¡°De esta crisis nos est¨¢n salvando los hogares otra vez¡±
¡°Podemos correr riesgos, pero no que pongan en riesgo al de al lado¡±, dice la soci¨®loga ?ngeles Dur¨¢n
?ngeles Dur¨¢n (77 a?os, Madrid) ha dedicado buena parte de su vida a analizar el impacto del trabajo no remunerado. Ha sido catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa e investigadora del CSIC. Doctora honoris causa por las universidades de Valencia, Granada, La Rioja y Aut¨®noma de Madrid. Premio Nacional de Sociolog¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica. Autora de decenas de publicaciones y libros, el ¨²ltimo de ellos sobre los cuidados invisibles.
Pregunta. ¡°Cada ¨¦xito que he tenido me ha costado una enemistad. Comprendo a la gente que renuncia a competir¡±, dijo.
Respuesta. Competir contra desconoci...
?ngeles Dur¨¢n (77 a?os, Madrid) ha dedicado buena parte de su vida a analizar el impacto del trabajo no remunerado. Ha sido catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa e investigadora del CSIC. Doctora honoris causa por las universidades de Valencia, Granada, La Rioja y Aut¨®noma de Madrid. Premio Nacional de Sociolog¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica. Autora de decenas de publicaciones y libros, el ¨²ltimo de ellos sobre los cuidados invisibles.
Pregunta. ¡°Cada ¨¦xito que he tenido me ha costado una enemistad. Comprendo a la gente que renuncia a competir¡±, dijo.
Respuesta. Competir contra desconocidos en una oposici¨®n en la que hay 20 plazas y 2.000 concursantes te da igual porque no los conoces. Pero en las oposiciones a c¨¢tedra, la pelea es un cuerpo a cuerpo y a veces contra personas a las que estimas much¨ªsimo. Es muy dif¨ªcil conseguir un pacto de ¡°ahora t¨², luego yo¡±: en muchos casos es ahora o nunca.
P. No siempre se acepta.
R. A m¨ª me ha costado un sufrimiento terrible tener que competir. Ten¨ªa la sensaci¨®n de que se me llenaba de hiel un trozo del alma. Me ha pasado tambi¨¦n con los premios, desafortunadamente. En algunos casos una persona que tambi¨¦n concursaba ha pensado que era una ofensa personal que no se lo hubieran dado a ¨¦l. Y rompi¨® la relaci¨®n siendo amigos un d¨ªa antes.
P. Qu¨¦ fr¨¢giles son amistades que parecen fuertes.
R. No hay m¨¢s que mirar la historia. Los generales romanos iban a la batalla y a la muerte juntos, y con cualquier tema de discusi¨®n se pod¨ªan convertir en enemigos mortales. O la revoluci¨®n francesa: un d¨ªa son tus amigos y al d¨ªa siguiente te est¨¢n llevando al cadalso.
P. Hace un a?o le preguntaban por el mayor factor de cambio social en Espa?a y dec¨ªa: ¡°Las mujeres y los inmigrantes¡±. La pandemia lo ha llevado todo a un segundo plano.
R. Y ah¨ª se quedar¨¢, me temo. Porque la desigualdad de g¨¦nero se combate de muchas maneras. Por ejemplo, dotando de fondos a todos los mecanismos que contribuyen a la igualdad, como las guarder¨ªas. En fin, los servicios que puede prestar el Estado para que la divisi¨®n del trabajo tradicional no sea tan costosa para las mujeres que quieren vivir de otra manera. Pero vamos a tener que dedicar gran parte del dinero de los impuestos a pagar los intereses del dinero que nos presten. Y va a haber que pagar much¨ªsimo dinero a gente que se va a quedar en paro, o que va a quebrar, o que no va a poder alimentar a sus hijos.
P. Usted ha alertado contra el envejecimiento de la poblaci¨®n.
R. Una obviedad: que la gente viva muchos a?os es una maravilla. Que una poblaci¨®n est¨¦ envejecida es una conquista magn¨ªfica. Otra cosa es que tengamos pocos hijos. Pero hay que intentar que haya mucha gente mayor y, aparte de eso, que tenga buenas condiciones y calidad de vida, que es un tema distinto que tambi¨¦n me importa, porque no creo que sea obligatorio quedarse aqu¨ª cuando uno se quiere marchar.
