Cuando el lenguaje dificulta el acceso a las ayudas por el coronavirus

Antes de que el coronavirus llegara a su vida, a mediados de marzo, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa trabajaba en una lavander¨ªa ocho horas al d¨ªa. Viv¨ªa en un piso compartido con dos compa?eros y su tiempo libre lo dedicaba a quedar con amigos, a pasear¡­ Garc¨ªa tiene 23 a?os y discapacidad intelectual. Y la pandemia llen¨® su mundo de ¡°palabrejas¡±, dice. Que si confinamiento, que si ERTE... Una avalancha ilegible de informaci¨®n a la que se tuvo que enfrentar y que ahora le resulta accesible gracias a la Fundaci¨®n Esfera y la Universidad Rey Juan Carlos (Comunidad de Madrid), que han elaborado una gu¨ªa de ayudas escrita en lectura facilitadora.

¡°Muchos miembros de la fundaci¨®n trabajan y est¨¢n en ERTE. Ven¨ªan con la documentaci¨®n y nos preguntaban. Tambi¨¦n acud¨ªan familiares con asistencia a domicilio. Estaban totalmente perdidos, no sab¨ªan qu¨¦ ayudas pod¨ªan pedir ni c¨®mo hacerlo. El coronavirus todo el mundo sab¨ªa lo que era, las preguntas surg¨ªan en el ¨¢mbito laboral y el sanitario¡±, explica Mabel L¨®pez, coordinadora del ¨¢rea de desarrollo de proyectos de la Fundaci¨®n Esfera, entidad que atiende a personas con discapacidad intelectual. Empezaron entonces a analizar la informaci¨®n para tratar de resolver las dudas que llegaban.

¡°Ni a nosotros mismos nos quedaba claro. Nos dimos cuenta de que todas las ayudas, tanto del Gobierno como de otras entidades, eran muy complicadas de entender. As¨ª que me puse en contacto con la Universidad Rey Juan Carlos, con la que hemos colaborado en otras ocasiones¡±, a?ade L¨®pez. El objetivo: elaborar un manual de lectura f¨¢cil para descifrar toda la informaci¨®n disponible.

La lectura f¨¢cil, explica L¨®pez, consiste en redactar un texto con un lenguaje accesible para personas con discapacidad, inmigrantes, mayores¡­ para todos. Sus herramientas son las frases cortas con sujeto y predicado, los verbos en presente, la primera persona y muchos ejemplos con los que el lector se pueda sentir identificado. El manual que han elaborado ha seguido esas pautas y est¨¢ a la espera de obtener la certificaci¨®n oficial que lo acredite como lectura f¨¢cil. Para ello, un grupo de validadores debe leer el texto y certificar que es comprensible.

En su elaboraci¨®n, la gu¨ªa ha contado con la supervisi¨®n de Garc¨ªa y de Jos¨¦ Antonio Canales, ambos con discapacidad intelectual y miembros de la Fundaci¨®n Esfera. Ellos han le¨ªdo los textos y, cuando no entend¨ªan algo, se lo comunicaban al equipo de la Rey Juan Carlos, formado por tres profesores y cinco alumnos de Derecho.

¡°Desde la fundaci¨®n nos dec¨ªan qu¨¦ aspectos eran los que estaban menos claros. A partir de ah¨ª, los estudiantes buscaban informaci¨®n: en el BOE, en asociaciones, en webs de colegios profesionales¡­¡±, explica Marta Albert, profesora del ?rea de Filosof¨ªa del Derecho. Pero la informaci¨®n en bruto hab¨ªa que moldearla, pulirla y simplificarla. El equipo de la universidad se encargaba de redactar borradores que se somet¨ªan a la comprensi¨®n de Garc¨ªa y Canales en videollamadas de Zoom. ¡°Durante el proceso me he dado cuenta de que muchas veces en este tipo de lenguaje se ponen las cosas importantes al final. Y de que se usan much¨ªsimas palabras t¨¦cnicas¡±, a?ade Albert. Y a veces la soluci¨®n resulta tan simple como cambiar un ¡°consulte con su entidad financiera¡± por ¡°ve al banco y pregunta¡±.

¡°Hemos hecho la gu¨ªa pensando en personas con discapacidad intelectual, pero puede ayudar a mucha gente. Nosotros, que hemos revisado el BOE, sabemos que no es f¨¢cil. Para ejercer como ciudadano tienes que conocer bien tus derechos y esta terminolog¨ªa no ayuda nada. Se deber¨ªa trabajar m¨¢s por decir las cosas con mayor claridad, sobre todo cuando se trata de una situaci¨®n como esta, en la que hay personas de cualquier estrato social, cultural y econ¨®mico que necesitan acceder a las ayudas r¨¢pido¡±, sentencia Albert.

Garc¨ªa ya sabe lo que es un ERTE, aunque a¨²n le cuesta un poco explicarlo. ¡°El m¨ªo significa que no puedo ir a trabajar. En cambio, los que tienen un ERTE de reducci¨®n pueden ir a trabajar, pero menos horas¡±, resume. Tanto Canales como Garc¨ªa cuentan que estar desocupados les estresa. Los dos trabajaban en la misma empresa y viv¨ªan juntos en el piso gestionado por la Fundaci¨®n Esfera, pero la pandemia les ha obligado a regresar a la residencia de la entidad. ¡°Tuvimos que volver por seguridad y precauci¨®n, por si nos contagi¨¢bamos. No tenemos problemas econ¨®micos y estamos bien en la residencia, pero preferimos trabajar y vivir en un piso independiente¡±, dice Garc¨ªa. El proceso de elaboraci¨®n del manual les ha aportado, eso s¨ª, conocimientos ¨²tiles. Canales cuenta que en una de las videollamadas con el equipo de la universidad, Garc¨ªa y ¨¦l se tuvieron que enfrentar a una de sus n¨®minas: ¡°No encontr¨¢bamos la base de cotizaci¨®n. La gu¨ªa me ha resultado muy ¨²til¡±.

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