes¡¡±. Hasta hace unas semanas era el community manager de una compa?¨ªa (el responsable de gestionar sus redes sociales). Ganaba 940 euros, pero le acaban de despedir. Sus ingresos se reducen a los 90 euros por d¨ªa que le paga una agencia de publicidad cuando le necesita como refuerzo. Se los dan en un sobre. ¡°Y menos mal que tengo eso¡±, dice Pedro. ¡°Mi planteamiento es muy sencillo: pillar trabajo de donde sea. Mis padres no lo entienden. ?Pero est¨¢s buscando, has mirado bien? Y es que est¨¢ la cosa fatal. En las pocas ofertas que salen nos apuntamos 500. Que te llamen para la entrevista es ya un triunfo. Hay much¨ªsima gente con m¨¢s experiencia, me siento en un limbo¡ La verdad es que no pensaba que la crisis fuese a durar tanto. Este es el primer a?o en que tengo claro que no va a ser el ¨²ltimo. Ni el que viene, ni el siguiente¡±.
La sobrecualificaci¨®n afecta al 37% de los menores de 30 a?os con t¨ªtulo universitario o FP superior
En Espa?a viven 10.423.798 personas de entre 18 y 34 a?os. Al igual que Pedro, reman contra los elementos y un mercado laboral menguante mientras los ya viejos problemas empeoran y se alimentan: salarios precarios, paro de larga duraci¨®n, sobrecualificaci¨®n, tard¨ªa emancipaci¨®n, fuga de cerebros¡ Su ingreso medio neto (incluyendo a los parados), es de 824 euros al mes. Y los que est¨¢n trabajando, ganan de media 1.318 euros mensuales (datos del Consejo de la Juventud de Espa?a). Profesiones que parec¨ªan a salvo del mileurismo, ya no lo est¨¢n. La Polit¨¦cnica de Valencia sigui¨® los primeros pasos laborales de ingenieros y arquitectos que se licenciaron en 2008: uno de cada cuatro no llegaba a mileurista. Y lo que es m¨¢s grave: el nimileurismo hab¨ªa avanzado un 8% respecto a los graduados un a?o antes.
A la estad¨ªstica le pone cara Amanda, una valenciana de 29 a?os (no quiere decir su apellido). Ingresa mil euros mensuales y trabaja de diez de la ma?ana a 21.30 de la noche ¡°con media hora para comer¡±. ¡°Es surrealista, cuando salgo de casa no ha abierto el supermercado y cuando vuelvo, ya est¨¢ cerrado. No me da tiempo a nada, ni a hacer cursos, ni muchas veces ni siquiera a prepararme la comida del d¨ªa siguiente. Curro como una directiva, pero cobro como una pringada¡±. En Amanda conviven en extra?a armon¨ªa dos sensaciones enfrentadas: la de sentirse explotada y privilegiada. Hasta encontrar su actual empleo, en un departamento de ventas, se sent¨ªa ¡°la eterna becaria¡±. ¡°Hab¨ªa encadenado seis becas. La primera fue sin remunerar. Bueno, me daban tickets de comida. Y la ¨²ltima, en un organismo p¨²blico, fue la mejor pagada: 600 euros. Lo de las becas no tiene l¨ªmite, todo depende de cu¨¢nto tiempo puedan estar apoy¨¢ndote tus padres. Por eso ahora estoy feliz de mantenerme a m¨ª misma. Aunque no me da para nada no ha habido otra ¨¦poca en que haya pensado tanto en lo afortunada que soy. Y cruzando los dedos, porque mi contrato es temporal. Me da p¨¢nico que me echen¡±.
Ese p¨¢nico, que avanza de la mano de la crisis, se ceba con los j¨®venes. Ya en 2005 una encuesta plante¨® a diversos grupos de edad si sent¨ªan que su empleo era seguro. S¨®lo un 13% de los menores de 24 a?os respondi¨® afirmativamente, frente a un 37% de los empleados de entre 45 y 54 a?os. El motivo, destaca el economista Florentino Felgueroso, director de la c¨¢tedra de Capital Humano y Empleo de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada, es que Espa?a se caracteriza ¡°m¨¢s que ning¨²n otro pa¨ªs por la aplicaci¨®n de la regla lifo (last in, first out: ¨²ltimo en entrar, primero en salir)¡±.