R. Y empieza a ser relevante demogr¨¢ficamente. Un ejemplo. Muchas chicas no tienen ninguna seguridad laboral y, cuando la consiguen, se les ha hecho tarde y la Seguridad Social ni siquiera les paga el tratamiento. Se considera que a partir de los 40 a?os una mujer no tiene derecho a tratarse con la Seguridad Social. Y el tratamiento fuera de la Seguridad Social es car¨ªsimo, inaccesible.
P. Con el virus suelto por las calles hemos redescubierto el hogar.
R. Lo que no han hecho las empresas ni el Estado han tenido que hacerlo, de golpe, los hogares y las asociaciones sin ¨¢nimo de lucro. Los hogares han sido cl¨ªnicas, escuelas, restaurantes y centros de ocio, oficinas, guarder¨ªas. Hemos tenido que ponerle parches a la econom¨ªa. Mucha gente que estudia econom¨ªa financiera dice que esto no tiene importancia. Tiene tanta importancia que en horas de trabajo son m¨¢s las horas no pagadas que hacemos en Espa?a que las pagadas. ?C¨®mo vamos a entender la econom¨ªa espa?ola, sus recursos, sus desaf¨ªos, si no tenemos en cuenta este peque?¨ªsimo detalle? El esfuerzo productivo no pagado es m¨¢s voluminoso en horas, no digo en eficiencia, que el esfuerzo del mercado laboral. La crisis anterior se resolvi¨® en los hogares. De ¨¦sta nos est¨¢n salvando los sanitarios, unos h¨¦roes, y a nivel productivo, los hogares nos han vuelto a salvar otra vez. Hemos sacado en los ¨²ltimos cien a?os funciones de los hogares para trasladarlos a la econom¨ªa monetarizada. Pues bien, de repente han vuelto todas.
El confinamiento va a ser una fuente de conflictos muy duraderos que ni siquiera han empezado a manifestarse
P. En 2007 escribi¨® un libro titulado El valor del tiempo.
R. No, no vaya por ah¨ª. El tiempo confinado es un tiempo aprisionado. No es tiempo libre. De hecho hay mucha gente que no ha tenido la sensaci¨®n de que le sobrara el tiempo, sino al rev¨¦s, han padecido much¨ªsimo un estr¨¦s de tiempo.
P. ?Pas¨® miedo?
R. Me dije a m¨ª misma que ten¨ªa que ser muy estricta porque pod¨ªa enfermar. As¨ª que tuve reglas muy severas: no he salido a la calle en dos meses. Me siento privilegiada porque tengo una casa agradable. Pero la soledad me ha pesado much¨ªsimo.
P. ?Tanto?
R. Much¨ªsimo. Habl¨¦ con familiares, amigos y colegas, pero he notado la p¨¦rdida del contacto. Lo que yo llamo la disciplina del abrazo. Hemos hecho un esfuerzo enorme para algo que, bien mirado, es terrible: no vernos, no tocarnos.
P. Esto dinamita muchas cosas en las que est¨¢ basada nuestra convivencia.
R. A m¨ª me hubiera gustado asesorar al Gobierno sobre el confinamiento. Pero el pol¨ªtico se diferencia del cient¨ªfico en que tiene que tomar las decisiones con urgencia, no puede esperar a que le hagamos ning¨²n informe.
P. Ha sido un tsunami.
R. Como cient¨ªfica lo que me empez¨® a preocupar desde el minuto uno fueron las consecuencias sobre el empleo, la ca¨ªda del sector del turismo, las tensiones que se iban a producir en millones de hogares con una convivencia forzada dentro de un clima de estr¨¦s y de miedo. Creo que eso ha sido muy insano para la mayor parte de las familias. Esto va a ser una fuente de conflictos muy duraderos que ni siquiera han empezado a manifestarse. La propia gravedad de la situaci¨®n impide que se hagan m¨¢s p¨²blicos de lo que son.
