La educaci¨®n tras la pandemia
El impacto sobre la sociedad, la econom¨ªa y, por tanto, sobre la vida de las gentes va a ser de los que desgraciadamente marcan ¨¦poca
El colapso de la actividad que el coronavirus ha tra¨ªdo en la mayor parte de las esferas de la vida econ¨®mica, social y cultural, ha sido igualmente tremendo en educaci¨®n. Los ecos y las primeras preocupaciones han sido, l¨®gicamente, sobre el modo de atender lo inmediato: cu¨¢ndo se retomar¨¢n las clases, c¨®mo remediar los efectos de este par¨®n, de qu¨¦ forma cerrar el presente curso y c¨®mo acceder al siguiente, mejor c...
El colapso de la actividad que el coronavirus ha tra¨ªdo en la mayor parte de las esferas de la vida econ¨®mica, social y cultural, ha sido igualmente tremendo en educaci¨®n. Los ecos y las primeras preocupaciones han sido, l¨®gicamente, sobre el modo de atender lo inmediato: cu¨¢ndo se retomar¨¢n las clases, c¨®mo remediar los efectos de este par¨®n, de qu¨¦ forma cerrar el presente curso y c¨®mo acceder al siguiente, mejor con las oportunas certificaciones acad¨¦micas. Todo ello sometido a¨²n al temor y las dudas de posibles contagios.
Es natural que esas sean las prioridades, como lo es tranquilizar respecto a la posible p¨¦rdida de curso si las evaluaciones se hicieran prescindiendo del impacto que sobre los aprendizajes haya tenido el cierre de los centros escolares, especialmente entre los alumnos que no han tenido apoyo a distancia, o lo ha sido de un modo muy insuficiente. Encu¨¦ntrense, pues, soluciones y medidas prudentes y ajustadas a esta ins¨®lita circunstancia.
Sin embargo, hay un m¨¢s all¨¢, por otra parte bastante pr¨®ximo. Pensemos que tras el verano ¡ª?en las fechas tradicionales, un poco despu¨¦s?¡ª empieza el nuevo curso. ?C¨®mo se va a plantear? ?Aplicando el patr¨®n normal, con alg¨²n refuerzo o repaso que sea una manera de retomar esa normalidad anterior? Bueno, no es poco, se podr¨ªa decir. S¨ª, pero. Quiero decir que no est¨¢ mal, que parece l¨®gico, pero que no deber¨ªa bastar. Que ser¨ªa deseable hacer m¨¢s¡
El impacto sobre la sociedad, la econom¨ªa y, por tanto, sobre la vida de las gentes va a ser de los que desgraciadamente marcan ¨¦poca. Y la educaci¨®n no es, no deber¨ªa ser, solamente una atenci¨®n de los menores y una mera instrucci¨®n y adquisici¨®n de m¨¢s o menos conocimientos. Aspira, debe aspirar, a dar una formaci¨®n integral a los j¨®venes, y este episodio es una obligada lecci¨®n. Debiera plantearse la pregunta qu¨¦ debemos hacer a los protagonistas ¡ªprofesores, por supuesto, para que la trasladen tambi¨¦n a los alumnos; ni?os, adolescentes, j¨®venes¡ª ante esta situaci¨®n. Y derivar una visi¨®n, como primera respuesta, de que all¨ª, en la escuela, no solo hay algo que hacer, sino algo importante, y probablemente que no es solo reemprender las tareas como si aqu¨ª no hubiera pasado nada. Habr¨¢ que hacer m¨¢s y mejor. Y darle forma. Y sobre todo, ilusionarse e ilusionar con ello, con la tarea a realizar, que no es solo contribuir a la restauraci¨®n de lo que se hac¨ªa, sino de comprometernos a hacerlo mejor.
Para ello no se debiera confundir lo urgente y necesario ¡ª?c¨®mo no atenderlo!¡ª, con lo esencial e irrenunciable. En ese sentido quiz¨¢s no est¨¦ de m¨¢s hacer un recordatorio y una reflexi¨®n.
El recordatorio es que la educaci¨®n no puede, no debe, renunciar al binomio equidad y calidad. Sin equidad estamos ante un sistema elitista, y sin calidad nos deslizamos por el riesgo de la mediocridad, lejos desde luego de las necesidades formativas de un mundo ¡ªy de un momento, este¡ª particularmente exigentes. Un buen planteamiento y un aceptable desempe?o de esta ecuaci¨®n es lo que nos acercar¨ªa a los niveles de excelencia a los que el sistema debe aspirar.
La reflexi¨®n tiene que ver con la excelencia. Inevitablemente en resultados ¡ªconocimientos, competencias, valores¡ª, que se plantean para todos, pues todos est¨¢n escolarizados y todos deben ser motivados para que lleguen o se acerquen a ella. Pero la individualidad, cada alumno, que al final es el receptor y principal factor de su formaci¨®n, influye y establece diferencias. Hay que recuperar a los que se rezagan, s¨ª, y eso implica una atenci¨®n espec¨ªfica, y una organizaci¨®n adecuada del modo de enfrentarla. Pero cuando se hablaba en una reforma de hace casi tres d¨¦cadas de atenci¨®n a las diferencias, englobaba tambi¨¦n los talentos espec¨ªficos que hay que cultivar. No se pueden olvidar ni desatender, por el respeto que merecen esos alumnos, por el bien de la sociedad que se beneficiar¨¢ de sus logros futuros.
No, el igualitarismo es una visi¨®n tan inaceptable como el elitismo. La educaci¨®n tiene el reto, t¨¦cnico y ¨¦tico, no lo olvidemos, de manejar la complejidad: no dejar a nadie atr¨¢s, descolgado, y a la vez, alcanzar niveles de calidad y atender la creaci¨®n de talento diferenciado.
?Estaremos tras la pandemia con ilusi¨®n y fuerzas para abordar este desaf¨ªo? ?Habr¨¢ demanda social, iniciativas docentes, impulso pol¨ªtico? Los necesitamos.
Emiliano Mart¨ªnez es vicepresidente de la fundaci¨®n Santillana.
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