Jes¨²s, ingeniero t¨¦cnico industrial, ha hecho en un a?o una sola entrevista "y por enchufe". Vende seguros puerta a puerta
Dolores, de 29 a?os, no necesita que nadie le explique qu¨¦ es la regla lifo porque la vivi¨® de primera mano: ¡°Fui la ¨²ltima en llegar y la primera en salir¡±. La sevillana hizo un ciclo de FP superior en realizaci¨®n audiovisual y trabaj¨® tres a?os en el departamento de mercadotecnia de una cadena de ¨®pticas (cobraba 900 euros). Pero hace dos a?os la despidieron. ¡°Llevo en el paro desde Reyes de 2010¡±, dice. No tiene paga, pero casi. Agotada la prestaci¨®n, cada vez que necesita dinero se lo pide a su madre. El problema es que ella tambi¨¦n est¨¢ desempleada. En 2007, Dolores se compr¨® un piso de protecci¨®n oficial que le cuesta 400 euros mensuales que ya no puede pagar. En verano cerr¨® la casa para evitar m¨¢s gastos y se volvi¨® con las maletas a la casa familiar. La hipoteca la pagan ahora mes a mes entre su madre y su abuelo. ¡°Intento gastar lo m¨ªnimo, no pedirle nada a mi madre¡±, dice con un hilo de voz, sin dramatismo, pero afectada. Porque le tiene que pedir.
S¨®lo quien ha vivido el paro de larga duraci¨®n sabe lo que se siente cuando pasan los d¨ªas y nada cambia, cuando la prestaci¨®n por desempleo se acerca a su fin. Y el 45% de los menores de 34 a?os en paro lleva m¨¢s de 12 meses buscando empleo, seg¨²n datos de Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
El 55% de los menores de 34 a?os sigue viviendo con sus padres, despu¨¦s de que el ¨ªndice de emancipaci¨®n bajase otro 4,2% en 2011
Al igual que Dolores, muchos que hab¨ªan logrado independizarse, han tenido que regresar al hogar familiar (la tasa de emancipaci¨®n se contrajo en 2011 un 4,2%). Otros no han conseguido marcharse, comoBeatriz Arrabal, de 32 a?os. Lleva 550 d¨ªas sin nada y sin embargo no pierde el optimismo. Diplomada en Trabajo social y Gesti¨®n y Administraci¨®n p¨²blica, pag¨® su carrera trabajando de teleoperadora por 1.100 euros, un sueldo que hoy ve inalcanzable. La mayor¨ªa de sus empleos una vez licenciada nada han tenido que ver con su vocaci¨®n. Ha sido administrativo en una empresa de alimentaci¨®n (850 euros) y en una cadena de ropa (mismo sueldo). Tambi¨¦n ha sido dependienta de Vodafone, su trabajo mejor pagado (1.100 euros fijos m¨¢s unos 500 en comisiones). Pero en junio de 2009 la echaron. Desde entonces, ha hecho unas pr¨¢cticas no remuneradas y en verano de 2010 fue monitora de pisos tutelados (por 800 euros). Su novio tampoco tiene trabajo estable y han pensado en marcharse de Espa?a, pero a ella la frena su situaci¨®n familiar: cuida de su padre, enfermo (ambos viven de la pensi¨®n de ¨¦l).
El pasado 10 de noviembre, Beatriz abri¨® en Facebook el grupo Trabajo social: c¨®mo lograr encontrar nuestro hueco. ¡°He decidido crear este grupo para ayudarnos a buscar un hueco en nuestra profesi¨®n, aportando experiencias y ver en qu¨¦ nos podemos ayudar¡±, escribi¨® a modo de presentaci¨®n. ¡°Mirando en webs de b¨²squeda de empleo me he dado cuenta de que yo ando perdida, pero otros lo est¨¢n aun m¨¢s¡±, explica la joven, que informa al resto del grupo (unas 200 personas) de ofertas y consejos que encuentra por ah¨ª. ¡°Es una forma de ayudarnos, porque hay mucha gente desanimada¡±.
La palabra des¨¢nimo se queda corta para describir c¨®mo se sienten muchos de quienes apostaron todas sus cartas al boom de la construcci¨®n. El paro de larga duraci¨®n es especialmente cruel con ellos, constata Josep Oliver. Y de su desasosiego dan muestra cinco vecinos de un pueblo (que piden no se nombre) que se dedicaron durante a?os al sector: dos electricistas, un cristalero, un carpintero y un herrero. Como la mayor¨ªa de los parados que no terminaron la secundaria (y cuya tasa de paro sube hasta el 55% entre los menores de 30 a?os), los protagonistas de esta f¨¢bula contempor¨¢nea se buscan ahora la vida como pueden, haciendo chapuzas y con ayuda de sus familias.