P. ?Se refiere a conflictos sociales?
R. Y de relaciones. En la guerra hay elementos muy positivos que surgen de repente, como la solidaridad o el amor, pero tambi¨¦n traiciones. Y situaciones de conflicto previo que ya no resisten m¨¢s porque todas las v¨¢lvulas de seguridad que ten¨ªan, saltan. No puede irse uno fuera, no tiene otros amigos con quienes compartir, no puede desahogarse. Algunos lo pueden llevar mejor, pero otros, confinados en pocos metros cuadrados, con un estr¨¦s tremendo, sin saber si el de al lado le est¨¢ contagiando o no, si es un riesgo o una amenaza¡
P. No s¨¦ si en las parejas eso ha importado mucho.
R. No s¨®lo es la pareja: son los ni?os, son los amigos que vienen a verte, es el vecino de enfrente, es el portero, es la persona que te cruzas por la calle. Es el que no te llama, es el que no te busca las mascarillas o, sabiendo t¨² las que tiene, no las comparte. Es todo un filtro que hace m¨¢s intensas las relaciones. O el hecho de que no tengas una relaci¨®n y se haga m¨¢s evidente que la necesitas.
P. ?Por qu¨¦ no habl¨® de esto?
R. Para qu¨¦ hablar de las heridas cuando hay delante alguien que las est¨¢ padeciendo. No me he sentido capaz de aliviarlas, igual que tampoco me he sentido capaz de poner mi capacidad cient¨ªfica al servicio de algo concreto.
P. ?No se les pidi¨® asesoramiento desde el Gobierno?
R. Se nos ha pedido que hagamos newsletters con los que sabemos nosotros y lo que se est¨¢ publicando. Pero eso no es asesorar, eso es colgar algo y si alguien quiere leerlo, lo lee.
P. Llegamos tarde.
R. Siempre es mejor llegar antes, pero f¨ªjate en la presi¨®n de las autonom¨ªas para salir del confinamiento. Ten¨ªamos que confinarnos antes, queremos desconfinarnos antes. Yo creo que ning¨²n otro partido hubiera decretado el Estado de Alarma antes de lo que lo pidi¨® el gobierno actual.
P. Pod¨ªamos haber estado preparados.
R. Se pod¨ªan haber hecho los tests antes y hubiera sido una buena medida. Pero mira. El otro d¨ªa me hicieron una encuesta para ver a cu¨¢nta gente hab¨ªa visto. Imagina que respondo que me acaban de hacer el test y he dado positivo. Y empiezo a decir que en los quince d¨ªas anteriores he tomado tres taxis (tres taxistas a los que les dicen que no pueden seguir trabajando), he visto a una pod¨®loga, una asistenta de limpieza, empleados del s¨²per, el ni?o peque?o al que estuve viendo un rato, aunque llev¨¢semos mascarillas. Al ni?o peque?o, de repente, sus padres van a tener que quedarse cuid¨¢ndolo, lo tienen que aislar de sus hermanos.
P. Duro pero necesario.
R. La aplicaci¨®n del confinamiento, sobre todo tras dos meses encerrados, es muy costosa. Y aunque hagamos los tests ahora mismo, no vamos a tener a un polic¨ªa vigilando a cada ciudadano para que respete si salimos o no. Tampoco creo que una persona se sienta muy agradecida de que le digan: ¡°Oiga, usted estuvo cerca de una persona que se ha revelado como posible contagiadora¡±. El riesgo de haberse contagiado es muy peque?o. Pero el riesgo de no poder trabajar, para la persona que confinan, es una certeza. Y esa certeza cuesta mucho.
P. ?Usted cree que se hizo una buena gesti¨®n?
R. No. Lo que tambi¨¦n creo es que otros no la hubieran hecho mejor.
P. ?Por qu¨¦?
R. ?C¨®mo hubiera reaccionado la poblaci¨®n espa?ola si la encierran cuando ten¨ªamos pocos muertos? ?C¨®mo hubiera reaccionado si se nos dice que hay que cerrar empresas, con la p¨¦rdida de empleos, quiebras, hipotecas que no se van a poder pagar? Y que tampoco podemos ver a nuestras familias y que los abuelos no van a poder cuidar a los nietos, que es lo que hac¨ªa posible, en muchos casos, que estuvieran trabajando los hijos.