"Tengo horario de directiva y sueldo de pringada", dice Amanda, que cobra mil euros y trabaja once horas al d¨ªa
De todos ellos, Manuel, el cristalero, es el ¨²nico que sigue trabajando para la misma empresa. Pero las condiciones son otras. Cobra la mitad que antes, 700 euros, y en negro. ¡°No estoy cotizando. Lo que gano no consta para mi futuro¡±, se?ala Manuel, de 32 a?os y echado para delante. Baraja marcharse al Pa¨ªs Vasco. ¡°O m¨¢s lejos, a Suiza¡±. Rafa, 33 a?os, el herrero, se dedicaba a hacer barandas para los edificios nuevos, cientos de metros. Tiene una hipoteca que se come al mes 650 euros, la mayor¨ªa de sus ingresos (850 euros). Domingo, de 35 a?os, instalaba puertas. Est¨¢ casado y tiene un hijo de cuatro a?os. Ha agotado todas las ayudas, sus padres tienen que ayudarle. Sue?a con un trabajo en Suiza en el que asegura ofrecen 3.500 euros, ¡°aunque hay leches para entrar¡±. Jes¨²s y Ra¨²l, de 30 y 31 a?os, son electricistas. Jes¨²s trabajaba en grandes obras de la Costa del Sol y Ra¨²l para Ayuntamientos. El primero ha hecho un curso para asistir a personas discapacitadas. Le quedan dos meses de paro y est¨¢ algo asustado. El segundo se plantea seguir sus pasos o hacer un curso ¡°de lo que sea¡±. Tiene fecha de boda, aunque empieza a verlo complicado.
En Granada, una joven pareja de reci¨¦n licenciados lidia con la otra cara del problema: la sobrecualificaci¨®n, que afecta al 37% de los menores de 30 a?os con estudios universitarios o FP superior. Natalia, de 25 a?os, es logopeda y t¨¦cnico de an¨¢lisis cl¨ªnicos. Su novio, Jes¨²s, de 23, es ingeniero t¨¦cnico industrial. Ambos venden seguros puerta por puerta. ¡°Si es de defunci¨®n me dan 200 euros y por uno de vida, 120¡±, cuenta ella. ¡°Unos meses saco 900 euros y otros, solo 90¡±. Natalia cree que podr¨¢ dejarlo pronto. Le han ofrecido ser la logopeda de un gabinete de psicolog¨ªa, aunque ella misma deber¨¢ aportar sus propios clientes. ¡°Estoy haci¨¦ndome una campa?a de marketing por Internet¡±, cuenta animada. Por cada consulta cobrar¨¢ 20 euros y la cl¨ªnica otros 10. Si le va bien, se dar¨¢ de alta como aut¨®noma. Su novio est¨¢ m¨¢s desencantado. Tras sacarse una de las carreras m¨¢s duras solo ha hecho una entrevista. ¡°Y fue por un enchufe¡±, subraya. Como no encuentra nada, ha empezado Bellas Artes. ¡°Me gusta pintar. Y es lo mejor pagado en relaci¨®n con el tiempo empleado de lo que he hecho¡±.
La falta de alternativas tambi¨¦n impulsa nuevas f¨®rmulas para salir adelante. Ana S¨¢nchez de la Morena, una manchega de 34 a?os, acaba de fundar una productora de artes esc¨¦nicas junto a Hugo Nieto. Su empresa llega en un momento en que el sector cultural coletea, muy afectado por los recortes en subvenciones p¨²blicas y los retrasos en los pagos de los Ayuntamientos. Para financiar una de sus coproducciones, Exhumaci¨®n, de la compa?¨ªa The Zombie Company, recurrieron al crowdfunding o micromecenazgo. A trav¨¦s de la web Verkami, creada por un bi¨®logo catal¨¢n de 52 a?os y sus dos hijos, de 29 y 24 a?os, lograron recaudar en 20 d¨ªas 2.860 euros, 360 m¨¢s de lo que se hab¨ªan propuesto. Todo ello gracias a las aportaciones econ¨®micas de 65 micromecenas, personas a quienes el proyecto les pareci¨® lo suficientemente interesante para hacer una aportaci¨®n econ¨®mica. ¡°Para las artes esc¨¦nicas o la producci¨®n musical, el crowdfunding es una opci¨®n real a la falta de financiaci¨®n externa¡±, dice S¨¢nchez. En sus 14 meses de existencia, Verkami¡ª que se inspir¨® en kickstarter.com¡ª ha recaudado cerca de un mill¨®n de euros para 222 proyectos, la mayor¨ªa culturales (cortos, discos, documentales).