P. ¡°La salud es un bien que hay que conservar, pero no es el valor m¨¢ximo ni el ¨²nico¡±, dijo Fernando Savater hace poco.
R. No tenemos una isla desierta para vivir en ella cada uno de nosotros. Mi salud puede ser al mismo tiempo la falta de salud del de al lado, si yo no cuido la m¨ªa. Todos tenemos derecho a morir cuando queramos. Si queremos correr riesgos podemos hacerlo, pero no riesgos que pongan en riesgo al de al lado.
Ten¨ªamos que confinarnos antes, queremos desconfinarnos antes. Yo creo que ning¨²n otro partido hubiera decretado el Estado de Alarma antes de lo que lo pidi¨® el gobierno actual
P. Somos una cultura opuesta a c¨®mo el virus nos quiere reeducar.
R. Nuestra cultura es la proximidad f¨ªsica, y ese valor ahora se ha convertido en un multiplicador del riesgo. No creo que podamos resistir mucho tiempo sin volver a una proximidad mayor. La barra de un bar, que es un centro donde se sana tanta gente. Habr¨¢ algunos que se estropeen el h¨ªgado, pero yo creo que tiene una capacidad sanadora muy grande.
P. M¨¢s whatsapp, m¨¢s videoconferencia.
R. La comunicaci¨®n a distancia va a quedarse en buena parte, porque ha demostrado que tiene una eficacia extraordinaria.
P. Pero esa distancia antes se med¨ªa en kil¨®metros, ahora en metros.
R. Y permite m¨¢s gente, pero con menos profundidad.
P. El consumo.
R. Vamos a consumir much¨ªsimo m¨¢s mediante tecnolog¨ªas nuevas que nos permitan ver en nuestro ordenador la fila de productos que hay en el s¨²per y comprarlos sin acercarnos hasta all¨ª. Y debiera aplicarse en muchos otros campos, por ejemplo en la administraci¨®n de justicia, que tiene tantos problemas de retrasos.
P. ?Ser¨¢ posible la semana laboral de cuatro d¨ªas?
R. En algunos campos de alta productividad ser¨¢ posible sin bajar los salarios, pero en la mayor¨ªa no. Lo que s¨ª podemos, y probablemente necesitamos, es cambiar la estructura productiva.
P. Se va a reducir una cosa que es fundamental en la vida: el azar, la casualidad.
R. ?Ah, serendipity!
P. Puede ir al s¨²per y encontrarse a un amigo: ¡°Oye, tomamos algo¡±. O alguien a quien hace meses que no ve¨ªa y le dice: ¡°Justo me han hablado de una oferta de trabajo, igual te interesa¡±. Coincidir con alguien en un tren, o conocerlo all¨ª. Quiero decir: no el hecho de comprar en un s¨²per, asistir a una charla o ir a una ventanilla, sino todo lo que hay alrededor de eso.
R. Eso es esencial: el pasillo. Cuando yo era estudiante lo m¨¢s importante fueron los pasillos. Aunque me hubieran dado las clases perfectamente por videoconferencia, no hubiera tenido nunca el pasillo, que era donde discut¨ªas. Y suced¨ªa eso, que te encontrabas por azar con alguien.
P. O te enamorabas.
R. Es que est¨¢s hablando de mi caso personal. Me enamor¨¦ en un pasillo, ¨¦l no era de mi curso. Pens¨¦: ¡°Huy, parece muy interesante ¨¦se¡±.
P. ?Fue su pareja?
R. Y el padre de mis hijos. Muri¨® hace cuatro a?os.
P. Lo siento mucho.
R. Desde los 18 hasta hace cuatro a?os hemos estado juntos. Desde que me lo encontr¨¦ por casualidad en un pasillo.
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