El 75% cree que vivir¨¢n peor que sus padres. El 70% de los mayores opina lo mismo
Y mientras los j¨®venes prueban v¨ªas de emprendimiento (al 54% de los j¨®venes espa?oles le gustar¨ªa crear su propia empresa, seg¨²n Eurostat), el Gobierno dibuja las nuevas reglas de juego que marcar¨¢n el rumbo de la econom¨ªa y de cada uno de ellos. De momento, su oferta m¨¢s relevante para esta generaci¨®n es una reforma laboral que a medio plazo potenciar¨¢ la ocupaci¨®n de los j¨®venes, pero que tambi¨¦n bajar¨¢ los sueldos. ¡°La reforma insiste en lo que otras veces ya se ha hecho: abaratar el empleo juvenil respecto al resto, una forma de reconocer la impotencia del mercado laboral espa?ol¡±, dice Santos Ruesga, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. ¡°La reforma defiende un modelo de generaci¨®n de empleo basado en unos costes m¨¢s bajos, esa es nuestra apuesta para competir en un mundo global, que se traducir¨¢ en peores condiciones para los j¨®venes. Como estrategia de desarrollo me parece una locura¡±.
Ante la falta de expectativas, muchos cerebros de la generaci¨®n mejor preparada siguen haciendo las maletas, protagonizando una fuga de cerebros ¡°sin precedentes¡±, en palabras de F¨¢tima B¨¢?ez, ministra de Empleo y Seguridad Social. Seg¨²n el ¨²ltimo eurobar¨®metro de la Comisi¨®n Europea, un 68% de los j¨®venes espa?oles est¨¢ dispuesto a marcharse de Espa?a; un 36% por un plazo limitado. Y un 32%, por mucho tiempo. S¨®lo cinco pa¨ªses ¡ªde 31 encuestados¡ª nos superan: Islandia, Suecia, Bulgaria, Rumania y Finlandia.
El 45% de los menores de 34 a?os lleva m¨¢s de un a?o buscando trabajo
Hace un par de semanas, Jos¨¦ Ignacio Wert, ministro de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, matizaba el volumen de esta fuga y promet¨ªa ¡°encontrar el camino de vuelta¡± a estos espa?oles. Pero tras a?os de decepciones a la Federaci¨®n de J¨®venes Investigadores Precarios les cuesta creerlo. Ester Artells, 35 a?os, cient¨ªfica de Reus que actualmente trabaja en Marsella (Francia), pone de ejemplo el paulatino fracaso de las becas Ram¨®n y Cajal. Financiadas por el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, su objetivo es, precisamente, atraer de nuevo a Espa?a a los j¨®venes investigadores m¨¢s punteros que ejercen fuera. Duran cinco a?os y la esperanza es que, al concluir, el investigador haya encontrado una forma de permanecer en el pa¨ªs. En 2005, el 92% de los becados se qued¨® en Espa?a al t¨¦rmino de la beca. En 2008, el porcentaje se redujo al 85%. En 2009, al 77.4%. En 2010, al 54%. Y el a?o pasado, al 37%.
¡°Es muy serio lo que est¨¢ pasando¡±, dice la soci¨®loga Almudena Moreno, que ha realizado numerosos estudios sobre juventud. ¡°Cada semana me llaman expertos de otros pa¨ªses a consultarme. Todo esto se traduce en una grave p¨¦rdida de capital humano. Tenemos pocos j¨®venes, que cada vez son menos, y los pocos que hay, se marchan. ?Qui¨¦n va a tener hijos? A largo plazo es un problema demogr¨¢fico, econ¨®mico y social muy serio¡±.
Francisco P¨¦rez, del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas, apunta ¡°una gota de optimismo¡±: ¡°Desde el punto de vista individual es una buena noticia. Para Espa?a significa que estos j¨®venes contin¨²an su formaci¨®n. Aqu¨ª tambi¨¦n trabajan muchos m¨¦dicos de otros pa¨ªses. Hay periodos en que unos llegan y otros se van¡±. En la misma l¨ªnea apunta Juan Jos¨¦ Dolado, profesor de Econom¨ªa de la Carlos III: ¡°La emigraci¨®n es favorable para el pa¨ªs de origen a corto plazo. Yo mismo tengo una sobrina arquitecta que en Espa?a ganaba 850 euros y que ahora cobra 2.500 libras en un importante estudio de Londres y manda dinero a su casa, las remesas son positivas¡±.
Rafael An¨ªbal, 28 a?os, es periodista. En noviembre se qued¨® sin empleo y ¡°tira de ahorros¡±. Ha empezado a estudiar opciones fuera. Baraja marcharse a Chile, donde ha comprobado que puede aspirar a un sueldo similar a su m¨¢ximo salario en Espa?a: 1.100 euros. ¡°El problema es que se necesita visado para trabajar y los billetes cuestan 1.250 euros, una inversi¨®n. Pero aqu¨ª a lo que puedo aspirar en la actualidad es a trabajos en negro. No s¨¦ lo que es una paga extra. Para ganar algo de pasta tengo que tener tres trabajos que ahora son imposibles de encontrar. No s¨¦ lo que es vivir solo porque comparto piso desde que me independic¨¦, aunque tal y como est¨¢n las cosas eso ahora es lo de menos¡±.
En diciembre, An¨ªbal abri¨® un blog donde recoge testimonios de j¨®venes que se han marchado, Pepas y Pepes 3.0 (pepasypepes.blogspot.com). ¡°Lo he hecho desde la indignaci¨®n. Como dice un cubano en la pel¨ªcula Habana blues, de Benito Zanbrano, ¡°cada d¨ªa tengo m¨¢s plantas y perros en mi casa de los amigos que se han ido¡±. Me gusta la frase y adem¨¢s es real. Este mes tengo dos fiestas de despedida de amigos que se marchan. La gente se toma este ¨¦xodo de una forma muy fr¨ªvola. Me parece preocupante que nadie levante la voz. ?No ser¨¢ que los hijos de la burgues¨ªa y del dinero van con billete de ida y vuelta mientras que los otros s¨®lo van con billete de ida?¡±. Para buscar las historias que luego publica, An¨ªbal se ayuda de las redes sociales, aliadas de esta generaci¨®n. ¡°Hay mucha gente que me dice que no porque les da verg¨¹enza. Haberte marchado significa de alguna manera que has perdido, que te ha ganado el sistema¡±. ¡°Yo estoy cabreado y muy indignado¡±, contin¨²a. ¡°Y me pregunto constantemente estas tres cosas: ?qu¨¦ tengo que ver yo con la especulaci¨®n, la prima de riesgo o las agencias de calificaci¨®n? ?Por qu¨¦ estamos pagando los j¨®venes las consecuencias de una crisis en la que no tenemos absolutamente nada que ver? ?Por qu¨¦ no mandamos a Juan Rosell [de la CEOE] a Laponia y a que env¨ªe cr¨®nicas contando c¨®mo es lo de emigrar cuando ni hablas el idioma y no es tan f¨¢cil encontrar trabajo?¡±.
En sinton¨ªa con la campa?a de protesta por el trabajo no remunerado impulsada por la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid (que se debate en redes sociales bajo la etiqueta #gratisnotrabajo), el madrile?o ha rechazado dos ofertas por impropias: 300 euros por media jornada. Y 500 euros por jornada completa. ¡°Ni nado en dinero ni voy de sobrado¡±, matiza. ¡°Pero si los sueldos a los que puedo aspirar aqu¨ª son esos, prefiero marcharme¡±.
Y mientras unos se marchan a su pesar, otros querr¨ªan hacerlo, pero no pueden. Como El¨ªas, de 28 a?os, que estos d¨ªas patea Madrid buscando tarea. Es boliviano y lleg¨® a Espa?a hace cuatro a?os. Instalaba calderas por unos 700 euros al mes, pero desde hace meses no tiene trabajo, ni tampoco cobra ya el paro. Su tarjeta de residencia le permite trabajar legalmente en Espa?a pero no en otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Sus opciones son volver hacia atr¨¢s, de donde parti¨®, o revivir en otro pa¨ªs la angustia de ser un ciudadano sin papeles. Y se niega. ¡°No quiero vivirlo otra vez, pero si pudiera hacerlo legalmente me ir¨ªa disparado¡±. Su plan B es ¡°estudiar inform¨¢tica para ser analista de sistemas, en eso veo que s¨ª hay trabajo¡±, dice. Y se despide solemne, pero antes de desaparecer tiende en la mano uno de los folletos que mete cada d¨ªa en cientos de buzones: ¡°?Est¨¢ pensando en reformar o arreglar su hogar? Suelos, saneamientos, gotel¨¦, alicatado¡ Cu¨¦ntenos lo que necesita. Nosotros nos ocupamos del resto¡±.?
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